treinta y dos

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Habían regresado a Londres al día siguiente. Se habían pasado dos días encerrados en la casa del moreno haciendo el amor, disfrutándose el uno al otro, reafirmando su amor. Celebraron con un par de botellas de vino y unas fresas con chocolate, mientras Niall se paseaba por toda la casa tentando su calor con una simple bata satín rosa que contrastaba su piel perlada. Le gustaba olfatear su nuca, siempre se encontraba gruñendo desde la garganta ante el inexplicable aroma que poseía y la sensación posesiva que le provocaba a su alfa. 

Nunca se consideró alguien tan demostrativo con sus parejas pero, estaba seguro, que había conocido a Niall por alguna razón, y se sentía ansiosamente protector a su lado. Sabía que ya no le dejaría ir. 

Ahmed Malik llegó al tercer día sin previo aviso, pero para entonces, su pequeña luna de miel había terminado. El omega les sonreía complices, dándole un estruendoso beso a su hijo mientras este bajaba la cabeza sumiso a la demostración afectiva de su dominante padre. Niall recibió dos besos en sus mejillas, oyendo a cambio los gruñidos de Zayn ante la invasión territorial de su precioso beta. 

—Niall, cariño, ¿Seguro que quieres quedarte con este cachorro mal educado?—vaciló mirando con burdo gesto a su primogénito. Zayn arrugó la nariz acercándose al castaño, pasando uno de sus brazos alrededor de su cintura, apegándolo a él poseso. 

—Mio—sentenció. 

El beta soltó una risita nerviosa, un pequeño sonrojo apareció en sus mejillas, asintiendo sin pena y con decisión. Ahmed ladeó el rostro, mostrándole una enorme sonrisa. 

—Si, si. Soy tu padre y soy omega, calma tu posesividad—le apuntó, en broma. Suspiró al notar como el gesto de Zayn se apretaba con más certeza a su cuerpo, restándole importancia con una mirada preocupada—. En realidad, no vine aquí solo a saludar—. Creando una tensión en el aire. 

Zayn relajó el agarre hacia Niall cuando observó una carpeta manila entre los brazos de su padre. Este la abrió sacando de ella un par de revistas. 

—¿Qué es esto?—exclamó el castaño con preocupación. Ahmed suspiró con cansancio. 

—Lo han averiguado. 

Las revistas mostraban encabezados enormes, letras amarillas, negras, rojas, resaltados, signos de exclamación. Todo lo necesario para llamar la atención. Títulos como "Industrias Malik comete negligencia en pruebas de feromonas omegas con betas" o "Irresponsabilidad médica por perfume beta" una incluso mencionaban el nombre completo de Zayn como si fuese el criminal del siglo. Su corazón se aceleró con fuerza y no pudo evitar soltar un jadeo ahogado. Zayn enseguida le miró en busca del poblema. 

—¿Quién?—gruñó el alfa. 

—No lo sabemos. Seguramente uno de los nuestros. 

—¿Q-Qué pasará ahora?—murmuró el castaño sin atreverse a mirarlos a la cara. 

—Van a intentar averiguar quien es el beta del que tanto hablan estos artículos.

—Debemos llamar al abogado y preparar una declaración. 

—Estoy en ello. No por nada soy tu madre—Ahmed sonrió con tranquilidad, aunque los nervios de Niall solo aumentaban a cada segundo. 

—Bien. Gracias... Debo ír a la oficina. Averiguaré quién lo hizo—el omega asintió. Niall sintió la presión calida de los labios de Zayn contra su mejilla, observándole con preocupación. 

—Espera, Zayn—

—Quédate aquí. No salgas por nada. Si quieres algo, lo pides o me llamas. ¿De acuerdo?—asintió algo perdido viéndole empezar a caminar hasta la salida. Ahmed le sonrió antes de hacer lo mismo. 

Mi perfume~ Ziall.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora