Capítulo 62

17 2 0
                                    

Capítulo 62. Revelaciones

Sentía como iba yo a disfrutar el momento, David ni nos miraba, lo veía sospechoso. Mi madre se levantó de su asiento, desplazándose hacia la puerta que conecta la cocina con el pasillo.

—Vengo en seguida —pronunció mi madre antes de salir.

Exhalé aire por la boca. David continuaba en silencio. No le agradó la idea de ir a la boda de Gilbert y Teresa, ambos conocíamos a nuestra madre, pero yo no lo consideraba tan grave el asunto.

Luego de algunos minutos retornó mi madre, y volvió a sentarse de nuevo en donde estaba anteriormente.

—Mamá —respiré—. Gilbert se va a casar con una mujer que trabaja en nuestro trabajo.

—¿Y? ¿Dejará de molestarte por eso? —inquirió—. Ese mal nacido se atreve a venir a mi casa. La próxima vez le tiraré orina encima.

—Él nunca ha dejado de molestarme. A pesar de todas las veces que lo he rechazado.

Mi mamá rodó los ojos incómoda.

—Y tú querida hija, eligiendo a los peores partidos —espetó—. Desaprovechaste la oportunidad de estar con Tadeo, y arruinaste tu relación con Henry por estar de sinvergüenza.

—Madre, tú no puedes juzgarme así —le reproché desconcertada—. Todos cometemos errores, además yo nunca sentí amor por Henry.

—¿No? ¿Y por Tadeo? —me miraba desafiante—. ¿No me vas a contestar?

Pensé un poco antes de responder, ese asunto era un poco delicado.

—Mamá...

Tuve la sensación de que ella sabía más del asunto.

—Tadeo... ¿Acaso él te dijo...?

Sonrió irónicamente.

—¿Qué crees Ashley? Lo sé todo. antes de tu conocer al estúpido de Gilbert, tú estabas enamorada de Tadeo. ¿Le has contado eso a tus amigas?

Me sorprendí al escuchar lo que me estaba diciendo y preguntando. Quería decir algo pero no podía.

—Tadeo te ha dicho todo —pronuncié incrédula—. Pero en qué momento.

Volvió a sonreír.

—Siempre lo he sabido, Ashley.

—Wow, es sorprendente—dijo David.

Aparté mi mirada de mi madre y la coloqué sobre David.

—Ni siquiera me acordaba de Tadeo, ahora nuestra madre vino a soltar eso a flote porque no soporta la idea de verme con alguien que no le agrada —aparté mi mirada de mi David y la volví a colocar al frente—. Lo de Tadeo y yo no creo que pudiera funcionar. Él sabe muy bien mis acciones y todo, además; no creo que iba a ver bien ligue o quizás nosotros no lo intentamos por miedo a fallar. Había mucha inseguridad y éramos más jóvenes.

—Por eso es que se dice: «aprovechar el tiempo presente». Y tú no lo aprovecharse, hija.

—Tadeo no era para mí.

—Por supuesto que no. Ahora es de tu amiga.

—Ninguno de los dos pensamos decir nada sobre nuestro pasado. E incluso mamá, a ti nunca te molesto que Tadeo viniera a dormir aquí, sabiendo que sólo éramos amigos.

—Porque Tadeo si es un buen muchacho.

—Federico también —contradije.

Mi madre no emitió ni una sola palabra y al yo ver que me miraba seriamente, decidí cambiarle el rumbo a la conversación.

—Bien. Me gustaría que fuéramos todo a la boda de Gilbert, como la familia que somos, y tengo la invitación por la misma novia —argumenté.

—¿Y eso para qué, hija?

Respiré frustrada.

—Yo pienso ir como quiera.

—¿Tú novio lo sabes?

—No, mamá. Tu yerno no lo sabe.

—Yo iré si tu novio va a la boda, de lo contrario, no cuentes conmigo.

—¡Mamá! Si le digo, no va querer. Yo quiero divertirme un poco así como te gustaría.

—Gilbert es un idiota —comentó entre dientes—. Lo pensaré, Ashley.

—No quisiera imaginarme a mamá discutiendo con Gilbert —se expresó David frustrado—. No hagan eso, por favor.

Me eché a reír y mi hermano me miraba preocupado.

—He tenido demasiadas emociones encontradas por hoy —se expresó David.

—Deja el drama, David —me levanté de la silla—. Vamos hermanos. Dejemos a mamá a que continúe leyendo su revista.

Continué mi camino llegando a la sala de estar, me senté en el sofá y David a mi lado.

—Ashley no conozco bien a tu novio, lo vi una vez, pero no es suficiente.

—Ah, pero no será hoy. Él tuvo que salir rápidamente de urgencia a una emergencia de la clínica.

—Oh, vaya. Mamá me había dicho que es doctor.

—¿Qué estará haciendo Anderson? —cuestioné pensativa—. Hace rato que no lo siento. ¿Dónde lo dejaste David?

—En su habitación.

David pasó su mano izquierdo alrededor de mi espalda, mientras se acercaba a mí.

—Sabes algo hermanita... —me susurró—. Creo que me estoy enamorando.

—Yo me pregunto... —giré mi rostro para observarlo—. ¿Por qué decidiste volver a casa otra vez?

Suspiró, luego desvió su cabeza y miró hacia abajo.

—Es que las cosas entre mi esposa y yo no están funcionando. Decidimos darnos tiempo, pero sabes muy bien que tiempo significa distancia, y distancia es olvido.

—Cierto hermano.

Permanecimos callados por unos minutos, en ese momento me puse a pensar en varias cosas. Y la vida es ciertamente una ruleta rusa.

Pegados uno al otro sin decir nada permanecimos.

—Vamos a disfrutar la boda próxima —le recordé y me eché a reír.

—Hermana —intensificó su voz.

—No me digas que no. Todos vamos para allá.

Tarde o temprano el iba a tener que resignarse, yo no lo iba a dejar a que se quede ese día en la casa.

Acuéstate conmigo ahora y siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora