Fábrica abandonada en las afueras de Jump City.
Todo pasaba en cámara lenta, Superboy abrazaba a la niña mientras miraba hacia donde se suponía que debería estar su compañero, pero ya no había barandal, ya no había nada.
Corrió cerca de la ventana y de una patada rompió el cristal, con un vistazo rápido vió que aún estaba el colchón de rescate.
-Ok escucha pequeña, tienes que saltar, ahora- dijo lo más calmado que pudo para no alterarla mientras la sujetaba de los hombros.
-¡No! Tengo miedo...- sollozaba la pequeña.
-Lo se, pero estarás mas segura ahí abajo y yo debo ir por mi compañero ¿lo entiendes? Necesito que hagas esto- entendía su miedo, pero no podía arriesgarla a quedar atrapada entre los escombros si el edificio se desplomaba o que se siguiera exponiendo a la toxina de los contenedores, abajo estaría más segura.
-Por favor, yo se que eres una niña valiente y debes hacer esto o no podré ir por mi compañero ¿lo entiendes?-
La niña iba a asentir pero no alcanzó a hacerlo cuando un ruido detrás de ellos alertó a Conner, algunos contenedores habían colapsado y ahora miles de litros de lo que sea que fuera ese líquido negro venían hacia ellos.
-Ay no...- tomó a la pequeña entre sus brazos en un intento de protegerla y ambos fueron arrojados hacia el exterior por aquella sustancia oscura.
Afortunadamente cayeron sobre el colchón de rescate, tan pronto verificó el estado de la pequeña se apresuró a dejarla con las autoridades cercanas lo más rápido que pudo y se dispuso a volver al edificio cuando una voz conocida lo detuvo.
-iSuperboy! por fin te encuentro- la voz de Nightwing se escuchó a sus espaldas, al parecer los titanes habían despertado-¿Qué sucedió?-
Ciertamente Nightwing se encontraba confundido al igual que los demás titanes, el rostro del joven alertó al mayor, y esa preocupación creció más al ver que uno de ellos faltaba en el lugar.
-¿Has visto a Robin?- preguntó al no verlo por ninguna parte.
El muchacho lo miró con una mezcla de preocupación y vergüenza pero no respondió.
-Superboy.... ¿dónde está Robin?- esta vez era la voz de Raven quién al usar su empatía se alteró pues lograba sentir la preocupación y culpa en su compañero.
-¿Dónde está?- volvió a preguntar.
La amatista lo tomó de los hombros y lo sacudió con fuerza, el no pudo articular palabra alguna, en lugar de eso señaló a la ventana del edificio por el que minutos atrás había salido disparado.
-No....- la voz de la mitad demonio fue un susurro que se perdió con el viento.
••••••••
Damian Wayne ya casi no podía ver nada, sus ojos ardían y sus fuerzas se acababan.
Cuando el contenedor en el que había caído colapsó fue arrastrado por aquella sustancia hasta quedar cerca de la pared, recibiendo varios golpes de objetos contundentes en el proceso, empezó a toser, vomitó un poco y se dió cuenta que había ingerido una considerable cantidad de esa sustancia tóxica.
Arrastrándose trataba de llegar hasta la ventana cuando se dió cuenta de que no estaba solo.
-Maldición ¿dónde está?- una voz distorsionada como la del hombre que enfrentó minutos antes resonó en el lugar.
-No pudo haber llegado muy lejos- otro individuo habló también.
Distinguió solo dos voces, seguramente más tipos con capucha. Estaba en una clara desventaja así que su única opción era salir de ahí sin ser visto ni escuchado aunque su condición hacía que esa tarea fuera prácticamente imposible, sus sentidos no estaban en óptimas condiciones, de hecho ya empezaban a fallarle.
ESTÁS LEYENDO
Quizás... Un Regalo
RomansaTal vez todo lo que pasó no fue un castigo, ni una maldición.... quizás solo fue... un regalo.