Eres mi esperanza

29. Regreso

Lena quedó sola en su oficina en estado incrédulo, ni siquiera le tomó importancia de que la tecnología en su edificio estuviese en modo estático por breves minutos. Su mente en estos momentos era un caos, pensando en Lex, Bruce, su madre; todo absolutamente se le había venido a la mente.

Los momentos exactos crueles de su vida llegaron a ella nuevamente lastimando su corazón, provocándole respirar con dificultad ante la mínima posibilidad de que lo que su hermano llegó a contarle fuese cierto.

¿Era absurdo creele de nuevo? ¿No?

Miles de preguntas se instalaron a la tortura, llevándola a un vacío emocional bastante grande, se abstuvo al silencio que inundaba aquel grande sitio y lloró en medio de la soledad, sufriendo nuevamente por el recuerdo de hace años. A lo lejos se escuchaban varias voces cercas de pisar su oficina sin embargo nadie entró así que se limitó a suspirar y cerrar los ojos en busca de terminar con sus lágrimas.

Lex sólo conseguía eso de ella, hacerla enloquecer mentalmente para obtener lo que quería, alejarla de la gente que está a su alrededor, cuestionarse a sí misma del porqué, cuándo y cómo sin encontrar las respuestas que necesitaba.
Y ahora venía con una nueva, mentirle sobre la muerte de su madre, la mujer que logró engendrar valores en su persona, aunque fuese pequeña en aquel entonces.

Después de todo nunca averiguó sobre el caso, nunca, prometió darle hincapié pero se olvidó de ello por su salud mental ya que temía terminar como su desquiciado hermano por culpa de la venganza. Olvidó el tema por temor a seguir los pasos de la familia Luthor que a su vez intentaban engendrar en ella malas mañas.

Quizás antes ellos mismos le mintieron sobre la muerte de su madre y fue por ello que desde entonces se quedó con la idea de que algo personal había sucedido para silenciarla, pero una cosa en especial no encajaba en la historia, Lex. Pensó con esmero cada recuerdo, diferentes escenas en dónde ellos se llevaban como cualquier otra relación de hermanos y sin embargo Lilian había tenido algo que ver porque después ella los separaba por cualquier cosa mínima ya sea por evitar discusiones o mal entendidos, claro, según ella.
Y cada vez que Lena intentaba acercase o dirigirle la palabra a Lex, Lilian tomaba cartas en el asunto, inclusive su hermano mismo actuaba igual de distante y no entendía porqué, sólo cayó en cuenta días después de que ambos no volvieron a estar igual y ese lazo se había perdido a mitad del camino.

Lo demás es historia, ambos tomaron caminos distintos y cada uno había hecho su propia vida, aunque uno de ellos seguía aferrado con seguir destruyendo vidas.

El último trago de vino lo tomó como si dependiera de él y en segundo término así era, a pesar de todo también Lionel le había heredado ese mal acto. Suspiró y dejó la copa sobre la mesa de cristal frente al sofá, volvió a sentarse masajeando sus sienes, miró por cuarta vez esa tarjeta y tensó la mandíbula de sólo volver a pensar, necesitaba algo para aminorar su tormento, hasta el momento el alcohol era una mala compañía así que marcó a la persona quien le haría olvidar cualquier cosa.

El primer tono bastó para escuchar su voz.

-Lena ¿Estás bien? ¿Sucede algo?-. Se apresuró a decir conteniendo el aliento.

-Sí, sí no te preocupes, marqué porque te necesito aquí estoy algo confundida. ¿Estás ocupada?-. Cuestionó al escuchar mucho ruido.

-Lo estaba, pero descuida ya terminé así que ya voy para allá-. Suspiró de alivio relajándose un poco.

-Está bien, aquí te espero-. Se mordió el labio antes de cortar la llamada.

...

Gayle salió del ascensor algo confundida.