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*Los personajes de esta historia no me pertenecen, solo es una idea que se me ocurrió y quise escribirla por diversión. 

Amsterdam.

Luego de regresar al hotel y ordenar lo que habían comprado, ambos Wayne optaron por ir a comer a un restaurante cercano.

El menor estaba en completo silencio, a decir verdad después de su conversación de la mañana no tenía mucho más que decir, era mejor dejar las cosas así. Su padre tampoco habló más de lo necesario hasta que luego de recibir algunos mensajes en un momento, captó la atención de su hijo.

-En la gala de mañana- empezó a decir mirando su teléfono, haciéndo que el menor quitara la vista de su comida y la fijara en él.

-Además de la srta Dumont, se presentarán algunos grupos locales y otros artistas invitados...- el petirrojo miraba con duda a su progenitor.

-¿Y?- dijo al ver que este no continuaba.

-Y... quieren saber si tú quieres presentarte también.

-¿Es broma no?- respondió incrédulo.

-No, en realidad es una invitación general para los asistentes, quien lo desee puede presentarse, para muchos puede ser una gran oportunidad ya que este evento será abierto a la prensa a diferencia de los otros de esta semana- dijo tranquilo.

-¿No pretendes  que yo participe, verdad?- al ver la expresión de su hijo rió un poco.

-No en realidad, solo te lo estaba mencionando, aunque después de tu presentación en la plaza el otro día tampoco lo vería imposible-

-Eso era diferente padre- habló con tono de obviedad- esa clase de reconocimientos no me interesan.

-¿Ah si?¿entonces a qué clase de reconocimiento aspiras?-

"El tuyo" pensó fugazmente sorprendiéndose a si mismo por ese pensamiento, aunque no lo dijera en voz alta y aveces nisiquiera lo aceptara, es verdad que todos estos años, siempre aspiró a que su padre estuviera orgulloso de él, demostrándole que podía ser el mejor, que podía ser un héroe, pero aparentemente haga lo que haga nunca será suficiente, ni para Bruce Wayne, ni para Batman.

Se guardó esa respuesta para si mismo y rápidamente contestó lo primero que se le vino a la mente.

-Ninguno, la vida pública es una pérdida de tiempo, solo es pavoneo infructuoso- se encogió de hombros. Su padre iba a  decir algo más pero en ese momento se les acercó uno de los meseros.

-¿Desean algo más caballeros?- preguntó educadamente.

-Gracias, por mi parte no- negó levemente.

-¿Y usted jovencito?-

-Me gustaría una copa de Champán, por favor- dijo educadamente.

-No sabía que te gustara el champán Damian- dijo un poco soprendido Bruce.

-Lo probé el día que llegamos- dijo sin mayor interés.

-En ese caso, yo también pediré una copa- se dirigió al mesero.

-Un jovencito con buen gusto en bebidas sin duda, en un minuto les traigo sus copas, con permiso- se retiró volver para luego de un momento con las copas.

-Que lo disfruten caballeros- fue lo último que dijo antes de retirarse para atender otras mesas.

El ojiverde miró el contenido de su copa, si bien nunca le gustaron las bebidas que llevaran alcohol, en cualquier medida, había encontrado cierto gusto en el Champán.

Quizás... Un Regalo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora