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*Los personajes de esta historia no me pertenecen, solo es una idea que se me ocurrió y quise escribirla por diversión.

Amsterdam.

Damian veía como la mujer se acercaba a ellos con una expresión decepcionada, hasta que un hombre que también salía del edificio la detuvo y empezó a hablarle.

El joven fijó su vista en la pequeña a su lado que estaba tirando de su abrigo mientras señalaba al heladero que estaba en el mismo lugar de antes.

-Oh no, no te compraré otro helado, te hará daño comer tanto dulce- le dijo. La pequeña negó rápidamente y señaló a su mamá.

-Mama mamá- señalo nuevamente al heladero.

-Ahh  es para tu mamá... espera ¿estás tratando de evitar que se enoje dándole un helado?- no respondió, pero una sonrisa juguetona en su rostro fue suficiente para saber que esa era su idea.

Damian miró a la mujer que seguía hablando con el hombre y luego a la pequeña con expresión divertida.

-Brillante- dijo mientras le daba una sonrisa cómplice a Luna.

-Vamos- la tomó de la mano y la llevó hacia el heladero nuevamente. Esta vez, la niña eligió un helado de fresa para su mamá.

Tan pronto regresaron a su lugar, la madre de la pequeña había terminado de hablar con aquel hombre y continuó caminando hacia ellos.

Cuando estuvo lo suficientemente cerca, su hija fue corriendo hacia ella y emocionada le dió el helado que había elegido para ella.

-Gracias mi amor- le dió un beso en la frente y en seguida notó que tenía todo el vestido manchado de chocolate.

-Pero ¿qué le pasó a tu ropa?- miró inmediatamente al joven ojiverde que abrió los ojos y luego se rascó la cabeza mientras miraba al suelo.

-Yo.. bueno, ella quiso un helado y...- fue interrumpido por la mayor que soltó una pequeña carcajada.

-No te preocupes, muchas gracias por cuidarla- sacó el reloj de su bolsillo.

-Ten-

-Puede conservarlo- dijo restándole importancia.

-Gracias pero se ve que es caro, no puedo aceptarlo- tomó su mano y se lo devolvió.

-Mmm en ese caso...- miró a la hija de la mujer- Te lo daré a ti- sin dudarlo la pequeña con síndrome de down lo tomó y miró al ojiverde.

-Es un recuerdo, para ti-

Luna le enseñó el reloj a su madre quien negaba con la cabeza divertida.

-Muy bien, tu ganas, puedes conservarlo mi amor-

El actual Robin sonrió con suficiencia.

-Sé que no es de mi incumbencia pero... ¿cómo le fué?-

Kathy fijó su vista en el muchacho y le dedicó una sonrisa.

-Al principio pensé que no me había ido nada bien, pero el hombre que se me acercó cuando salí me dijo que tenía el perfil perfecto para lo que estaban buscando... empiezo el lunes- dijo emocionada.

-Eso me alegra mucho señora- dijo sinceramente.

-Por favor, llámame Kathy-

Dicho esto se agachó a la altura de su pequeña.

-A partir de ahora, todo será mejor, lo prometo- revolvió un poco su cabello y le besó la cabeza.

-Ahora ya tenemos que irnos, despídete de tu amigo Damian- le señaló al chico.

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