Veintitrés

81 11 9
                                    

—Seremos sinceros contigo, Zayn—la enorme sonrisa de Aldo se remarcaba macabra a lo largo de todo su rostro. El morocho parpadeó un par de veces con el trago de vodka en la mano que le habían entregado apenas y se acopló al duo de hermanos que estaban frente suyo.

A su lado, Peter Olivier, su hermano mayor, mantenía un rostro sereno, si no es que más serio que el suyo. 

—Te escucho. 

—La junta está preocupada—alzó una ceja dubitativo ante su respuesta—, el perfume...

—Mi perfume—

—Pensamos que puede tener consecuencias—continuó.

—¿Consecuencias?

—Efectos secundarios—la voz de Peter, a diferencia de la de Aldo, estaba llena de matices grises implacables. Era ronca, aspera, y daba la apariencia de alguien mayor de 60 años. 

Zayn les miró sin disimulo, casi ofendido de lo que acaban de decirle, soltando una sorda carcajada.

—No hay manera. Fue probado, estudiado, analizado y comprobado. Es el perfume.

—¿Estás seguro de ello?—alzó el mentón a modo autoritario, les observó con precaria y aún así, de forma respetuosa, asintió.

—¿Y que hay del beta?—observó a Aldo de nuevo de forma fija, este ya no sonreía, sin embargo, en las sombras de sus labios, veía la burda acción. 

—¿El beta?

—Si, el beta que usaste como conejillo de indias—no pudo evitar gruñír—. Escuché por ahí que el chico fue demasiado manipulado, el riesgo de sesgo es enorme. Esos detalles no estuvieron mencionados en tu reporte... Además, oímos que Styles estuvo involucrado. 

—¿Qué tiene que ver la participación de Harry en todo esto?

—Los colegas creados a base del estudio son ideales para el éxito, los que provienen de una estrecha e íntima amistad, no tanto—la voz de Peter resonó, turbia y sombría. Su mirada estrecha hacia él, resoplando al final ante el cansancio de oirlos. 

—No hay efectos secundarios—setenció. 

Ambos hermanos le observaron largo rato antes de asentir en sintonía. 

—Si es así, cuenta con mi voto—dijo Peter, palmeando levemente su hombro. Aldo por su parte, volvió a sonreír. 

—Espléndida fiesta, mis felicitaciones a la señora Malik—Aldo alzó su vaso, tomando de jalón su trago amargo. 

Él apenas y toco el suyo, agradeciendo con un leve asentimiento, retirándose de aquella situación lo más pronto que pudo. 







Perrie le miraba se forma divertida, como si ocultara algo que todos sabían excepto él. 

—Vaya, realmente no lo sabía—murmuró por lo bajo. Ella sonrió. 

—Por supuesto que no. ¿Cómo lo sabrías?—la ironía en su voz—, Zayn es demasiado reservado, ya te habrás dado cuenta de ello.

Sacudió el rostro respirando agitado, negando.

—¿Zayn y tú siguen en contacto?—hacía calor, y a la vez sentía que sudaba frio. Tragó duro observando fijamente a la bonita omega, sus labios más curveados que antes, una sonrisa tremenda. 

Mi perfume~ Ziall.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora