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La presión ha existido desde siempre en las cúpulas omega, ¿qué sucederá cuando se cansen de ser tan sumisos?
El error más grande siempre ha sido subestimarlos, tomarlos como débiles. Con ayuda de un gruñido, au...
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Gustabo terminó en el despacho del superintendente, sentado en una silla frente a su escritorio. Era observado, su rostro y sus llamativas marcas en el cuello que había intentado ocultar, no le gustaba ser visto de esa forma, lo dejaba en claro su olor deprimido.
ᶜᵒⁿʷᵃʸ- ─『¿Qué te pasó?』─Preguntó tranquilo e interesado, oler los jazmines de esa forma lo deprimían también. Estaba obligado a animarlo, no sólo su lobo se lo pedía, sino que su corazón también. Era como ver a su esposa triste.
ᵍᵘˢᵗᵃᵇᵒ- ─『¿Te importa?』─Devolvió esquivo, en otras circunstancias le estaría coqueteando, pero no estaba de humor ahora. Todo lo que quería era tener otra habitación, había ido a buscarlo para eso, pero fue obligado a quedarse.─『No tengo que responderte, no eres mi alfa.』─Soltó malhumorado.
El superintendente se quedó pensando, intentaba descifrar que le estaba ocurriendo a ese omega, siempre se mostraba dócil y dispuesto a todo, ahora se comportaba arisco.
ᶜᵒⁿʷᵃʸ- ─『No, no soy tu puto alfa.』─Respondió firme.─『Te estoy preguntando porque quiero saber qué coño te pasó, a no ser que quieras sentirte mejor con ayuda del “Pueblo”』─Mencionó, refiriéndose a otros alfas.
Gustabo comenzó a reírse en su lugar y pasó a mirar fijo al alfa frente a él, sus ojos azules estaban algo cristalinos.
ᵍᵘˢᵗᵃᵇᵒ- ─『Sí, debería hacer eso. Debería acostarme con todos en este asqueroso lugar.』─Intentaba permanecer fuerte, pero ni siquiera se daba cuenta de que su voz estaba completamente rota y no dejaban de caer lágrimas por sus ojos.─『Para eso fui hecho después de todo, ¿no?, ¡soy el saco de semen perfecto!』─Se levantó y dio un giro en su lugar entre carcajadas, le dolía mucho el corazón. Se sorprendió un poco de tal dolor, pensó que hace mucho eso se había apagado al romperse toda su alma entre gritos de agonía y torturas en una camilla.─『¡Puedo hacerlo!, ¿¡no!?』─Susurró lo último entre sollozos, había olvidado lo que se sentía recordar la realidad. La realidad de ser el juguete perfectamente imperfecto al poder ser utilizado por todos los alfas que haya, pero que, al mismo tiempo era inútil para tener pequeños cachorros.─『Por eso soy un. . .』─El despacho ya estaba completamente inundado del aroma deprimente, triste y desesperado a naranjas mezcladas con jazmín. Si no fuera por los brazos del superintendente envolviéndolo con cariño, Gustabo estaría jalando su cabello rubio para intentar calmarse y seguir fingiendo que todo está más que correcto, nunca se rompía frente a nadie, no esperaba hacerlo con un alfa presente tampoco.
ᶜᵒⁿʷᵃʸ- ─『Gustabín, está bien, cálmate.』─Acarició con cuidado su cabello, aspirando todo el olor a jazmín. Cerró sus ojos, los abrió y por unos segundos su corazón casi se detuvo. Una vista engañosa, era el cabello rubio, largo, muy largo. .
❝Jack.❞
Presionó con más fuerza al omega entre sus brazos, sintiendo la calidez de su pequeño cuerpo. Estaba viendo a la mujer que tanto extrañaba.
