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*Los personajes de esta historia no me pertenecen, solo es una idea que se me ocurrió y quise escribirla por diversión.

Mansión Wayne

Raven dormía sobre el pecho de Damian, quien la rodeaba con sus brazos al tiempo en que jugaba con su cabello.
Su cercanía lo tranquilizaba, el sentirla respirando en su pecho, bajo sus sábanas, piel con piel y su aroma... lo enloquecía, al punto en que ya no podía imaginar una vida sin ella, aún trataba de convencerse de que no había sido un sueño.

No solo había recorrido todo su ser, en un momento su conexión fue tan fuerte que pudo verla con más claridad que nunca, sus miedos, sus inseguridades, la presión que cargaba su corazón. Ellos eran parecidos, vivían su vida cargando con legados que no pidieron, pero ella... ella merecía algo mejor.

Merecía esa vida que el joven logró ver en la inmensidad de sus pensamientos, una vida normal, tranquila, sin legados, sin demonios, sin tener que pensar en controlar sus emociones, sin tener miedo a llorar o  enojarse, una vida donde ella pueda abrazar sus sentimientos, buenos o malos, sin preocuparse de lo que pase después.

Flashback.

De un momento a otro sintió como el cuerpo de su compañera se alejaba súbitamente del suyo.

-¿Ocurre algo? ¿Te lastimé?- preocupado trató de acercarse a ella pero se alejó.

-¿Tú a mí? ¿Es una broma?- le respondía con voz llorosa.

Al principio no entendía a qué se refería, pero no le tomó mucho tiempo averiguarlo, ella se sentía avergonzada.

-Amada...-

-Soy horrible...- murmuraba para sí misma.

-No digas eso-

-Lo dices porque no puedes verme- decía mientras miraba sus manos, realmente agradecía que no pudiera verla, en un momento cuando se dejaba llevar por sus sentimientos, sin darse cuenta su piel se había tornado roja, en su rostro apareció otro par de ojos color fuego y sus uñas asimilaban garras con las que sin darse cuenta había rasguñado la espalda del joven Robin.

-¿De qué hablas? Te he visto así antes- trataba de reconfortarla.

-Pero no así.. no es lo mismo esto... esto debería ser... yo no debería verme así ahora- hablaba tan entrecortadamente que no podía terminar una oración- Abrazo lo que siento por unos segundos... y me convierto en esto...- su voz se quebraba cada vez más.

Sin darle tiempo de alejarse de nuevo la abrazó, negándose a soltarla a pesar de sus esfuerzos.

-¿En serio crees que soy así de superficial?¿se te olvida que tenemos una conexión?- empezó a decir con voz calmada- no puedo verte ahora, pero puedo sentirte, eres Rachel, mi Rachel... y en tanto pueda sentir que eres tú, lo demás no tiene importancia-

Pasó sus manos por su rostro, al rededor de las cuencas de sus ojos que poco a poco volvían a ser solo un par y la besó, la besó con toda la pasión de su corazón, y se aseguró de que lo sintiera.

Que sintiera que estaba ahí para ella, para acompañarla en sus miedos e inseguridades, para amarla en los días buenos y los malos,que no le importaba su pasado y estaba ahí para acompañarla caminando hacia el futuro, porque eso era lo que sentían el uno por el otro, ellos se amaban.

No pasó mucho tiempo cuando ella le devolvió el beso y correspondió a sus sentimientos, dejándose embriagar por aquella sensación que solo él podía provocarle.

Fin del Flashback

Sintió como la mitad demonio se movía sobre su pecho acurrucándose en este, se veía muy tierna.

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