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Después de que aquel mal nacido le dejase agonizante, no pudo ponerse de pie.

Lo encontraron horas más tarde cuando el cuarto iba a ser limpiado para que el siguiente cliente pudiera entrar, teniendo que ser su mejor amigo Louis, quien le ayudase a recargarse en su espalda, pequeña y suave, que no tiene idea de como fue que le aguantó hasta su departamento a dos manzanas de ahí.

Louis le miraba desde el sillón con un rostro preocupado mientras pasaba trapos de agua fría sobre su frente ardiente.

- Esto no es normal Niall, tal vez deberíamos llamar a la policía.

- ¿Y luego qué?, ¿decirles que un maldito alfa adinerado me drogó?

- Es una opción.

- No seas estúpido- El castaño pronuncia un puchero con sus labios mientras se cruza de piernas sin dejar de mirarle preocupado.

- Solo decía- Justo cuando iba a responderle, otro fuerte dolor le atacó desde el vientre; gruñó mientras mordía un cojín afelpado golpeando el sillón en el que él estaba. El castaño le miró meticuloso parpadeando intranquilo cuando una idea descabellada le vino a la cabeza-. Niall... bueno, tu sabes que tengo muchos hermanitos, y pues, buena o mala suerte, todos resultaron ser omegas-. El rubio rodó los ojos tomando aire mientras poco a poco dejaba de retorcerse. Bien sabía que el caso de Louis era especial, contar con seis hermanos y que encima estos salieran omegas, le habían hecho alguien muy sensible, a pesar de ser de igual forma, un beta como él.

- Al grano, Louis- Masculló mientras el castaño asentía cambiando el trapo de nuevo.

- Bueno, acompañaba a mis hermanos en todo momento durante su celo cuando vivía en Doncaster, y es decir, no lo siento, pero se reconocer cuando alguien está en celo- Los ojos del rubio se afilaron quitándole el trapo que delicadamente este pasaba en su frente.

- ¿Estás loco?, soy un beta.

- Ya sé, ya sé, pero tiene sentido si lo pensamos desde otro ángulo- Dijo tratando de apaciguar la irritación del contrario. Niall solo negó intentado respirar mientras otro intenso dolor volvía atacar su vientre. Tembló y se juró aguantarlo y sobrevivir para después buscar a ese maldito alfa y jurarselas todas, pero poco despues de medio día, el dolor insoportable hizo a los vecinos de los apartamentos contiguos tocar a la puerta de los chicos que eran reconocidos por su buen hospedaje, suplicándoles que hicieran algo con el omega que tenían dentro.

Niall se negó, pero Louis aunque dócil, era determinado, y no dudó en ir a la farmacia más cercana que tenía y conseguir una inyección supresora, que batalló en colocarle al rubio, pero que sin más, hizo a su cuerpo dejar de experimentar lo que sea que hubiese ocurrido gracias al mal nacido alfa que le había roceado algo en la cara.

Habían pasado cuatro días. Niall se encontraba mucho mejor desde hacía un día anterior, pero se negaba a salir de su habitación ante el bochornoso hecho que había vivido. No es que le importase realmente la escala de jerarquías, pero había sido expuesto a algo que jamás había experimentado y que, por todos los demonios, dolía tanto que no quería volver a experimentar aquello nunca más.

Ese día se había levantado tardísimo. Louis se había ido al club unas horas atrás. No quería volver en realidad, pero el dinero no caía del cielo, así que, algo harto de estar en cama, y hambriento de fortuna, se dispuso a darse una buena ducha, colocarse un conjunto satín y finalizar cargándose un abrigo que parecía de piel de tigre pero que había conseguido en mercado libre.

Salió cargando sus lentes de sol rosas con piedritas, yendo a pasos seguros por la calle transitada, hasta mirar la característica entrada del club "Blue eyes" en el que trabajaba hacía ya unos cuatro años.

Mi perfume~ Ziall.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora