-A ver, una vez más ¿a dónde vamos?- preguntó Nightwing mientras conducía.
-Al centro comercial a comprar los regalos y adornos de navidad- respondió Kori que estaba en el asiento del copiloto.
-¿Y por qué está Cassie en el auto?-
-Para ayudar a cargar las cosas-
-¿ Y Conner?-
-Lo mismo que Cassie- respondió el aludido
-¿Y Kori a qué viene?-
-Yo fuí la de la idea-
-¿Y por qué vengo yo?-
-Porque eres quien conduce-
-¿Y por qué trajimos a Titus?-
-Porque Damian y Raven fueron por el árbol y no estaba Garfield para cuidarlo-
-¿Y Garfield por qué viene?-
-Porque Jaime no quería venir solo- esta vez fue Chico Bestia quien contestó.
-Ah bueno así sí- Culminó Dick.
En efecto, los titanes a petición de su líder se disponían a celebrar la Navidad antes de que cada uno se fuera a su respectiva casa a pasar las vacasiones, esto incluía la decoración y los regalos que debían ir a conseguir en condición de civiles pues según Koriand'r es parte de la diversión navideña.
Una vez llegaron, acordaron dividirse para buscar lo necesario, Kori y Dick irían por los regalos, Conner y Cassie por los adornos y luces, y por último Jaime junto con Garfield y Titus buscarían los bocadillos.
-Apresúrate viejo, o no tendremos tiempo de ir a ver a Santa- vociferó Gar.
-Sabes que no es el Santa real ¿verdad?- Jaime levantaba una ceja.
-¿Ah? Que dijiste hermano?- se volteó a verlo y este suspiró.
-Nada nada, démonos prisa-
Se dirigieron hacia el almacén para buscar la comida pero el guardia los paró rápidamente al ver al can que los acompañaba.
-No se permiten perros dentro de esta área-les dijo con expresión neutral.
-No se preocupe, es un perro perfectamente entrenado- le contestó Gar, recibiendo una mirada incrédula del mayor.
-Demuéstralo-
-Muy bien...Titus, siéntate- señaló al can pero este no obedeció, solo miraba serio al chico de piel verde, como si le estuviera diciendo "no pienso hacerlo solo porque lo pides"
-Vamos, puedes hacerlo- esta vez trató de moverlo para que se sentara sin tener éxito.
"Había olvidado que solo le haces caso a tu dueño", pensó.-Mmmmmm- el guardia levantó una ceja, empezaba a impacientarse.
-Bueno, nunca dije que yo lo hubiera entrenado- levantó un poco los hombros.
-Disculpe, ¿podemos dejarlo con usted aquí mientras vamos a comprar?Le prometo que no tardaremos mucho- interrumpió Jaime en un intento de aligerar la situación.
El hombre miró al perro unos segundos y aceptó.
-Tienen diez minutos, así que apresúrense-
-Gracias señor- ambos entraron rápidamente a buscar lo que necesitaban, no sin antes ver como el perro tomaba asiento al lado del guardia, cosa que no le hizo mucha gracia a Chico Bestia quien lo miró entrecerrando los ojos antes de alejarse.
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Quizás... Un Regalo
RomanceTal vez todo lo que pasó no fue un castigo, ni una maldición.... quizás solo fue... un regalo.