Somos inconscientes de que vivíamos en un mundo donde ni nosotros mismos controlábamos nuestra vida. Hacíamos lo que la sociedad quería, sin tener valor a dejarnos llevar por lo que sentíamos. ¿De qué sirve ser un/a cobarde? Ojalá pudiera volver atrás y hacer todas esas cosas que siempre quise hacer...
Esa noche dormí en la gloria. Por mucha preocupación que tuviese, hacía meses que no dormía en una cama tan cómoda. Aunque es cierto que le di muchas vueltas de cabeza a lo de Julia.
Un mordisco en la oreja me despertó.
- Ayyy -dije con voz adormilada.
- Venga, arriba dormilona -ordenó Julia. -¿Qué quieres desayunar?
- Por querer, quiero un menú CBO del McDonald's, pero me voy a quedar con las ganas... -dije frotándome los ojos.
- Uy, qué rico... pero no empieces con el McDonald's.
- Con cualquier cosa que haya me conformo, no te preocupes.
Julia asintió con la cabeza y se dirigió a la puerta.
- Julia -se paró al oír mi voz-. He estado pensando en que deberíamos salir tú y yo a buscar una farmacia, solas.
- Vístete y me invento algo para distraer a ellos.
Me levanté de la cama y me lavé la cara con el agua que aun seguía en el jacuzzi. Recogí mi pelo con una goma de cabello y me quité la ancha camiseta que había usado de pijama. Volví al cuarto y me vestí.
- Julia, ¿dónde está mi mochila? -dije entrando en la cocina.
- En el salón, junto a tu canana -contestó mirándome. -Les he dicho que te dejaste la foto de tu familia en el piso y que vamos a ir a por ella.
- ¿Se lo han creído?
- Sí, lo han hecho. Equípate, desayuna y nos vamos.
Tardamos poco en salir. Fuimos en el todoterreno que habían usado para llegar hasta la casa. Era muy viejo... sus asientos de cuero estaban agrietados y rotos. Hacía un ruido chirriante y desprendía un camino de humo gris por su tubo de escape.
- ¿Cuándo lo hiciste por última vez con él? -pregunté.
Se cayó, parecía que no quería decirme la verdad.
- ¡Contesta, Julia! -dije golpeando la guantera.
Suguió callada y conduciendo.
- ¿No te mentalizas de lo que puede ocurrir si estás embarazada? Lo primero es que yo no tengo ni puta idea sobre partos, aunque vimos parir a la refugiada ni siquiera sé cómo cortar el cordón umbilical. Lo segundo es que si tuviésemos la suerte de que tú no murieses desangrada en el parto y el be...
- ¡CALLA!- dijo dando un frenazo. -La última vez que lo hicimos fue cuando nos pillaste...
- ¿Por qué me mientes? -dije agarrándole fuerte del brazo. -Te he dicho mil veces que a mí es imposible mentirme. Estás moviendo los dedos de tu mano como queriendo morderte las uñas, y está claro que es síntoma de que estás escondiendo algo.
- Una de las noches en que te perdimos -susurró.
- Aún así es demasiado cercano como para decir que estás embarazada, quizás solo se te esté atrasando algo más de lo normal la regla... Bájate, conduciré yo -ordené.
Pero, ¿qué? ¿Yo muriéndome y ellos follando? Parece ser que celebraron por lo alto mi desaparición...
Encontramos una parafarmacia que había al lado de una gasolinera. Nos bajamos y nos dirigimos hacía la puerta.
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Apocalipsis final
Horror¿Adolescentes, zombis y comedia? Este es tu libro. Patri es una chica de 16 años a la que su mayor sueño se le convierte en su mayor pesadilla. Obra registrada en Safe Creative. Cógido: 1502043180002 Licencia: All rights reserved