✷◎்۫۫❃۬◦۪۪̥┅┅┅┅┅┅┅┅┅┅┅┅┅┅┅┅┅┅┅┅┅┅┅┅┅┅
La presión ha existido desde siempre en las cúpulas omega, ¿qué sucederá cuando se cansen de ser tan sumisos?
El error más grande siempre ha sido subestimarlos, tomarlos como débiles. Con ayuda de un gruñido, au...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Tal vez carente de todo sentido profundo, miraba las olas, cumplía su sueño, pero no sentía nada en ello. Quería llorar triste de no emocionarse por ser libre, y las lágrimas no caían. Aunque lo niegue, quizás muy en el fondo sabía que todo lo que estaba haciendo no era bueno, y que no iba a ser libre de ninguna forma.
Él al menos no, pero las personas que intentaba ayudar sí. Esperaba que ellos lo hagan mejor, porque ya estaba podrido y arruinado, como el resto del mundo.
El presente era asqueroso, y ellos eran la esperanza de un futuro mejor donde no tengan que dejarse ser aplastados como insectos para sobrevivir, para siquiera tener permiso de respirar.
Cerró los ojos, disfrutando del viento frío de la mañana. Raro, esa frescura le hizo recordar lo bien que quedaban esos ojos celestes y apagados en el alfa con su piel pálida. Antes su corazón se agitaba al pensar en él, pero ahora que no quedaba nada, era imposible.
Si lo pensaba mejor, navegando entre todos sus sentimientos, ese comisario tan desolado estaba algo igual que él, sólo algo, y comprendía todo, ¿por qué lo comprendía?, no tendría que importarle, es un alfa. Su único pecado es haber nacido tan libre, que ahogó a su compañero en cenizas.
Tosió un poco, desde que abandonó esa llave, se sentía enfermo, mareado. Era algo familiar, parecido a estar encerrado completamente drogado y siendo incapaz de moverse. Miró sus manos temblorosas, preguntándose porqué aunque use su habilidad, nada llegaba.
Quería estar lleno de nuevo, aunque sea rabia, dolor, ¿por qué no había nada?, ¿nuevamente le habían quitado todo?
Sacó su celular del bolsillo, este era más confuso que el anterior al ser de mejor calidad. Al menos sabía llamar. Marcó al número de comisaría, esperó a que suene y luego alguien respondió.
❝Línea de emergencia, ¿cuál es el problema?❞─ᴸᵉᵒᵖᵒˡᵈᵒ-
Reconocía su voz, era ese alfa suavecito de aroma a malvaviscos.
ᴴᵒʳᵃᶜᶤᵒ- ─『Ninguno.』─
ᴴᵒʳᵃᶜᶤᵒ- ─『Estoy buscando al comisario Volkov.』─
❝Él no se encuentra ahora, ¿quiere dejarle un mensaje?❞─ᴸᵉᵒᵖᵒˡᵈᵒ-
ᴴᵒʳᵃᶜᶤᵒ- ─『Reunión mañana, en el norte, norte, norte.』─
ᴴᵒʳᵃᶜᶤᵒ- ─『Antes de que caiga el sol, en la playa.』─
❝Anotado, e-eh. ., ¿su nombre?❞─ᴸᵉᵒᵖᵒˡᵈᵒ-
ᴴᵒʳᵃᶜᶤᵒ- ─『H, sólo H.』─
Cortó y lanzó el celular al mar, odiaba esas cosas, además el brillo le quemaba los ojos, ¿lo peor?, es que podían rastrearte con sólo enviar un mensaje. Una auténtica basura que no valía la pena usar si no era para llamadas o mensajes.
