*Los personajes de esta historia no me pertenecen, solo es una idea que se me ocurrió y quise escribirla por diversión.
Mansión Wayne.
Alfred Pennyworth se encontraba en la cocina terminando de preparar la cena, durante la tarde había limpiado las habitaciones de los hijos del murciélago y ahora solo restaba esperar su llegada.
El amo Bruce aún no llegaba de la oficina, probablemente no tardaría.
Internamente agradecía que este le hubiera hecho caso a su sugerencia de llevar al joven amo a Amsterdam, pues aunque entendía perfectamente la personalidad de ambos Wayne, sabía que les hacía falta tiempo de padre e hijo para mejorar su comunicación.Además, al joven Damian le sentaría bien conocer una ciudad como esa, con la perfecta combinación entre lo antiguo y lo contemporáneo, llena de arte e historia ¿quién sabe? Quizás encuentre inspiración para una nueva pintura, o componga alguna pieza musical como hace tiempo no lo hace, no desde que se fué con los Titanes y ser Robin se convirtió en un "trabajo de tiempo completo" como este le solía decir en sus visitas.
Había que decirlo, el actual Robin era un prodigio no solo intelectualmente o en combate, también en las bellas artes, además de la pintura también tocaba maravillosamente el violín y uno que otro instrumento más.
Sin embargo, siempre prefirió guardar esos dones para si mismo y ocasionalmente para él.
Recordaba las veces que aprovechaba el llevarle un refrigerio al estudio que antes había sido de la Sra Martha y el le había ayudado a adecuar para que pudiera tocar y pintar el tiempo que quisiera, solo para escuchar disimuladamente como el menor de los Wayne deslizaba sus dedos en el violín.
Justo cuando terminaba de preparar la cena, el Amo Bruce apareció en la cocina para saludar.
-Hola Alfred-
-Buenas noches amo Bruce-
-¿Aún no han llegado los chicos?-
-Aún no, pero tomando en cuenta la hora no deben tardar, imagino que desea esperalos para cenar-
-Por supuesto Alfred, seguramente ya están por llegar-
-Imagino que usted ya tiene todo listo para su viaje con el joven Damian- el mayordomo pudo notar una pisca de nerviosismo en el murciélago.
Levanto una ceja con incredulidad, después de tanto tiempo, el amo Bruce aún no sabía como tratar a su hijo fuera de los mantos... Batman sabía perfectamente como tratar a Robin, pero Bruce Wayne aún debía aprender a ser un buen padre.
Aunque debía reconocer que ha estado haciéndolo cada vez mejor.
-Claro, solo espero que no se aburra demasiado, sabes perfectamente que odia este tipo de reuniones- habló finalmente el caballero de la noche.
-Si, esa información es de mi conocimiento. Sin embargo, pienso que aunque no lo demuestre el joven amo debe estar emocionado de pasar una semana con padre, ¿no cree?-
-Bueno Alfred, supongo que aveces hay que tener algo de fé- esta vez sonó más optimista.
-Mmmm curioso que lo diga dado que usted no es precisamente conocido por dejar las cosas al azar, pero debo decir... que me alegra escucharlo- una pequeña sonrisa asomaba en el rostro del mayordomo.
Bruce estuvo a punto de decir algo más cuando sonó su teléfono, luego de ver de quién se trataba, aunque fuera obvio, contestó.
-Richard, ¿dónde están?
-Hola Bruce! Ya estamos llegando a la mansión, mira por la ventana-
El murciélago hizo lo que le dijo y efectivamente pudo divisar a lo lejos el auto de Dick.
ESTÁS LEYENDO
Quizás... Un Regalo
RomanceTal vez todo lo que pasó no fue un castigo, ni una maldición.... quizás solo fue... un regalo.