Abre la puerta del departamento, parece estar a oscuras pero lentamente, mientras avanza, confirma que algunas de sus luces están prendidas. Quizá le hubiera asustado si tan solo no hubiera olido su perfume. El perfume de Zayn.Había estado pensando en todo lo que Ahmed y él discutieron todo el día. Sus sentimientos, los del morocho. ¿Qué tanto de ello era genuino, qué tanto no?, Su cabeza seguía dando vueltas, y no podía ponerse de acuerdo con su corazón, ¿por qué?, quizá sea el miedo. No puede dejar de pensar en la diferencia de géneros. Muy dentro suyo sabe que esa diferencia es marcada, que aunque se sienta especial, quizá para Zayn no lo sea tanto, por que, bueno, porque no es un omega. Y no recuerda que aquello le haya molestando una vez siquiera hasta ese momento.
Apretó los labios asomándose hasta donde el sutil aroma del perfume del alfa le dirigía. No sabe tampoco desde cuándo le prestaba tanta atención a ese detalle de su persona, pero era sublime.
Zayn estaba ahí, tenía una camisa blanca arremangada tres cuartos, un pantalón negro sin cinturón que se amoldaba perfecto a sus caderas, casi por encima de ellas, liso, entubado. Zapatos negros, pulcros, elegantes. Su barba había crecido un poco, su cabello también. Conservaba los lentes de descanso puestos, mirando atento el horno, esperando. Volteó a verle apenas notó su presencia, parpadeando confuso.
-¿Ya son las 6:30?-Niall asintió. Zayn le miró directamente a los ojos, tan fijo, que pudo observar con cautela el color intenso en su mirada. Ese color miel perfecto que parecía destellar dorado. El alfa sonrió de lado, volteando de nuevo su atención al horno cuando este sonó, anunciando que la comida estaba lista.
-¿Qué has preparado?-Zayn sonrió, sacando un gran refractario cubierto de papel aluminio, pasándole de largo y llevándolo a la mesa. El castaño dudó un momento en seguirle pero la expresión tan genuina del alfa, algo poco usual en él, le pudo, caminando detrás de sus pasos.
Era una lasagna de papa.
Zayn observó su reacción de nuevo sin ninguna vergüenza y él empezaba a ponerse más nervioso.
-Mamá me ha dicho que no han podido comer como es debido. Supongo que te ha entretenido mucho, lo lamento.
-Para nada-cortó. Tomó una gran bocanada de aire y se encaminó con la poca seguridad que logró reunir hasta su estantería de licores, esos que guardaba para las tardes lluviosas, o las noches frías. Esos que tomaba sin pensar, y que jamás creyó abrir en compañía del alfa-. De hecho, me ha dicho cosas interesantes-. Se había inclinado a buscar una botella, la que sea, pasando sus ojos por su pequeña colección hasta ahora, sin importar leer sus títulos, más pendiente de la reacción del hombre tras suyo.
-¿Interesantes?
-¿Hmm?-terminó por sacar una botella de vino blanco, tomando dos copas recluidas de lado, volviendo a dirigirse a él. Zayn le miraba de forma inquisitiva, casi impaciente, o quizá era solo su imaginación.
-¿Qué clase de cosas?
-Este vino es muy bueno, seguro sabrá bien con la comida. ¿Me ayudas a destaparlo?
Sí, le estaba ignorando. Quizá no podía admitir que era de aquellos que le gustaba andar por la vida como quien no quiere la cosa, pero que se morían por dentro de la euforia acumulada.
-¿Qué es lo que mi madre te ha dicho?
-¿No?, Bueno, ya va. Puedo hacerlo yo-sonrió de forma torcida, tratando de buscar con la mirada dónde había dejado el destapa corchos, como si no supiera que estaba en uno de los cajones de su cocina.
-Niall-trató de mostrarle alguna expresión sin importancia, pero cuando volteó a verle, después de que Zayn le sujetace de la muñeca de forma precaria y, desesperada, su rostro se distorsionó quedando del mismo modo que al principio, ansioso-. ¿Qué te ha dicho?
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Mi perfume~ Ziall.
Hayran KurguZayn Malik es un respetable Doctor, el cual ha sido gran aportador de varios descubrimientos en la medicina para los omegas del mundo moderno. Zayn se obsesiona con un perfume que dice él será "el perfume" ideal para que los betas, ignorados en el m...