33. Pequeños Disturbios

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Lena estaba sentada sobre su cama observando como Jack depositaba su ropa dentro de las maletas cuyas cuáles había sacado después de comer junto a ella, al menos tuvo la dicha de aceptar tal gesto que Lena había preparado como en modo de bienvenida y a su vez, despedida.

-Esto es lo último-. Su mirada conectó unos segundos con la de ella viéndola asentir.

-¿Estás seguro que ya tienes en dónde quedarte?-.

-No te preocupes, lo tengo, ¿Recuerdas el hotel en dónde me hospedaba antes?-. Ella asintió sonriendo.

Era en dónde por segunda vez se habían visto.

-Es algo que no voy a olvidar-. Confesó bajando su mirar.

-Ni yo-. Sonrió tras recordarlo.

Cerró la maleta y después la colocó en el suelo junto a las demás.

¿Quién lo diría? Antes había preparado sus maletas con entusiasmo al iniciar una nueva vida con su pareja en otra diferente ciudad, y hoy ésta misma presenciaba su separación por un gran error suyo. Irónico.

Lena jugaba de manera inquietante con sus dedos y entonces fue allí en dónde él concluyó que hacía falta algo por aclarar.

-¿Todo bien?-. Cuestionó sentándose a su lado.

-No realmente-. Dijo en un tono bastante obvio.

-Claro, ¿Quieres decirme?-. Continuó esperando poder ayudar.

-Espero que sí, ahm, necesitamos hablar profesionalmente, se trata sobre la negociación pendiente que tenemos. Sobre la renovación de contratos para ser más específica-. Habló mordiéndose el labio.

Un acto que conocía bastante, sí, tal vez se distanció de ella pero a pesar de eso sus facciones y demás nunca dejó de memorizarlas.

-Lena, como tú misma lo has dicho, sé directa, por favor-. Alentó sonriendo de manera cálida.

La pelinegra sintiendo seguridad habló claro.

-Cierto. Necesitamos cerrar cualquier tipo de contrato que tengamos-. Dijo tensando la mandíbula.

Jack comprendió, le dolió escucharlo pero sabía que se lo había buscado.

-No hay problema-. Aseguró haciendo un gesto desigual.

-Yo no quería, de verdad-. Intentó pero fue silenciada con un ademán que hizo Jack con su mano.

-No te preocupes Lena, has hecho mucho por mí lo sé y todo esto ha terminado. Continuaremos con nuestras vidas y sólo tal vez, tal vez nos veamos de nuevo-. Le sonrió genuinamente esperando que en verdad la azabache estuviera bien sin él.

-No por el simple hecho de terminar dejaré de quererte Jack, eres importante para mí después de todo-. Dijo de manera sincera mirándolo.

-Y tú para mí, así que si algún día necesitas desahogarte o platicar de algo relativamente importante o no, sabes en dónde contactarme-. Agarró las llaves de su auto y acto seguido vió a Lena levantarse para acompañarlo hasta la puerta.

Una vez estando ambos en la sala él volvió a hablar.

-Sobre las sustancias descuida, me deshice de ellas. Puedes revisar para estar más segura-. Dijo haciendo un ademán en toda la casa.

-No va a ser falta, te creo, sólo espero que algún día puedas superar tu adicción y que encuentres esa felicidad que mereces-. Dijo dedicándole media sonrisa.

-Te deseo lo mejor Lena, que la persona que esté contigo sepa valorarte y esté allí en cada momento. Gracias por todo, en serio-. Lena negó y se arrojó a sus brazos siendo recibida por el hombre que se aferró a ella por unos instantes.

Eres mi esperanza Donde viven las historias. Descúbrelo ahora