Capítulo 65. Un buen momento
Semanas después...
Casi todo había transcurrido tranquilo en mi vida durante algunos meses, no tenía la presión y la presencia del insoportable de Gilbert. Me había confirmado que se hubiera ido aunque sea por un tiempo. Pero me puse a pensar que podría ocurrir después. Él era tan impulsivo e inconstante que podría hasta regresar sólo por hacerme la vida imposible.
Mi madre aún no aceptaba a Federico, pero trataba aunque sea de dirigirse hacia él y no ser tan tosca como antes, pues sea lo que sea éramos pareja. Además de que ella tenía a alguien en sus ojos, según ella David estaba raro y me imaginaba el porqué, decidí que fuera el tiempo que determinara su situación.
Un sábado en la tarde, Federico decidió desconectarse del mundo y nos dirigimos rumbo a la playa con intención de pasar un buen rato, tomando y conversando, ninguno queríamos bañarnos en el agua salada. Nos estacionados en un bar cercano y desde allí relajarmos nuestras mente. Me percaté de que no había traído su móvil y me llené de curiosidad de conocer el motivo.
—¿Andas sin móvil? Que extraño. ¿Te cansaste de la rutina?
—De hecho sí, este trabajo me ha consumido bastante tiempo aveces suelo desaparecerme.
—¿Cómo has aguantado tanto? Me gustaría que cambiaras de trabajo, así podrías caerle mejor a mi madre.
Se rio.
—¿Le caigo mal por eso?
Me reí.
—No, para nada —suspiré—. Ella es así de tosca. Sólo trátala bien. Y el como nos conocimos y nos relacionamos despertó en ella un rechazo debido a que es moralista, además es una señora mayor.
—Sí, Ashley. Lo sé y lo entiendo todo. No le cae bien todo el mundo. Y a propósito —pausó por unos segundos cortos—. No me has contado sobre lo que ya sabes de Fernanda.
—Para qué si tú lo sabes. Todo el mundo lo sabía menos Ludmilla y yo. Pero no podemos juzgarla por eso. Es si vida.
—Sí —colocó su mano alrededor de mi cintura—. Ahora entiendes el motivo del porqué Uriel no desea una relación seria con ella.
—Lamentablemente —pronuncié con desgano.
Se acercó a mí y posó su cabeza en mi hombro.
—¿Sabes qué creo? —se rio—. Debemos de darle tiempo. Mi hermano es muy cambiante, quizás tú y Ludmilla puedan convencerla a que deje de hacer películas para adultos.
—Yooo... ¿A Fernanda? —cuestioné dudosa—. Fernanda no escucha a nadie. El hecho de que seamos sus amigas no quita el mérito se que ella pueda hacer lo que quiera. Además ella dice de que no le interesa una relación sería.
—Mentira, no le creas —desmintió con seguridad—. Ustedes suelen decir algunas cosas para luego hacer otra.
—Pero en el caso de ella es distinto, ni tú y ni Uriel la conocen perfectamente como nosotras.
—Eres pesimista.
—Si lo soy para ti, está bien acepto tu argumentó. ¿Entonces estás pensando cambiar de empleo?
—Hace meses he estado ejecutando algunas gestiones, quiero pasar más tiempo contigo.
Me había emocionado su desicion y de verdad era lo mejor que nos podría ocurrir así pasaríamos mucho tiempo juntos.
—Perfecto —pronuncié felizmente.
Después nos retiramos hacia la casa de él, estábamos ebrios y en mi estado no me atrevía a verle cara a mi madre.
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Acuéstate conmigo ahora y siempre
RomanceAshley es una joven llena de vida casi graduada de la universidad, se enamora totalmente de nuevo vecino Federico