Eres mi esperanza

34. Prejuicios y Ganancias

-Bien, no tengo todo el tiempo del mundo así que seré directa. ¿Tienes algo que ver con esto?-. Cuestionó mirándolo fijamente.

Mike tensó la mandíbula, desde un inicio estaba determinado a alejarse del vínculo que mantenía con James pero ahora que estaba acorralado lo veía complicado.

-¿Sobre qué?-. Respondió con tono nervioso.

-No te hagas, ¿Sabes algo o prefieres seguir haciendo el tonto?-. Arremetió, su brazo ejerciendo cierta presión en su cuello impidiendo la movilidad.

-Yo no sé sobre esa nota, pero tengo un mensaje para ustedes-. Soltó haciendo que Alex frunciera el ceño en confusión.

-Habla-. Otorgó, su mirada seria y fría lo mantenían al margen.

-Uno de ustedes va a morir sino se quitan del camino-. Dijo mirando como la pelirroja se distraía un momento ante lo dicho.

Tras ese debido momento de debilidad él ejerció una ligera presión en la mano herida de Alex que la hizo doblegar de dolor para después darle un cabezazo que la desorientó unos segundos.

-¡De verdad lo siento!-. Dijo en voz alta aprovechando el momento para correr sin mirar atrás.

Sacó su arma e intentó seguirlo pero el hecho de siquiera hacerlo le era difícil debido al golpe, incluso por temor a herir a alguien público tampoco utilizó el arma por lo que la guardó al instante.

Movió la cabeza de un lado a otro para despertar pero el dolor no se iba así que optó por regresar.

Sam esperó pacientemente dentro platicando de manera amena con la recepcionista dándole órdenes estrictas de no dejar pasar a ningún reportero, entrevistador o persona referente al medio que quisiera información personal por lo que ella al instante asintió en afirmación asegurando estar alerta en caso de que algo así pudiese ocurrir. 

Con la mirada puesta en algún punto inespecífico permaneció en el sofá esperando a la pelirroja, su mente le dió vueltas al problema y en verdad que no tenía las respuestas necesarias para todo el desorden allá fuera, lo mejor era evitar al medio.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por la puerta siendo abierta por Alex que sostenía su cabeza como si hubiese bebido demasiado. Inmediatamente preocupada se levantó de su lugar siendo seguida por la recepcionista.

-Hey, ¿Estás bien? ¿Te duele algo?-.

Su vendaje fue alarmante para ambas mujeres que vieron como la sangre lo estaba estropeando, con una mirada perteneciente a Sam, Eve corrió para traer el botiquín de primeros auxilios.

-Alex ¿Quién te hizo esto?-. Continuó, la pelirroja negó sintiéndose aún desorientada.

Samantha la guío hacia el sofá en dónde la dejó viendo su mirada algo perdida. La miró con atención mientras checaba sus pupilas.

-Estoy bien, estoy bien-. Dijo queriendo despreocupar a la castaña.

Alex sin titubear agarró las manos de Sam entre las suyas.

-Hey, sólo agradecería mucho si tuvieses algún analgésico para el dolor de cabeza, no es nada grave-. Samantha asintió sintiendo el tacto del pulgar de la pelirroja recorrer el dorso de su mano.

-De seguro en el botiquín habrá algún medicamento que puedas tomar-. Sin razón aparente la castaña sintió nervios mientras continuaba quitando la venda.

Samantha sintió la mirada de Alex quién fue descubierta cuando la castaña levantó la cabeza para encontrar a Eve con el botiquín entre sus manos.