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—¿Lo viste? —le preguntó Paula a Silvia entrando sin llamar a su habitación.

Dentro, Silvia se preparaba para su primer día de trabajo en Jakob eligiendo cuidadosamente lo que se iba a poner, metiendo su portátil dentro de su maletín y otros documentos que Carlos le había pedido que preparara.

—¿Qué vi?

—El último post de Valeria en Instagram—. Silvia la miró confundida. No, no lo había visto, tenía rato que no se perdía en las redes sociales, pero al ver la expresión de Paula, tomó su teléfono y revisó.

Era la imagen de un anillo de compromiso en la mano de Valeria. Estaba sentada a la mesa de un lujoso restaurante, con la vista de la ciudad tras ella, y su sonrisa radiante parecía resonar como las mismas campanas de boda.

—Parece que... Fernando se le propuso... —Silvia miró atentamente la imagen por lo que pareció una eternidad. El hombre que siempre había esquivado el compromiso, de repente le daba un anillo a Valeria.

Bloqueó su teléfono y lo lanzó a la cama sin decir nada, y siguió mirando en su ropero lo que se pondría mañana.

—Silvia...

—Si se comprometió, o no, eso no lo sabemos.

—Ella usó varios hashtags, y etiquetó a Fernando en la imagen... aunque él no sale en la foto...

—Entonces, se comprometieron. ¡Qué le vamos a hacer...! —Paula se mordió los labios queriendo decirle algo a su hermana, pero ¿qué podía decir?

Sin añadir nada más, salió de la habitación.

Silvia, al escuchar la puerta cerrarse, se dejó caer en la cama y cerró sus ojos con fuerza.

¿Cómo podía hacer su lucha, si se encontraba con estas cosas? ¿Cómo iba a hacer ahora para dar un paso hacia él?

¡Estaba comprometido!

Fernando, ¡Fernando comprometido! Aquello era tan grande como espantoso. E imaginárselo con una rodilla hincada proponiéndose era tan...

Frunció su ceño. Paula acababa de decir que él no salía en la foto. ¿Por qué alguien como Valeria, que amaba destacar en sus redes sociales, y se preocupaba muchísimo por ganar seguidores subiendo imagen de cada cosa que comía, e informando hasta cuando cambiaba el diseño de sus uñas, no hizo gran alarde de esto?

Se pasó las manos por la cara masajeándola, y tomó de nuevo el teléfono mirando otra vez la imagen. Valeria aparecía con una enorme sonrisa y ojos tan brillantes como una noche estrellada. Tenía la mano en su pecho mostrando un anillo de compromiso que hacía juego con un collar de diamante.

No había más fotos, y esa parquedad era tan impropia de Valeria...

Ella le anunciaría al mundo entero algo así, tal como se lo dijo por teléfono allá, en Australia.

Su corazón se aceleró entonces. Algo no cuadraba, algo estaba chueco en toda esta historia, pero no era capaz de hallar qué. Parecía como si Fernando hubiese tomado la foto, por la forma como ella miraba la cámara, por el ángulo de esta, por... todo. Pero él no aparecía, y eso era muy extraño.

Respiró hondo, invocando la calma.

Además, ¿por qué todo estaba ocurriendo ahora? Justo después de su regreso. ¿Era todo una casualidad? Ella tuvo cuatro años aquí con él, y cuando se vieron en aquel bar, la noche de su regreso, él no se comportó como si ellos tuvieran una relación, todo lo contrario. Y de repente salían, y hasta se comprometían.                 

Tu ilusión (No. 5 Saga Tu Silencio)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora