*Los personajes de esta historia no me pertenecen, solo es una idea que se me ocurrió y quise escribirla por diversión.
Torre de los titanes.
-Vamos, no tengo todo el día- Damian Wayne incitaba a Conner Kent a enfrentarlo.
-¿Qué se supone que quieres probar?- bufó molesto.
-Tal vez nada, tal vez solo quiero romperte la cara- ahora el que no quitaba su sonrisa confiada era el joven de ojos esmeralda
-Tú por otro lado podrías probar que me equivoco y no eres un completo inútil sin tus poderes, aunque a decir verdad, lo dudo--Bien, tú lo quisiste Wayne- finalmente se levantó y decidido se dispuso a atacarlo.
Uno, dos, tres golpes fallidos y contando. Una combinación de puños y patadas desesperadas que eran fácilmente esquivadas.
-Vaya, resultaste ser una gran decepción... que sorpresa- se mofó con sarcasmo.
-¿Por qué mejor no cierras la boca para que pueda golpearte?-
-¿Y por qué haría yo eso?- le propinó una patada que lo hizo retroceder- No soy tu amigo, ni tu compañero, soy tu oponente. Y un oponente obviamente no dejará que lo golpees, imbécil-
Ahora Robin era quien estaba a la ofensiva. Conner se defendía como podía pero era demasiado lento, parecía que su pequeño enfrentamiento iba a terminar rápidamente pero...
Antes de darle lo que podría haber sido el golpe final para noquearlo, su vista se nubló, por un breve segundo sintió que se desvanecía y perdía el equilibrio.
"Maldita sea ¿otra vez?"Se recuperó al instante pero ese pequeño desliz fue suficiente para que Superboy alcanzara a propinarle un fuerte golpe a puño cerrado en la mejilla, con tanta fuerza que casi lo hace retroceder.
Hubo un sentido silencio que solo era roto por las respiraciones agitadas de ambos jóvenes, el puño de uno aún estaba en el rostro del otro.
-¿Qué te pareció eso?- una sonrisa empezaba a asomarse en un rostro, sin embargo esa sensación de victoria se desvaneció al escuchar una ¿risa?
"¿En serio está... riendo?¿Por qué está riendo?" Pensó el Superchico.-Jajajajajaja- no veía su rostro, pero esa risa le estaba helando la sangre.
Poco a poco giró su cabeza para mirarlo aún con el puño cerrado en su mejilla que empezaba a ponerse roja.
-¿Es lo mejor que tienes?- apartó su brazo con fastidio.
En menos de lo que dura un parpadeo el hijo de Batman encajó su rodilla en el abdomen del clon, lo suficientemente fuerte como para dejarlo sin aire.
-Porque si es así, eres más patético de lo que creí- susurró antes de dejarlo caer.
Ya en el suelo, se tomó un tiempo para recuperarse y llenar sus pulmones de aire nuevamente.
-¿Qué tal se siente la fragilidad Kent?-
-Me quitaste mis poderes... solo para poder preguntarme eso, para regodearte y tratar de probar que eres mejor que yo ¿verdad?- gruñó molesto- eso solo podrías lograrlo dejándome indefenso-
-No es secreto para nadie que no me agradas, es más te desprecio profundamente por haberte acercado a Raven de esa manera y sí, este es el tipo de cosas que podría hacer solo para verte derrotado y burlarme de ti. Pero contrario a lo que piensas este no es el caso-
El pelinegro arrugó el ceño confundido por lo que acababa de decir.
-Cuando tenía cuatro años, tuve que escalar una montaña nevada tan alta que no alcanzaba a ver la cima, en el camino me rompí la muñeca pero aún así conseguí llegar hasta arriba- se acercó lentamente, su semblante era neutro- desde que tengo uso de razón, mis días estaban llenos de sangre y sudor, huesos rotos, torceduras, moretones... todo desde antes de aprender a hablar siquiera.
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Quizás... Un Regalo
RomanceTal vez todo lo que pasó no fue un castigo, ni una maldición.... quizás solo fue... un regalo.