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La presión ha existido desde siempre en las cúpulas omega, ¿qué sucederá cuando se cansen de ser tan sumisos?
El error más grande siempre ha sido subestimarlos, tomarlos como débiles. Con ayuda de un gruñido, au...
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Entrar a comisaría era como estar en el infierno. Los olores fuertes mezclándose, los policías enfadados que encima te atendían para la mierda. Siempre parecían agitados o amargados por algo, necesitaban descargarse, pero ninguno era partidario de ir a buscar un omega a menos que sea para reproducción. Son bastante orgullosos, ver un omega por otro motivo se les hacía estúpido.
Al menos eso pensaban todos, hasta que una extraña caja plateada y enorme en las puertas de cristal les hizo cambiar de opinión. Una hermosa caja adornada con un moño negro y una etiqueta que decía: “Para Viktor Volkov. Con amor: tu puta madre. Nah es broma, lo manda tu mafia sexy favorita, goza el regalo, esta vez no es un brazo de Ivanov, no llores, comisario de mierda.”
Los agentes no sabían bien que hacer, la caja no era para ellos. Todos la rodeaban, mirándola con cautela, lo que estuviera dentro no podía ser nada bueno, aunque desprendía un extraño olor agradable al olfato de algunos.
ᶜᵒⁿʷᵃʸ- ─『¿Por qué coño seguís todos aquí?, muevan el puto culo al trabajo.』─Gruñó Conway, observando como todos sus inferiores se alejaban de la caja nerviosos y de forma veloz, dejando el paquete a la vista. Frunció el ceño leyendo la etiqueta, luego sacó su radio.─『Volkov, ¿me copias?』─
❝Le copio, ¿qué necesita?❞ ─ ᵛᵒˡᵏᵒᵛ-
ᶜᵒⁿʷᵃʸ- ─『Ven a entrada de comisaría, dejaron una mierda para ti.』─
❝10-4.❞ ─ ᵛᵒˡᵏᵒᵛ-
Estaban todos reunidos en la entrada. Habían cerrado comisaría por si el paquete contenía algo peligroso, a los agentes se les hacía raro que se les permita quedarse, pero no se iban a quejar. Conway se los permitió exactamente porque uno poseía una habilidad capaz de cubrirlos si llegaba a ser una bomba.
Volkov se inclinó dudoso hacia la caja, era bastante grande, pero no muy pesada. Se sintió algo agitado cuando el exquisito olor a chocolate y vodka se metió en su nariz, provocando un pequeño cosquilleo. Se desesperó y quitó la tapa del obsequio, encontrándose con algo que no había visto nunca, un omega. Un omega durmiendo tranquilamente, siendo envuelto por una esponjada manta negra. El olor se hizo más fuerte.
ᵛᵒˡᵏᵒᵛ- ─『¿Q-Qué cojones?』─Susurró para sí mismo. Sintiendo su temperatura corporal subir rápidamente.─『Omega. .』─Sus manos comenzaron a temblar, con la fuerte necesidad de tocarlo, tocarlo donde sea. Respiraba agitado, aspirando todo el olor posible.─『Omega. .mío. .』─Gruñó ronco.
Horacio abrió sus ojos verdosos. Se asustó un poco al notar que estaba siendo observado por muchos alfas. Saltó a los brazos del ruso sin dudarlo, dejando salir un pequeño gemido al notar el calor y fuerte olor de este.
ᵛᵒˡᵏᵒᵛ- ─『Omega. .』─Volvió a susurrar Volkov, paseando con suavidad sus manos en la piel desnuda de su espalda. Sólo la manta negra lo cubría. Su boca se sentía rara, tenía ganas de morder al pequeño, donde sea, muy fuerte. Dejaba salir un fuerte olor a albahaca que indicaba que el omega era suyo, cualquiera que se acerque iba a terminar con los huesos oxidados.
