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*Los personajes de esta historia no me pertenecen, solo es una idea que se me ocurrió y quise escribirla por diversión.

Era un día tranquilo en Jump City, pasaban de las 5 de la tarde cuando una pareja  se encontraba caminando  de la mano hacia ningún lugar en particular.

-Bueno, debo admitir que tu idea de una cita "sin armas ni magia" ha superado las expectativas que tenía en un principio- habló el chico de ojos verdes con una casi imperceptible sonrisa.

-¿En serio?- habló la chica de ojos amatista que caminaba a su lado alzando una ceja y fijando su mirada en él.

-Si, ha sido interesante ¿sabes?Además de tranquila y amena-

-¿Cuando dices "tranquila y amena" te refieres a el momento en el que le fracturaste la muñeca a ese chico fuera del restaurante?- dijo con sarcasmo la chica.

-Se refirió a ti de una manera poco respetuosa y estuvo a punto de tocarte, creo que deberías darme crédito por haber sido tan suave y solo haberle fracturado la muñeca- habló excusándose el ojiverde -además no usé armas- volvió su mirada hacia su acompañante quien intentaba mantener un semblante serio, sin embargo, el brillo en sus ojos y la pequeña sonrisa que esbozó la delataron.

-Como digas, aunque para la próxima puedo defenderme yo sola- posó su vista en el camino.
- Aunque debo admitir que ver a ese chico prácticamente haciéndose pipí del miedo fue gracioso, pobre- dijo y soltó una leve  carcajada.

-Ahora lo pensará dos veces antes de portarse impertinente frente a una mujer- terminó por decir el chico de los ojos verdes antes de revisar su reloj.

-Aún faltan unas horas para la "diversión obligatoria" que mencionó Starfire en el desayuno, ¿hay algún lugar al que quieras ir?
-Supongo que podríamos ir a caminar a la playa, y pasar un rato en el muelle para ver el atardecer, tal como esas comedias románticas que tanto le gustan a Kori- soltó con algo de  sarcasmo la amatista, aunque realmente si tenia ganas de caminar en la playa.

-Mientras no termine siendo un musical, será como tú desees, beloved- la miró y le sonrió.

Pasaron casi una hora caminando por la playa, habían decidido llegar a pie hasta el muelle y descanzar un rato, mientras tanto veían a las demás personas en el lugar, parejas, familias, surfistas, un poco de todo.

La amatista no pudo evitar sentirse un poco fuera de lugar debido a las vestimentas que traían, ella usaba un pantalón de tiro alto el cual había doblado para que no se mojara con el salpicar del agua, una top negra y una chaqueta de cuero del mismo color, contrastaba con su pálida piel. Mientras el llevaba un pantalón largo que también había doblado, una camisa negra y un abrigo rojo, ambos llevaban los zapatos en la mano para que no se llenaran de arena.

Habían caminado un largo tiempo en completo silencio, pero no era incómodo, expresar sus sentimientos y ser extrovertidos no era precisamente su fuerte, pero se entendían y disfrutaban de la compañía del otro en silencio, leían juntos, entrenaban, ella le enseñó a meditar y el la ayudaba con el combate cuerpo a cuerpo, casi nunca eran necesarias las palabras, de alguna manera estaban conectados y eso les agradaba.

El ojiverde no puede evitar fijar su vista en una familia que se encontraba haciendo un castillo de arena, el padre llevaba los cubos mientras la madre y el hijo trataban de darle forma, no entendía por qué pero ver esa escena le provocó un ligero sentimiento de tristeza que no pasó desapercibido para su acompañante.

-¿Te sientes bien?- dijo mirando hacia la misma dirección que el.

-Si, solo estaba pensando...- dijo y volvió su mirada al frente.

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