El Llano

433 44 29
                                    

Llegar aquí era mi liberación, después de una semana de puro trabajo, paciente tras paciente, no es que no me guste por algo estudié medicina, pero necesitaba despejar un poco y este lugar me trae paz. El ruido de los motores y la música electrónica sonando por los alto parlantes te llevan a otro mundo completamente distinto al que vivimos día a día, te desconecta de toda la mierda de la semana.
El Llano era un pequeño camino abandonado por la ley hace muchos años a un lado de la carretera, a unas dos horas de Atlanta. Tiene un pequeño tramo asfaltado por los organizadores para correr un cuarto de milla con los autos y un poco más adelante la pista de motos, con algunos obstáculos armados con llantas viejas y troncos de árboles, las montañas de tierra hay que arreglarlas cada vez que llueve pero así y todo la gente se anima a correr de todas formas al igual que yo.
Shaila bajo de la moto con una hermosa sonrisa y despidiéndose con la mano se alejó contorneando exageradamente las caderas perdiéndose entre la gente, por supuesto que sabía dónde encontrarla y si no era así ella si sabe donde encontrarme a mi. Acelere con cuidado avanzando entre la gente y deteniendome a unos metros de la pista, suspire y baje de la moto quitando la llave.

—Demasiada moto para una chica.— murmuró detrás de mi aquel idiota que vivía para molestarme; Mateo.

—Mucho calzón para tan poco relleno.— volteo con una sonrisa cínica viendo como la expresión graciosa de su rostro se borra al oirme.

Las mujeres que venían tomadas de sus brazos comenzaron a reír causando aún más enojo en él, fruncio su ceño molesto mirándome con furia.

—Vete a la mierda.— escupió intentando continuar con su camino.

—Vamos, no aguantas nada. Tu empezaste.— le grite por encima del ruido de la música.

Mateo volteo soltando a ambas mujeres y sin expresión en el rostro me miro de arriba a abajo despectivo.

—¿Sabes como se arregla esto no?— se cruza de brazos.

—Claro. Cuando quieras.— me cruzo de brazos al igual que él y lo miro desafiante.

—Bien, prepárate, iré a hablar con Nacho para que despeje la pista. ¿Cuanto apuestas?— enarca una ceja.

—Tu puesto en las carreras.— suelto sin pensarlo.

Mateo tenía un muy buen puesto en las carreras hace varios años. Nunca me interesó entrar, sólo corría por diversión de vez en cuando pero si podía humillar a este muñeco haciéndolo perder su tan preciado puesto lo haría.

—Ni si quiera corres. ¿Para qué lo quieres?— me mira sorprendido.

—¿Vas a apostar o no?— llevo las manos a mi cadera cambiando el peso de una a la otra.

—Bien.— suspira con resignación. —Pero si yo gano quiero tu moto.

Lo medite por un momento, se que tengo oportunidad contra él, lo he visto correr y es más show que agilidad pero si llego a perder no me lo perdonaría, dudo por un momento pero, bajo su insistente mirada, termino aceptando y tomando su mano para sellar el pacto.
Mateo se alejó hacia el viejo remolque en el cual se encuentran los organizadores y amigos cercanos, allí se organizan las carreras y las apuestas también. Me dirigí hacia la pista en la marca de salida a esperar que lo anuncien por los alto parlantes cuando Shaila aparece frente a mi con el ceño fruncido y sus manos en la cintura para demostrarme que está enfadada.

—¿Es que estas loca o que? Si llegas a perder te quedas sin motocicleta.— brama con furia.

—Está bien Shai, no voy a perder.— le sonrío de lado.

—¿Y si lo haces?

—No lo voy a hacer.— me encojo de hombros.

—Bien. Yo te lo avisé.— se voltea tirando su cabello hacia atrás y se aleja con su tan graciosa forma de caminar.

Por los alto parlantes se escuchó la voz de Nacho anunciando la carrera que llevaremos a cabo, la gente se apura por apostar formando una larga fila en la puerta del remolque mientras Mateo se acerca a la línea de salida, me mira de reojo con una sonrisa arrogante y luego repasa la mirada por mi moto.
Coloco mi casco y suspiro esperando la largada, se que será difícil y enfoco mi vista en las curvas de la pista, enciendo la moto haciendo rugir el motor que vibra entre mis piernas y hace que mi corazón lata con más fuerza, respiro varias veces mientras veo como una muchacha de no más de veinte años se para frente a nosotros con un pequeño pañuelo en la mano, acelero el motor esperando la señal y en cuanto lo deja caer al suelo pronto hago el cambio y arranco saliendo disparada a todo velocidad hacia el frente, la adrenalina me recorre el cuerpo y lo único que oigo es el rugir del motor y los latidos de mi corazón que van a mil por hora. Paso los cambios con rapidez dejando atrás a Mateo en la primera curva, salto el primer obstáculo gracias a la montaña de tierra mal formada y caigo con fuerza derrapando de costado al volver a acelerar. Llevo la delantera y me confío demasiado, sólo quedan un par de metros muevo el acelerador al tope escuchando como el motor se exige al máximo y dando todo de ella. Giro el volante para tomar la próxima curva consiguiendo un poco más de margen entre Mateo y yo, esquivo las llantas viejas y acelero al oírlo acercarse. Suelto un poco el acelerador para pasar el cambio y conseguir más velocidad pero el maldito tramposo se coloca a la par mía y con su pierna empuja la mía haciendo que me desestabilice y caiga al suelo, solté la moto que siguió unos cuantos metros más hasta llegar a la meta mientras yo me arrastre por la tierra golpee todo mi lado izquierdo contra el suelo.
Me costaba llenar mis pulmones de aire por el golpe, mi brazo dolía al igual que mi pierna, desabroche el casco y me lo quite con mi mano derecha mientras escuchaba los gritos de todos a mi alrededor, la primera en llegar a mi fue Shaila quien me inspecciona con ojos preocupados.

—¿Estás bien?— grita arrodillada a mi lado.

—Ayúdame a levantarme.— le pido con mis dientes apretados.

Con lentitud envolvió su mi brazo sobre sus hombros mientras ella pasa el suyo por mi cintura, caminé cojeando hasta Mateo quien sonríe y festeja con sus amigos.

—¡Eres un maldito tramposo de mierda! Me empujaste.— grito causando que las mirada de todos se posen en mi.

—Te dije que era mucha moto para ti niña, tienes que saber sostener a ese bebé.— me guiña un ojo.

—Hijo de puta.— exclamo dando un paso al frente para golpearlo pero Shaila me detiene con fuerza.

—Ya, vamos. Sólo es una moto.— balbucea obligándome a caminar hacia el otro lado.

Me gano. Ganó mi puta moto de mierda y no pude hacer nada al respecto, me alejo con lentitud siendo ayudada por Shaila. Necesito un trago, algo fuerte, de todas formas ya no tendré que conducir a casa, río irónica por mi pensamiento haciendo que mi amiga me mire con el ceño fruncido.

—¿De qué te ríes ahora?

—Vamos, necesito un trago.— le hago una seña con la cabeza para alejarnos hacia el remolque de bebidas.

—Oye ¿Ese no es tu vecino?— susurra en mi oído como si alguien pudiera oirnos.

Volteo hacia donde señala y allí lo veo, está mirando todo con atención como si estuviera buscando algo, de un momento a otro clavó su vista en mi pero la aparto al darse cuenta que yo hacia lo mismo que él.
Un grito me sobresalto, una chica muy conocida rie y canta a todo volumen cerca de las pequeñas mesas esparcidas por las afueras del remolque, el hombre apuro su paso hasta allí y con furia en su rostro tomó a la muchacha del brazo con fuerza y la arrastró hasta la puerta, la mujer se quejaba y gritaba insultos a todo volumen pero él parece ignorarla y en menos de dos minutos la subió a la camioneta y se marchó de allí. Shaila me mira sorprendida, me encojo de hombros y con lentitud nos dirigimos a una de las mesas que se encuentra vacía, ella se aleja hacia el remolque por nuestras cervezas y yo apoyo los codos sobre la mesa cruzando mis brazos sobre esta y dejando caer mi cabeza en el hueco que este provee. Suspiro con cansancio, perdí mi motocicleta, nada puede estar peor.

Holi holii 😂

Les dejo el nuevo capítulo ❤

*TeamDixon*

Antes De Ti  (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora