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*Los personajes de esta historia no me pertenecen, solo es una idea que se me ocurrió y quise escribirla por diversión.

Amsterdam.

Las manos de Damian presionaron con tal fuerza su tablet que casi la parte en dos, el enojo y la confusión se estaban apoderando de sus pensamientos.

¿Qué demonios era esto? ¿Acaso una broma de mal gusto? Ese clon tenía los días contados.

-¿Qué sucede Damian?- la voz de su padre lo sacó de sus pensamientos.

-Yo... -se detuvo, ahora lo mejor sería que se calmara, ya tendría tiempo de aclarar las cosas con Raven, no quería hacer o decir algo de lo que se arrepintiera después, debe haber una explicación razonable aunque en ese momento no se le ocurriera ninguna ¿verdad?

-... no es nada Padre- fijó su vista en la ventana del vehículo, acababan de llegar a la sede de la junta.

-Si no quieres entrar puedo entenderlo...- empezó a decir su padre.

-Entraré padre, está bien, estoy bien- dijo lo más calmado que pudo.

-No puedes engañarme con eso ¿qué sucedió?- el petirrojo lo miró de frente.

-Algo que espero sea una muy mala broma- habló y bajó del auto dejando preocupado al caballero de la noche.

Conocía el carácter de su hijo, de ninguna forma podría convenecerlo de no entrar, solo esperaba que al terminar la reunión pudieran hablar sobre lo que sea que le haya hecho cambiar tan abruptamente su humor.

Una vez entraron fueron recibidos por un hombre alto y algo entrado en años.

-Ahh Bruce Wayne, Bienvenido- por su acento el murciélago dedujo que podría ser alemán.

-Buenos días- le tendió la mano.

El empresario fijó su mirada en el joven que acompañaba al dueño de Industrias Wayne, quien al darse cuenta lo presentó inmediatamente.

-El es Damian, mi hijo- el joven le tendió la mano al hombre que lo miraba fijamente.

-Un placer, señor-

-Igualmente- volvió su vista al mayor -He de decir que no esperaba a alguien tan joven entre los presentes.

-Damian se está preparando para un día dirigir Industrias Wayne, está perfectamente capacitado para esta clase de reuniones y además posee algunos conocimientos en  idiomas.

El susodicho se sorprendió por las palabras de su padre, no esperaba esta clase de reconocimiento por parte de su progenitor.

-¿Ah si? Welche Sprachen kennst du junger Mann?(¿qué idiomas hablas jovencito?)- dijo el hombre en alemán, en un intento de intimidar al más joven de los Wayne, quien lejos de sentirse intimidado lo miró de manera retadora y arrogante.

-Ich weiß genug, Sir (Conozco los suficientes, Sr)- fue lo único que respondió.

El hombre sonrió, esa era la actitud que un empresario debía tener.

-Gute Antwort, junger Damian (Buena respuesta, joven Damian)- con el brazo les hizo ademán de que entraran.

-Danke meinem Herrn (Gracias, señor)- hizo un pequeño asentimiento con la cabeza mientras ingresaba a la sala con su padre.

Saludaron a todos los presentes y buscaron sus respectivas sillas, justo en el momento en que Damian tomó asiento, escuchó su teléfono sonar, era una llamada de Raven.

Optó por no contestar, después de todo la reunión estaba a punto de comenzar, la hechicera le debía una explicación, pero eso tendría que esperar, antes de apagar su teléfono le dejó un mensaje.

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