veintiséis

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Todos sentados a cenar en una misma mesa no fue el mejor escenario que se le pudo ocurrir, pero su madre había insistido, su padre solo tomaba de la botella de vino de su alacena, Eleanor mantenía la mirada hacia abajo llena de pena, Harry le mira tan fijamente como se podía apenas y tenía la oportunidad y él... bueno, él iba a colapsar en cualquier momento. 

—No sabíamos que Louis tenía un amigo alfa y menos que sería doctor, suena importante, ¿Verdad que suena importante, cariño?—Jay codeó a su esposo que solo carraspeó asintiendo sin más. Harry sonreía con mucha amabilidad, algo que Louis agradecía. 

—Bueno trato de ser uno bueno—añade el rizado—. Muchas gracias, señora Tomlinson—. Le sonríe y él solo puede mirarle largo rato cautivado por ello. 

—Oh, por favor, dime Jay, cualquier amigo de Louis es amigo mio—el alfa parece en conflicto, asiente y mira al castaño. Louis ya le observa y cruzan miradas un par de segundos antes de desviarla y dirigirla a su madre. 

—Espero que te haya gustado la cena pero creo que ya es tarde—se apresuró a recoger sus platos, Harry enseguida hizo lo mismo, Eleanor alzó la mirada como muy pocas veces en la cena algo sonrojada, él le sonrió a medias y ella le regresó el gesto, aunque pronto se dio cuenta que en realidad, la razón por la que la chica estaba tan abochornada todo aquel rato era por que un imponente alfa se había sentado frente suyo. Siendo consciente de ello, miró al rizado que solo le seguía a él señalándole la cocina. 

—Oh bueno, la buena noticia es que nos quedaremos aquí—le recuerda su madre. Louis la mira poco convencido encogiéndose de hombros.

—Solo tengo una habitación, así que ustedes tres podrían quedarse aquí y yo puedo ir a un hotel o algo.

—¿Hotel?, ¿de qué hablas, Louis?, si hemos venido para verte—ella se pone de pie y mira a Eleanor que de nuevo tiene la mirada abajo. Suspira largo, aprieta los labios y niega. 

—Pues debiste avisarme antes de hacerlo, no tengo espacio, mamá.

—Pues—

—Si me permiten—la voz en calma del alfa se hizo presente, haciendo a ambos mirarle enseguida. Harry sonreía tranquilamente—, mi casa es lo suficientemente grande para que todos podamos acomodarnos cómodamente—, ofreció. Louis abrió los ojos con sorpresa vacilando una respuesta, pero su madre asintió sin chistar. 

—¡Pero por supuesto!, ¿Ves?, deberías aprender de tus amistades, cariño. Muchas gracias por la amabilidad, Harry—

—Pero no, gracias—rechazó el beta enseguida. La mujer le miró con desaprobación. 

—¿Se te ocurre una idea mejor?

—Si, que regreses a Doncaster—le sugirió. Alzó una ceja sin doblegarse, ella le miraba molesta negando. 

—Ah, no, se lo que estás haciendo jovencito, pero no caeré. Si tu no nos quieres aquí, bien, Harry nos ha ofrecido su hospitalidad y la tomaremos, ya mañana hablaremos. Vamos Eleanor—

—¡Ni siquiera lo conoces!

—Pero tú si, es tu amigo, ¿no?, eso es suficiente para mi—cortó la mujer. 

Le miró con ironía, vacilando una respuesta, mirando al rizado con cierta molestia, recordando como habían llegado a esa situación. 

Harry lucia serio, sin darle tregua. 

—Entonces no se diga más, tengo estacionado el auto abajo, con gusto los llevo yo. 

La mujer tomó sus cosas y apuró al hombre a hacer lo mismo. Eleanor miraba a Jay en espera, mientras ella la animaba a hacer lo mismo y seguir al alfa. Louis suspiró rendido con los platos aún sobre el comedor. 

—¿No piensas hacer la maleta?—cuestionó ella. Él bufó. 

—Me quedaré en casa. 

—Yo le ayudaré—Harry le tomó del brazo con sutileza presionando con suavidad sus dedos sobre su piel. Le miró sin expresión incitándole a caminar, a lo que facilmente accedió segundos después. 



—¿Qué crees que haces?

—Estás molesto. 

—Oh, pero si eres adivino—ironizó. El alfa resopló mirando de reojo mientras cerraba la puerta de su habitación—. ¿Qué estás...? abre esa puerta ahora mism—sus pies se habían puesto de puntitas sin siquiera pensarlo. 

Se había perdido entre el acto y la sensación de ser besado por Harry de esa forma tan desesperada. Le tomó de las mejillas y le impulsó hacia él, luego abrazó su cuerpo desde su cintura y lo aprisionó. Le estaba robando al aire, pero ni siquiera le importaba. Casi da un salto hacia él pero pronto, conforme el beso iba terminando, recordó la situación presente, soltándose de forma apresurada, casi tropezando. 

Se alejó un par de pasos de él mirándole como a un embustero. 

—Hablemos.

—Ah, ahora me dices eso, después de llegar a mi casa así, invitar a mis padres a la tuya, y besarme de esa forma—

—No me respondías las llamadas.

—¿No es obvio el por qué?

—Louis—

—Nunca he visto donde vives y ahora, ¿de repente invitas a mis padres a tu casa?

—¡Ni siquiera me dejaste explicarme!—Harry dio un par de pasos hacia él, mirándole descolocado. Tragaba duro con las manos al aire, relamiendo sus labios ante el desesperado intento de llegar a él. 

Louis le miró con extrañeza, como si fuera la primera vez que le miraba en realidad, aquel movimiento tenso de sus hombros, las facciones de su rostro, crudas, difíciles de manejar. 

Oh...

Es verdad. 

Harry era un alfa. 

Sus pasos se acortaron hacia él, sus brazos habían sido hechos a la medida, de tal forma que al apegarse a su pecho, estos le rodeasen perfectamente. Ahora él le había besado, de forma anhelante, inquieta, logrando que este desbloqueara un nuevo nivel, sintiendo el desesperante movimiento de sus manos que se apresuraban a repasar su cuerpo hasta cargarle de los muslos y apoyarle contra la mesa de noche que Louis tenía al lado de la cama. 

Ahogó un gemido, sus labios no le daban un respiro, su lengua lamía la suya, chupaban su boca, saboreaban la piel de su cuello, mientras sus manos se entrometían entre su ropa, sintiendo su torso. Respiraba entrecortado, tembloroso, abriendo las piernas para él. Harry entrometido entre estas. 

Sentía como si este se hubiera transformado en un lobo, un enorme lobo feroz. Uno que no dudará en tragarse a ese conejito. 


*

Lamento la tardanza, no me cabía la inspiración. :'(


Mi perfume~ Ziall.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora