23. El Inicio.

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Después de tener una madrugada muy entretenida Lena durmió como nunca, sintiendo la tranquilidad que pensó no tener en el suave y sutil toque que Kara le dedicaba a su piel con una lentitud abrazadora, su respiración serena ante el contacto. 

Lena se removió aún con ojos cerrados sobre la cama destendida apreciando las caricias de Kara sobre su cuerpo, la rubia queriendo despertarla de la manera más sofisticada posible besó su frente antes de alejarse para depositar varios besos sobre la parte posterior de su cuello. 

Sonriendo Lena desistió abriendo los ojos encontrándose con la mirada radiante de Kara. Era insignificante levantarse temprano en pleno domingo, por lo que ese día en especial se levantó contenta y algo tarde a comparación de su horario cotidiano.    

-Buen día-. Dijo la rubia sonriente acomodando un mechón rebelde de cabello negro que caía por el rostro somnoliento de Lena justo detrás de su oreja. 

Lena frunció el ceño decidiendo preguntar lo siguiente.

-¿Aún es temprano?-. Su voz ronca por el sueño se escuchó en medio de la habitación ésta siendo iluminada por los rayos del sol. 

-En una hora será el medio día así que sí, aún es de mañana-. Contestó mirando a Lena que se situaba mejor sobre el respaldo de la cama. 

-Bien en ese caso, buen día Danvers-. Sonrió antes de atraer a Kara hacía su boca. 

Después de compartir un tierno beso Kara se alejó del rostro de Lena yendo hacia la mesita de noche, en dónde descansaba el desayuno de la pelinegra que Kara especialmente había preparado para ella. 

Lena se sorprendió por el acto, ¿Hace cuánto se había despertado y, por qué no sintió cuándo Kara salió de la cama? Sin duda sí que era ágil. 

-Sé que dormiste sobre mí y que quizá fue casi imposible que te haya movido para poder salir a preparar esto...-. Dijo señalando la bandeja plateada entre sus manos. -Pero en realidad no fue un problema, bueno, sólo por el hecho de que me detenía el mirarte. Te veías adorablemente hermosa mientras dormías-. Lena se sonrojó mientras digería con gusto la ración del emparedado. 

Cuando estuvo totalmente cuerda para hablar adecuadamente suspiró, mirando a la rubia.  

-Es una lástima que no haya caído en cuenta de eso, admito que me hubiera gustado despertar en el momento-. Le guiñó antes de continuar. -Ven, acércate-. Palmeó sobre la cama invitando a Kara, quién a su vez no dudó un segundo en estar al lado de la pelinegra.      

En silencio y en conjunto desayunaron lo correspondiente emparedado en compañía de un buen café, Lena desnuda bajo las sábanas blancas y Kara vestida con ropa casual. 

Cuando finalizaron continuaron con el tema importante. 

-Lena, ¿Recuerdas lo que dije ayer?-. Ella asintió colocándose el camisón. -Bien entonces, ¿Te importaría si investigo a Mike?-. Kara cruzó los dedos esperando una respuesta por parte de Lena. 

La pelinegra se acercó a la rubia examinando su rostro, era poco común que mantuviera su vista al suelo, y Lena no sabía si era por el hecho de tener sólo el camisón o algo más, así que hizo que la mirase con ayuda de su dedo índice sobre su mentón. 

-Confio en ti Kara, y si estás segura de que Mike no es alguien de fiar puedes empezar con la investigación, no defenderé a aquel que llegue a traicionarme-. Le sonrió antes de ir al baño para lavarse los dientes. 

Desde su actual sitio Kara siguió la conversación.

-Bien, necesitaré ir a tu casa a corroborar que todo esté intacto aún sigo con la idea de que algo llegaron a hacer, si observo algo fuera de lo común dependerá de las cosas y de mí si decido que te quedes en tu casa ó si continuas a salvo conmigo en mi departamento-. Finalizó con voz alta sin un atisbo de inseguridad en su habla.

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