treinta y cuatro

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Metía los dedos una y otra vez haciendo un vaivén, provocando que siguiera dilatándose. Niall era beta, asi que no chorreaba como un omega, pero ello no le impedía lamer desesperado su entrada humedeciendo toda ella, imitando con su lengua una pequela embestida que provocaba espasmos en el castaño. 

Estaba con las piernas abiertas hacia él, en medio de la cama,  clavado al colchón. Le temblaba el cuerpo, sudaba finamente mientras sus manos apretaban el endredón bajo su cuerpo con la tenue imagen de Zayn y sus omoplatos firmes, su piel canela brillosa, intensa, la increíble presión a su alrededor. Era extraño, casi sentía como marcaba cada parte de su cuerpo, pero no le incomodaba, al contrario, podría decirse que el placer inundaba incluso sus fosas nasales, y solo podía olerlo a él. Solo podía sentir a Zayn. 

Zayn lo embistió sujetando sus piernas hacia sus costados, tuvo que cubrirse el rostro, tratando de evitar que el aire se le fuese en un solo suspiro. La presión de su glande fue voraz, casi le partía a la mitad. El gesto pecaminoso del alfa que presionaba suavemente la yema de sus dedos en su piel, continuando con las embestidas hasta verlo contraerse corriéndose encima de su abdomen. Niall negó, se sentía muy sensible, y el ritmo imparable del moreno le hizo retorcerse del placer incontrolable. Lloraba de tanto, sintiendo su cuerpo ser alzado hasta caer a horcajadas suyo. Le miró con los ojos empañados sin poder moverse ni un poco, sintiendo sus caderas ser asentadas hacia la pelvis del alfa, gimiendo alarido su nombre. Este sonrió, con la mirada oscura, se veía increíblemente sensual. 

Se sujetó a sus hombros tratando de moverse de forma descoordinada, con sus grandes manos apretando sus glúteos, lamiendo su clavícula hasta su cuello, pasando por su manzana de Adam, poseyendo sus labios haciéndolos uno mismo. Niall gimoteó cuando lo sintió hacerse mucho mas grande en su interior, negando con fervor y súplica. 

Zayn lo consolaba, con la mirada aún oscura, le besaba con ternura por todo el rostro, como si la única parte consciente de él odiase verlo de ese modo, tan vulnerable y adolorido. Como alfa, buscaba complacer tratando de aliviarle, y eso le causó cierta ternura. 

Cuando lo vió ahí, tan desesperado por ocultar su propio celo, se sintió ofendido. Tuvieron una gran discusión por ello, pero Zayn estaba en el límite, así que no le fue difícil hacer que soltase las jeringillas y le tomase a cambio de ello. Sus besos demandantes a la par en la que su miembro seguía invadiendo su interior sin descanso ni descaro, casi le hace desmayar, aun así, continuó lo más que pudo en diversas posiciones que le hicieron quedar adolorido e indispuesto. No se dio cuenta siquiera como rapidamente, ya habían pasado dos días. Fue para la tercera mañana que al despertar, con los ojos hinchados, algunas partes de su cuerpo inflamado, y las tenues mordidas en la nuca, las manos, grandes y firmes, del alfa, le sostuvieron con delicadeza sin soltarle un poco, respirando en su cuello, acurrucado, sin ser consciente aún de su entorno y lo que había ocurrido, pero la presión ya se había desvanecido, así que supo que había acabado por completo. 



—¿Cómo te sientes?—la mirada apenada del alfa le conmovió. Se había pasado al menos otros dos días en cama. Había mandado a llamar a un médico que lo revisó a precaución-Niall no confiaba en su juicio médico a esas alturas- y le mandó reposo absoluto por un par de días. Zayn estaba severamente cumpliendo sus órdenes. Lo único bueno de ello es que se había quedado en casa con él, pasando el tiempo, ignorando en gran parte todo el conflicto por el que estaban pasando. Pero nada era para siempre. 

—Me siento mejor—suspiró con una sonrisa. El alfa presionó los labios tenues, acariciando sus mejillas, tratando de buscar la mentira en sus palabras—. Debes parar.

—Lo estoy haciendo por ti.

—No quiero que lo hagas. 

—Niall—

—¡Zayn!—alzó la voz un poco más que él, sintiendo un leve tirón en el cuello cuando se enderezó para ello. El alfa le miró con impaciencia acercándose hacia donde estaba y buscando el lugar de la herida que le había dolido, empezando a lamerlo, casi por instinto. Niall no podría nuncar sentirlo como un omega, pero la persistencia en el acto, la vehemencia de su intensidad al querer desaparecer todo rastro de dolor, le pudo—. Solo, déjalo ya. No es necesario, yo estoy bien. 

Pasó algo de tiempo antes de que Zayn le respondiese, y aunque no muy convencido, solo lo aceptó. 


Pocos días después las cosas volvieron a la normalidad. La vida como pareja iba empezando a tomar forma, viviendo de forma fija en un departamento nuevo que habían adquirido reciente, uno que ambos, más Niall que Zayn, habían elegido. Era amplio de solo un piso, decorado con colores cálidos y alguna que otra alfombra y cortina despampanante, cortesía de Ahmed. Pasaban las noches juntos después de largos días de trabajo, puesto que Niall se había convertido en socio de Ahmed. Se aseguraba de llegar temprano, listo para tener la cena antes de que Zayn llegase a casa, platicaban, tomaban una o dos copas de vino, tomaban un baño, a veces se dejaban llevar por la lujuria y terminaban en cualquier parte del departamento que más se les acomodase en el momento, la verdad era que ya no tenían pudor el uno al otro, solo les interesaba amarse lo más posible. Hacerse suyos. 

Zayn le propuso matrimonio de forma oficial aquel invierno, frente a toda la familia, sus hermanos y primos habían ayudado con ello, arreglando el jardín de la casa con caminos de flores noche buena para formar un corazón en el que le cargó como todo un romántico. Nunca había enrojecido tanto, la sonrisa de felicidad de su cara permaneció ahí durante todo el camino a casa, incluso al dormir, mientras Zayn se acurrucaba a él, poseso con los brazos a su alrededor, solo podía mirar esa enorme piedra luminosa en su dedo. Luego, miró a Zayn, le habia crecido la barba, con sus cejas tupidas y la piel morena que brillaba con la luz de luna que se colcaba por la ventana, su corazón dio un vuelco de nuevo. Estaba enamorado, mucho. Amaba a Zayn, lo amaba aún más de lo que imaginaba. 

Solo sonrió, viendo como sus parpados se movían lentamente hasta abrir los ojos y devolverle la mirada. Se quedaron así largos segundos hasta que él habló:

—Estás muy hermoso—se sonrojó negando mientras desviaba la mirada, sintiendo que este aún le veía fijamente. 

—¿Qué?—se empezó a reír sintiendo la intimidad del tenue contacto de sus labios y su piel, volteando a tiempo para sentir comenzar un beso, suave y delicado. 

—Que te amo—dijo sin más, haciendo a su corazón latir como un loco—. Te amo, Niall Horan. No puedo esperar para hacer una vida a tu lado—. Dejándole sin aire. 

De nuevo sonrió. 

Era el nuevo comienzo de sus vidas. 




Fin. 

*

Una enorme disculpa por la tardanza. No se si alguien aún vaya a leerlo pero quien se tope con el final, gracias por llegar hasta acá. Mi laptop se había echado a perder y el trabajo me chupa la vida, pero aquí sigo. Falta el epílogo. :)

—MyworldJustmine.

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⏰ Última actualización: Aug 14, 2021 ⏰

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Mi perfume~ Ziall.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora