Capítulo 57: Tiza

13.4K 597 135
                                    

¿Habéis mirado a alguien alguna vez y habéis sentido como que le conociéseis de toda la vida? Y si os ha pasado esto y habéis tenido la oportunidad de hablar con esa persona, ¿sentísteis que es vuestra alma gemela? Hay persona que creen que hay alguien en el mundo exactamente igual que ellos, y que en algún momento de su vida se verán y encontrarán el verdadero sentido de su existencia.

- ¿Sabes lo que echo de menos? -preguntó Julia colocándose la mochila. - Esa sensación de pelo láceo cuando te secabas el pelo después de habértelo lavado con ese champú que te dejaba ese olor tan rico en el cabello -dijo tocándose la melena.

- Yo lo que echo de menos es esos días de invierno en los que hacía mucho frío y te dabas una ducha calentita -Julia se paró y cogió algo de su mochila. - ¿Julia, qué haces? -pregunté mirándola.

- Nada, nada. Sigue andando que ahora te alcanzo.

- Bueno, como decía... Ponerme mi pijamita calentito después de la ducha que dejaba empañados los cristales y meterme a mi camita para hacerme una bola. O mejor dicho, una croqueta, que por aquel entonces estaba bien gordita -me reí bromeando. - ¡Julia! -me paré y miré hacia atrás. - ¡Vamos que tenemos que encontrar sitio para dormir esta noche!

- Perdón, perdón -corrió hacia mí. - Yo echo de menos las pizzas de la pizzería de mi pueblo.

- Las hamburguesas de un euro del ''Mardona'' -Julia soltó una carcajada.

- La nocilla derretida en un crepe.

- Un puto plato de lentejas de los de mi madre, ¡joder! -suspiré.

Julia me miró y me agarró la mano para apretármela en señal de cariño.

- ¿Por qué...? -pregunté bajito.

- ¿Por qué qué? -dijo extrañada.

- ¿Por qué dejar el único lugar seguro que hemos encontrado en semanas y abandonar a lo que ahora es tu familia para venirse conmigo? -dije acelerando el paso.

- Mi única familia eres tú -dijo adelantándome. - Y sí, quizás haya estado con Jhon y me haya acostado con él varias veces, pero Patri, necesitaba sentir algo... tenía esa necesidad.

- ¿Y yo? ¿Yo no la tengo? -dije cabreada.

- ¡¿Y Ángel qué es?! -me recriminió.

- No sé lo que es, o lo que era... Quizás su cuerpo musculado, su suave melena o su barbita tan sexy me revolucionaran lo que vienen siendo las hormonas -dije riéndome.

Julia y yo pasamos un buen rato hablando sobre tonterías. Ella, de vez en cuando, se paraba y agachaba al suelo, aunque no me dejaba ver para qué. Siempre tenía una excusa distinta.

- ¿Qué es eso? -dijo Julia señalando hacia delante de las vías.

- ¡Vamos! -dije corriendo.

Nos acercamos un poco más y era un ave descarrilado. 

- Joder... -dije bajito.

- ¿Qué hacemos? -preguntó Julia sacando su pistola.

- Vamos...

Nos acercamos poco a poco. Al parecer, el vehículo había tenido un accidente. Lo más probable es que cortasen la electricidad justamente cuando estaba en funcionamiento. La parte delantera estaba empotrada en el suelo y salida de las vías.

Con una barra de metal que había entre las vías, hice palanca hasta conseguir abrir la puerta trasera.

- ¡Cuidado! -grité a Julia.

Apocalipsis finalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora