7. Desdicha

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Lena Luthor

En verdad debo estar loca por estar jugando con fuego, primero Lex, luego Jack, después Kara y, al último ella, ¿Acaso es una clase de embrujamiento? Porque estoy a punto de caer al borde de la locura. 

El día aún no terminaba y las cosas empezaban a ponerse peores, el atentado era algo que siempre solía pasar, pero el encontrarme con la persona que me hizo la vida añicos desde niña era algo que detestaba, aunque muy en el fondo estuviera agradecida de al menos tener algunas partes de su carácter en mi ser, aún así nada en nuestra relación logró estar bien. 

...

-¿Papi a dónde vamos?-. Lionel me tenía agarrada de la muñeca manteniéndonos unidos al caminar hasta su auto.

Tenía un peluche de felpa pequeño en mi otra mano y portaba mi mochila a mis espaldas, ese día recordé salir del preescolar en dirección a una ruta distinta que no era mi actual casa.  

-Espera un momento pequeña Lena. Ya lo verás-. Me sonrió, cerró la puerta trasera con un sonoro empujón para ir hacía delante en el asiento del piloto y echar andar el auto a una distinta dirección.

-¿Iremos a casa?-. Pregunté sin verlo, el paisaje fuera me mantenía alejada de algo que en ese entonces no sabía que cambiaría sin duda, mi vida. 

-Sí, a tu otra casa, pequeña-. Sin saberlo el presentimiento de que algo no muy bueno estaba por suceder me invadió, y eso que era apenas una niña. 

Al llegar el jardín me pareció enorme, y ni se diga de la mansión. De inmediato Lionel supo que algo en el inmenso lugar llamó mi atención. 

-Es una casa muy grande-. Abracé más fuerte a mi oso, y sentía como de repente la sensación tan llamativa cambiaba radicalmente a una de temor. 

-Lo sé, mi pequeña Lena-. Tocó mi cabeza y de nuevo me tomó de la muñeca guiándonos fuera de la puerta de la mansión. 

Acerqué mi pequeño y esponjoso oso cerca de mi boca dándome la oportunidad de oler el aroma al perfume de channel que mamá solía usar.  

Entramos y en la sala se encontraba ella, Lilian Luthor. Mi actual madrastra, o como siempre hemos preferido decir, madre. 

-Lena ella es tu, otra mamá-. Soltó mi mano para cerrar la puerta. 

-Hola-. Hablé sin más. El único que respondió en ese instante fue él, Lex Luthor. Mi medio hermano, o mejor dicho, mi hermano. 

-Hola, soy Lex ¿Quieres jugar?-. Sintiendo la mirada desagrable de Lilian asentí a Lex que se encontraba jugando ajedrez. 

En murmullos discutían Lionel y Lilian, en definitiva su relación nunca fue muy buena, algo que con el tiempo empeoro más de la cuenta. 

 -Jaque mate-. Recuerdo decirle a Lex después de ganarle el primer juego de ajedrez. -Me gusta éste juego-. Sonreí mirando a Lilian. Ella impresionada correspondió de igual manera antes de decir.

-Vaya, después de todo, eres una Luthor-. Sin saber que desde ese día aquella mansión se convertiría en un infierno por la locura de Lex y el apoyo de Lilian hacía él. 

...

-Imaginé encontrarte por otras razones y mira por qué razón estás justo en dónde debes estar-. Con la mirada neutra me acerqué hasta ella.

-Lena querida, vaya actitud con tu pésimo mal humor. Deberías relajarte, tu hermano también está en mi contra-. Sonreí sin ganas, intentado creerme otra de sus absurdas mentiras.

-Lilian, deberías de decirles en dónde carajo está Lex. Tú debes saber en dónde está-. Crucé mis brazos a la altura del pecho mirándola fijamente. 

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