treinta y uno

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—¿De qué estás hablando?

Su rostro estaba pálido, perdido en su mirada, relamiendo sus labios sin poder aún creerlo por completo. Estaba ahí, Zayn estaba enfrente suyo. Muy guapo, con una barba perfilada, la mirada color miel enigmática, el traje de marca plegado a su cuerpo, pulcro, perfecto. Le veía fijamente sin dejarle rehuír de él, capturando su atención, mirándole directamente a los ojos, con las mejillas sonrojadas y el leve temblor de su cuerpo ante su imponente presencia dominante.

—Te amo.

Casi dejó de respirar, su corazón palpitó con fuerza tan fuerte, acelerando por mucho la frecuencua cardiaca normal. Su mente se nubló entonces negando con ímpetu, abrazándose a sí mismo, reacio a creerle. 

—No me mientas. 

—No lo hago. 

—¿Por qué estás aquí?, ¿cómo lo supiste?

—Vine por ti. Te a—

—¡Cállate!—gritó. le miró con furia, las lágrimas acumulándose en sus ojos—. ¡No te creo, Zayn!

—Te amo, Niall.

—¡No te creo!

—¡Pues tendrás que hacerlo, por que te amo, te amo con toda mi alma, más de lo que he amado a alguien en mi vida, más de lo que puedo siquiera imaginar, más que a cualquier cosa!, te amo con todo lo que pudiera representar, con cada respiro que emites, te amo por tan solo el hecho de que estés vivo, solo te amo—se quedó sin palabras, sin barreras, sin aire. La desesperación en el gesto de Zayn por su terca negativa, su cuerpo tenso y su respiración agitada. 

—Yo...

—Dame otra oportunidad—soltó sin más, haciéndole respingar—, por favor, yo... yo no creo poder vivir sin ti nunca más—. El nudo en su garganta empezaba a disolverse, sin saber en que momento se había formado. Su cuerpo relajándose poco a poco, destruyendo toda barrera que había impuesto hacia él. 

Soltó un pequeño hipido en respuesta, asintiendo y empezando a llorar como un pequeño niño. 

—Yo también te amo—los brazos de Zayn le abrazaron por completo, acunándole en el centro de su pecho, besando su frente, sus ojos, sus lágrimas. Besó sus labios con suavidad, deseando que ese momento no acabase nunca. Quería besarle eternamente, haciendo puntitas y rodeando sus brazos a su cuello, profundizando el beso. Los largos dedos de las manos del alfa que se enterraban entre su pelo, respirando su aroma mientras se impulsaba a expresar con el tacto de sus labios su desesperación. 

Lo había extrañado. 


El camino a casa fue acogedor, muy a pesar de la fría brisa de la noche. Los brazos de Zayn estuvieron ahí en todo momento, manteniéndole cálido. La fiesta al parecer había concluido ya, y una preocupada Maura salió a la puerta apenas y le divisó entre la penumbra. Le miró algo preocupado, a punto de hablar, pero ella se apresuró primero a hacerlo, desdoblando de entre sus manos una enorme cobija café. 

—Es muy tarde ya, entren o van a enfermarse—quedó boquiabierto ante la sorpresa, sintiendo el cálido calor de la tela envolverle, caminando hasta entrar a la casa. 

Zayn le siguió los pasos, pasando hasta la sala. Escuchó la puerta cerrarse mirando a su madre caminar presurosa hasta la chimenea, colocando un par de troncos para avivar el fuego. 

—Mamá—

—¿Desean chocolate caliente?, sobraron algunos bocadillos. Tu padré está dándole de comer a las vacas en el establo, vuelve en un rato. Te dejaron algunos obsequios, los metí a tu habitación—soltó de repente. Niall frunció el ceño sin poder entender, aclarando poco a poco su mente y cayendo en cuenta de lo que había ocurrido. 

Mi perfume~ Ziall.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora