*Los personajes de esta historia no me pertenecen, solo es una idea que se me ocurrió y quise escribirla por diversión.
Gotham.
Bruce Wayne esperaba a sus hijos en la sala de la gran mansión, Alfred había ido a recibirlos dándole tiempo de procesar lo que pasaría a continuación, sus hijos tenían mucho que explicar pero dudaba de la capacidad del menor de ellos tomando en cuenta las condiciones en las que Nightwing mencionó que se encontraba.
-Amo Bruce, los jóvenes ya se encuentran aquí- la voz del mayordomo lo sacó de sus pensamientos.
-Gracias Alfred, hazlos pasar-
-No hace falta, ya estamos aquí- habló un animado Dick- Hola Bruce, ¿cómo estás?- se notaba claramente el intento de aligerar la posible tensión que les esperaba.
-Padre- fue el saludo de Damian, quien entró al lugar al lado de Titus. Sí, había decidido llevarlo con él esta vez, por una buena razón.
Su progenitor se levantó del sillón que daba la espalda a ellos para saludarlos, aunque se llevó una sorpresa al ver que no solo ellos estaban en la habitación.
-Buen día, Señor Wayne- le saludó una tercera persona.
-Señorita Roth- le respondió cortésmente- Debo decir que es una sorpresa verla aquí-
La hechicera había convencido a Dick y Kori para poder acompañar a Damian estos días y asegurarse de que estuviera bien ya que desde que despertó ha estado bastante callado y débil, cosa que no es para nada normal, así que resolvió no quedarse en la torre esperando noticias sobre su estado, estaría con él.
Por supuesto el joven tampoco se negó ante su petición pero la figura del caballero de la noche no dejaba de ser imponente aún sin su traje, además de su mirada intimidante como si puediera ver todos sus pecados y una mente tan compleja que ni ella misma puede descifrar, todo esto hacía que Raven empezara a replantearse si haber ido a la mansión era buena idea.
Antes de poder responder sintió como una mano tomaba la suya de manera lenta y con algo de torpeza, era Damian, quien podía sentir su incomodidad y se acercó a manera de apoyo.
-Es mi invitada Padre, ¿hay algún problema con eso?- se adelantó a decir el actual Robin.
-No, por supuesto que no. Bienvenida Rachel- dijo finalmente de manera amable pero distante, no es que le desagradara la hechicera, simplemente no esperaba verla en estas circunstancias.
No lo diría en voz alta, pero el notar que los ojos esmeralda de su hijo no lo enfocaron en ningún momento le ocasionó cierto sentimiento de malestar que lo hizo dejar de lado por completo su sorpresa y cualquier objeción que pudiera tener sobre la presencia de la hija de Trigon.
-Iré a preparar la cena, Srta. Rachel si desea puede acompañarme- ofreció gentilmente el mayordomo.
Damian iba a objetar pero inmediatamente escuchó en su mente como su pareja le hablaba por medio de su conexión.
"Tranquilo, es mejor así"
"Está bien, si necesitas algo estaré aquí" le respondió de igual forma.
La chica asintió y ambos salieron de la habitación, a Raven le agradaba el mayordomo y prefería ayudarlo en cualquier cosa antes que quedarse bajo la mirada inquisitiva del mismísimo Batman, así que estaba bien.
Una vez los tres hombres se quedaron solos en la sala, los hijos del murciélago buscaron un lugar para sentarse. Dick trató de guiar a su hermano menor pero este se negó, en su lugar se dejó guiar por su mascota quien se sentó a su lado una vez encontró el sillón, todo bajo la atenta mirada de su padre.
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Quizás... Un Regalo
RomanceTal vez todo lo que pasó no fue un castigo, ni una maldición.... quizás solo fue... un regalo.