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*Los personajes de esta historia no me pertenecen, solo es una idea que se me ocurrió y quise escribirla por diversión.

Centro comercial en San Franciso

-¿Que te parece este?- preguntaba una chica rubia a su amigo mientras le mostraba un bolso color beige.

-Ammmm es ¿bonito? - le respondió no muy convencido al no notar la diferencia entre ese bolso y los otros tantos que le mostro antes.

-Es poco práctico e irracionalmente caro, al igual que el resto de cosas en este lugar, yo lo pensaría dos veces- Damian Wayne pasó al lado de la chica mientras buscaba la sección de caballeros en aquella tienda.

La muchacha resopló ante sus palabras y lo miró con disgusto.

-No pedí tu opinión- resopló.

-Es cierto, pero por si no lo notaste, ya agotaste a tu compañero, además, una opinión sincera no te vendría mal- hablaba sin mirarla mientras continuaba observando la tienda- Como sea, solo apresúrate para poder salir de aquí-

-Y a todo esto ¿tú por qué estás aquí?- continuó hablando mientras dejaba el bolso de lado para dirigirse hacia la salida, a lo que ambos chicos la siguieron.

-Porque necesito ropa- contestó con obviedad.

En efecto, aquel día el hombre a cargo del hotel "Constanza" se dirigió hacia el centro comercial mas cercano,para buscar algunos souvenirs, viaje que, tanto su hija como su amigo y el hijo de Bruce Wayne, aprovecharon para hacer algunas compras personales.

Uno pensaría que el hijo de Batman no optaría por exponerse y encontrarse a alguno de sus compañeros, pero San Francisco era una ciudad bastante grande, y estaba lo suficientemente lejos como para ni siquiera sentir la conexión con su amada, podía estar ahí sin levantar sospechas.

-Y no podías, no se... ¿comprarla por internet o algo?- continuó la muchacha.

-Podría, si mi teléfono funcionara, además eso tardaría demasiado, ¿siempre tienes ideas tan poco prácticas?- el ojiverde continuaba buscando alguna tienda con ropa decente.

-Ash- la rubia rodó los ojos y caminó mas rápido para alejarse de ellos, estaba visiblemente frustrada. A ella le encantaba ir de compras, era divertido con su madre y hermana, pero su madre tuvo que quedarse en el hotel y su hermanita estaba en la escuela por lo que las únicas personas con quienes contaba en ese momento eran su amigo y aquel chico al que había atropellado por accidente hace días- ¿Sabes que no tienes que venir con nosotros, verdad? ¿Por qué mejor no te pierdes por ahí hasta que sea hora de irnos?- escupió con ligero disgusto al muchacho de ojos verdes, pero este ya se había ido por su cuenta antes de que ella empezara a hablar nuevamente.

-Ah, Jo- le interrumpió el peliazul.

-¿Qué?- levantó una ceja por la interrupción a lo que el joven señaló hacia labentrada de una tienda, justamente donde Damian estaba ingresando por su cuenta.

-Yo creo que te tomó la palabra- agregó Will.

-Hijo de... ¿cómo se atreve a irse sin escuchar lo que le estaba diciendo? - murmuró con cierto tono de molestia que trató de ocultar.

-Vamos, no dejes que ese cascarrabias te arruine el día- trató de animarla- Hay que ir a otra tienda-

-Si, tienes razón- le dedicó una sonrisa sincera y siguieron caminando hasta la siguiente tienda.

Entretanto, Damian elegía algunas prendas en el local donde había entrado, ya que la mayoría de su ropa había quedado arruinada desde "el accidente", se le hizo una buena idea ir de compras, además de un celular o una tablet.

Quizás... Un Regalo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora