Eres mi esperanza

10. ¿Cómplice?

Imra Pov…

Caminaba tranquila cerca del enorme edificio a mi lado en debate de si era está o no la dirección correcta que Alex me había dado. 

Mensajeaba con ella para el aviso de lo que tenía que hacer a lo que en el momento de reanudar el paso a un ritmo moderado y con la mirada fija al celular sentí como algo, o más bien alguien, me golpeó el brazo con la mitad de su cuerpo.

-¡Oye ten cuidado!-. Le dije en voz alta. 

Ella volteó a verme de una manera poco agradable. 

-¿Qué yo, tenga cuidado?-. Se señaló así misma mirándome fijamente. 

-Sí-. Su cara reflejaba enojo. 

-¡Pero si eres tú la que venía atenta al maldito teléfono!-. Está bien, sólo respira.

-Pero fuiste tú quién chocó conmigo-. 

-Vaya, ahora resulta que el problema es solo mío-. Sonrió burlona. 

-Pues sí, porque saliste de no sé dónde echa un demonio y sin más chocaste conmigo-. Suspiró y parecía calmarse. 

-Sí es cierto, creo que te debo una disculpa, perdón-. Exhaló profundamente. 

Pero un grito a mis espaldas la hizo volver a su estado actual. 

-¡Marsh!-. 

Justo cuando me dedicaba a prestar atención a esa voz una mano cálida y suave enrollo mi muñeca haciéndome correr unos metros lejos de ahí junto a ella. 

¿Qué mierda?

Decidió detenerse en un parque cerca, el lugar se encontraba un poco poblado y refrescante. 

-Perdón otra vez, es sólo que necesitaba quitarme a esa mujer de encima-. Dijo con la voz entrecortada debido a la falta de aire. 

-Bueno, pues ya lo has hecho y si me disculpas debo regresar de dónde me has hecho huir-. Su mirada confusa. 

-No escuché ninguna queja de tu parte-. Bingo. 

Era cierto.

Podría haberme zafado de su agarre que ni siquiera era tan fuerte.

¿Por qué no lo hice?

Por primera vez me quedé sin que decir. 

-Además sigo en la espera de que mis disculpas sean aceptadas. Es por ello que si no te molesta, quisiera que me aceptaras la invitación a un café-. Eso era extraño, pero no por nada dejaría la oportunidad pasar. 

-De acuerdo-. Alex va a matarme, pero creo que es lo ideal. 

Otro momento más a solas en un camino silencioso entre ambas. 

-Oye, también te debo una disculpa… Fue desconsiderado de mi parte haber manejado el celular mientras caminaba, así que lo siento-. Sonreí avergonzada. 

-Te lo dejaré pasar, tal vez era algo importante-. Se encogió de hombros metiendo sus manos en los bolsillos del pantalón gris mientras miraba a los niños jugar.  

Su perfil tan hermoso.

Sin poder evitarlo suspiré. 

-Vaya, ¿Y ese suspiro?-. Cuestionó dejando de mirar alrededor. 

Mierda Imra reacciona. 

-No fue nada, es solo que necesito despejar la mente un rato de cosas laborales. Es por ello que mensajeaba con mi mejor amiga-.