Capítulo 55

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Capítulo 55. ¡Dios, pero que día!

Estaba dormitando cuando sentí algo sobre mi cara, abrí los ojos y me quité una toalla que yo tenía encima de mi cara. Me sorprendí al ver a mi madre que me miraba fijamente.

—Ya sé mamá, vienes a sacar tus frustraciones ahora —rodé los ojos, y me levanté de la cama —. Suéltalo.

—Ese sujeto que es tu novio nunca será bienvenido en mi casa —dijo duramente —. Y dile que me haga el favor de no llamarme.

—Pero mamá, sólo llamó para informarte —protesté incómoda —. Que mala eres. ¿Y si algún día yo llegara a casarme con él?

Visualicé el estado de su rostro, no podía decir nada porque la idea le molestaba, no podía creer que a ella le cayera mal Federico.

—Mamá. Date tiempo a conocerlo mejor.

Alzó una ceja y se marchó dejándome sola.

Resoplé.

Tomé un baño de aseo y procedí a vestirme. Me movilicé hacia la cocina, desayuné en lo que mi mamá leía el periódico. Luego me dirigí hacia la sala de estar, mi hermano David se encontraba ahí tecleando su móvil.

—¡David! —exclamé mientras caminaba hacia él, en seguida levantó su cabeza y me miraba fijamente —. ¡¿Dónde diablos has estado hermano?!

David alzó una ceja.

—Eso te lo he querido preguntar a ti, hermana. ¿Dónde rayos has estado?

—Por ahí, David por ahí —respondí mientras me sentaba junto a él.

—Con el vecino.

—Me imagino que nuestra madre te dicho lo mucho que el desagrada.

Mi hermano se rió.

—Bastante, y la verdad no sé por qué. ¿Me podrías contar?

—Es que él y yo empezamos algo así de sólo sexo. Y mamá es de mente cerrada. Pareciera que no me conociera.

—Será que no le cae bien todo el mundo.

—Mejor no hablemos de ella, podría estar cerca o nuestro hermano menor.

Inmediatamente me levanté u emprendí mía pasos hacia la puerta.

—Ven, vamos a visitar a Lola —lo incité.

—De acuerdo.

Continué sin mirar hacia atrás. David me seguía callado, llegamos hacia la puerta de Lola y toqué el timbre. Justamente la misma Lola nos abrió, me miró por unos segundos mientras me sonreía. Después apartó su vista de mí y la clavó hacia mi hermano.

—Bienvenido David, muchas gracias por no venir a mi casa antes.

Me sorprendió su comentario.

—Yo... Es que...

Al ver que él no podía hablar y me sentí curiosa por la actitud de ambos, decidí interferir.

—Lola, invítanos a pasar —le exigí —. Vine a verte, cualquier cosas las podrán resolver adentro.

—Entren —me respondió sin apartar la mirada de mi hermano.

Lola se movilizó, tomé a mi hermano por el brazo y entré con él hacia adentro.

—¿Dónde está Oscar? —cuestioné.

Avancé hacia adentro y me senté en el mueble, David se quedó a mi lado. Lola caminó hacia la cocina, supuse de que Oscar estaba allí.

—¿Qué te traes con Lola? —le pregunté a mi hermano.

—¿Qué traigo yo de que? Chismosa —protestó David —. Preocúpate por ti.

Rodé los ojos.

—Oscar debe de estar cocinando. Y además es gay.

—¿Qué?

Giré mi rostro hacia mi hermano y me reí abiertamente.

Asentí.

—Pero es obvio que no lo va a decir abiertamente —voltée mi rostro hacia adelante —. Creo que también le gusta las mujeres, la última vez que vine aquí me dio un beso en la boca.

David se rió.

—Muchos que dicen ser gays, les encanta besar y tocar a las mujeres.

—Lo sé...

Iba a continuar pero vi que Lila y Oscar venían hacia nosotros.

—¡Fiesta! —gritó Oscar.

—No estoy para fiestas —comentó mi hermano.

—Buena idea —articulé —. Oscar te puedes follar a mi hermano.

—¿Estás loca Ashley? —protestó David —. A mí me gustan las vaginas.

—Cómo las de Lola —dijo Oscar.

Yo me eché a reír mientras Lola y David no tenían ninguna expresión en sus caras.

—¿Qué haremos? —cuestionó Oscar observándonos a todos.

—¿Podemos conversar a solas Oscar? —le pregunté.

Él asintió, luego se giró y se fue directo a la cocina, yo lo seguí mientras pensaba como iba yo a interrogar a Oscar. Cuando entré Oscar cerró la puerta y le colocó seguro dejándome sorprendida.

—¿Qué me vas a hacer?

Oscar sonreía con malicia y supuse que iba a suceder.

—Piensas follarme, Oscar.

—Sabes muy bien que siempre lo he querido y no me importa si eres novia del vecino guapetón, pero tus labios me tienen como loco.

Me atrajo hacia él uniéndo nuestros labios en un beso ardiente y apasionado. Después de que Oscar se apartó de mí inmediatamente busqué algo de que a hablar.

Bajé mi cabeza un poco y por unos segundos medité.

—Oscar dime... —alcé mi cabeza y observé a Oscar a los ojos —. ¿Sabes algo que haya ocurrido entre tu hermana y mi hermano?

Oscar se echó a reír.

—¿En serio no lo sabes? —alzó una ceja —. Creo que... No sé exactamente. Pero Lola como que no tiene una buena relación con David. Al parecer... Quizás exagero. Pero creo que puede ser algo que haya ocurrido entre ellos anteriormente que se vea reflejado en odio y desprecio.

Suspiré resignada. Oscar cruzó los brazos.

—¿Cómo todo con el vecino?

—Bien por el momento.

—Que bueno —se movió rápidamente y se acerca a mí tomándome por la cintura.

Otra vez me llevé la sorpresa de que Oscar hiciera eso, quedamos tan adheridos que podíamos sentir nuestro sexo a través de la ropa, ese era un momento único que no podía rechazar.

Acuéstate conmigo ahora y siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora