Eres mi esperanza

12. Noche Familiar.

Kara Pov...

-¡Llegaron!-. Escuché gritar a Alex. 

Había llegado antes de lo esperado así que justo ahora me terminaba de cambiar después de una relajante ducha. 

Las malas ideas se habían puesto propensas una y otra vez en mi mente, y una de ellas no era nada favorable. 

Me propuse a olvidar por lo restante del día cosas sin sentido. Necesitaba estar bien para cumplir la deuda en memoria de mis padres. 

Puse mi mejor rostro y salí a recibirlos. 

-Hey, ¿Cómo han estado?-. 

Recibí en mis abrazos a Eliza para después hacer lo mismo con Jeremiah. 

-Kara cariño, cuánto has crecido-. Me sonrió antes de volver a abrazarme. 

-Sólo un poco-. Admití. 

-Ambas han crecido chicas. Estoy muy orgulloso de ustedes-. Alex volvió de la cocina con una botella de vino. 

-Eso significa mucho para nosotras papá-. Sonrió. Destapó la botella y vació un poco en las copas al frente nuestro.  

Eliza se ocupó de hacer la cena mientras Alex y Jeremiah preparaban la mesa. Me encargaba de ayudar a mamá y despejar la mente de todo lo que antes me habían hablado. 

O eso parecía. 

Tiempo atrás…

-Kara Danvers, creí que ya había quedado claro-.  

-Estaban lastimando a Kenny, no iba a permitir que Jake lo golpeara-. Repliqué molesta.

-¿Y por eso fuiste hasta el vestidor de hombres?-. Bufé tomando la mochila con coraje. 

-No lo pensé, sólo fui hasta ahí para ponerlo en su lugar-. 

-Pudiste decirle al profesor-. Detuve mis pasos y la miré de mala manera. 

-Kenny es mi mejor amigo, y quiénes se meten con él se meten también conmigo. Es por eso que lo hice, el profesor no hubiera hecho nada-. Seguí caminando queriendo alejarme de Eliza. 

-Entiendo la razón de tu molestia pero insisto, pudiste haber actuado de manera distinta-. Sonreí burlona. 

-¿Así como Alex lo hizo? Ella también es amiga de él y no hizo nada para defenderlo, mínimo pudo haberme prevenido está mala charla-. Miré de reojo a Alex y observé que mantenía agachada la cabeza en respuesta. 

-Saben qué, déjenme en paz-. Corrí hacia la salida escuchando a Eliza gritar mi nombre. 

El bosque de Midvale se convirtió en mi lugar favorito, quizá tenía que ver con la soledad y la paz que me hacía sentir después de tener un mal dia o un sin fin de trágicas emociones. 

Y a pesar de todo aún lo sentía de esa forma. 

Asfixiante. 

Traté de recuperar el aliento tomando asiento en la banca cercana al pequeño lago. 

Me ayudaba demasiado venir aquí, estar lejos de todo lo malo que solía hacer y respirar el ambiente fresco en busca de ayuda mental. 

Antes mamá me ayudaba a reflexionar las cosas que hacía de manera detestable, y ahora que estoy en un caos mental no sé cómo sobrellevar algo así. Siento que el tiempo no me fue suficiente. Ahora parezco alguien que no sabe exactamente qué es lo que le depara el destino.