Capítulo 1

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Ya era temprano en la mañana no quería levantarme pero el deber me llamaba, tengo cosas que hacer compromisos de trabajo, me levanté y me dirigí a la cocina, vi que se efectuaba una nueva mudanza, nuevos vecinos.

—Mmmmm... Que día —murmuré. En ese momento entró mi madre.

—Ashley al parecer hoy dormiste más de la cuenta —comentó mi madre, con una sonrisa irónica. Llegó hasta el refrigerador, tomó una lata de refresco, se sentó a tomar el refresco. No dije nada en ese momento.

—Oye mamá tenemos nuevos vecinos —le comenté, me senté a su lado. —¿Los conoces por casualidad?

—No hija, no sabía que se había vendido esa casa tan rápido — me respondió colocando la lata en la mesa, cruzó sus brazos sobre la mesa.

—Ojalá sean buenos vecinos porque esos que tuvimos anteriormente... — dije. Me levanté para ir a trabajar, tomé mis llaves, le di un beso en la mejilla a mi madre y me retiré para el trabajo.

Horas después en el trabajo sentí que alguien me abrazó de espalda y me dio un beso. No
tenía ideas de quien sería. De pronto escuché una voz.

—No te imaginas las ganas que tengo de tenerte — me susurró al oído Gilbert.

—¡¿Qué Gilbert?! ¡¿Qué diablos haces aquí?! —le grité sorprendida. Apartó su mano derecha, la colocó en mi cabeza luego me acarició suavemente el pelo.

—¡Apártate! ¡ Tu novia puede vernos! —le exclamé asustada. Al cabo de un rato Gilbert me escuchó y se apartó de mí. Antes de irse me dio un beso en la mejilla al fin pude respira.

—Ufff al fin se fue —respiré profundamente al no verlo. En pocos segundos vi una llamada entrante en mi móvil, cuando me acerqué a ver quién era...

—¡Gilbert! — exclamé dentro de mí. No podía vocear a todo lo alto porque ella estaba en mi mismo departamento de trabajo.

Ignoré la llamada obviamente pero Gilbert como hombre al fin insistió e insistió. Dicidí ir al baño y marcarle desde ahí.

—Gilbert no quiero que me metas en problemas con tu novia ¿Acaso no tienes conciencia? Dime qué es lo que quieres rápido que no tengo tiempo para atenderte.

—Querida Ashley mi amor tú sabes muy bien lo que quiero contigo.

—¿Podemos hablar después? ¿Si?

—Vamos a tomar un café hoy ¿Qué te parece?

—Está bien

—¿Está bien dijiste?

—Sí eso dije.

—Paso por ti a las 6.

—De acuerdo.

Colgué en seguida y me ubiqué en mi lugar de mi trabajo. A la hora de partida salí lo más rápido que pude del trabajo. Cuando llegué a mi casa encontré a mi novio en un sofá esperándome.

—Henry ¿Qué haces aquí? — le pregunté. Se paró a recibirme.

—Vine a ver a mi novia ya que ella se olvidó de mí ayer y hoy ni siquiera un mensaje me dejó — habló mientras caminaba hacia a mí.

—¡Uy Henry me olvidé de él! —exclamé dentro de mí.

— Mi amor perdóname es que... —me interrumpió.

—Ya no digas nada sé lo que vas a decir lo mismo de siempre ya estoy acostumbrado —
me dijo.

—Está bien pero... —mirando hacia otro lado, me acordé que acordé con Gilbert de tomar un café.

—¿Pero qué Ashley? — me preguntó.

—Es que hoy tengo que salir, tengo que hacer algo importante. lamento decirte que tendrás que irte — le respondí. Henry me miró con cara de decepción.

—Está bien entendí — me contestó, se marchó un poco enojado.

Resoplé.

—Dios que estoy haciendo Henry es tu novio Ashley —murmuré para mí, me encontraba sola. Salí a ver si podría alcanzar a Henry pero no estaba.

Me quedé parada y vi un joven que salía de la casa de al frente. Al parecer mi nuevo vecino wow era guapo, sexy, musculoso. Desde lejos me saludó con las manos yo le respondí del mismo modo.

—Uy uy uy uy —murmuré, mi nuevo vecino estaba buenísimo. No le aparté mi mirada ni un segundo, quedé atónita al ver a ese sexy hombre. Suspiré por unos segundos hasta que escuché mi móvil sonar. Entré rápidamente a la casa, por la pantalla vi que era Gilbert, me llamó para acordarme de nuestra cita.

Tomé una ducha y me cambié rápidamente tomé mi auto y me dirigí al café citado para vernos. Cuando llegué ya Gilbert ahí estaba, me acerqué y me senté para conversar. Pero antes pedimos un café con capuchino y galletas dulces pars acompañar.

Acuéstate conmigo ahora y siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora