Capitulo 12

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Releyó el mensaje de Benjamin por tercera vez mientras se mordía el labio inferior, respiró hondo y se miró en el espejo de su baño.

Ese día había sido agotador.

Primero fue el enfrentamiento con Brenda, luego la extraña manera de Benjamin defendiéndola. Le había dado un gran dolor de cabeza.

Lo bueno de ese lío fue que Dario, después de saber lo que había pasado, la invitó a sentarse con él y sus amigos, como le había dicho Benjamin, era amable y simpática con todos, siempre tratándolos bien, lo que le valió una feliz sonrisa de Dario.

Los amigos de Dario eran los chicos del equipo, ella los conocía de vista y hablaba un par de veces con algunos, sin embargo, diferentes a lo que ella imaginaba, eran grandes personas, siempre conversaban, el más tranquilo del círculo de amigos era Dario y segundo Benjamin, ese día no se presentó en la cafetería y en el salón de clases pasó la mayor parte del tiempo con la cabeza gacha, garabateando algo en su cuaderno, pero a ella no le importaba, ¿verdad?

Ella puso los ojos en blanco, dándose cuenta de que ya estaba usando excusas para encontrarlo.

******

Se mordió la comisura del labio y miró la bolsa que tenía en la mano, esperando que con eso pudiera recibir el perdón de Camila.

Sabía que había sido un idiota al usar a Brenda para olvidar que la persona que atormentaba sus pensamientos y sueños era Camila.

Benjamin había hecho una mierda y, por mucho que estuviera acostumbrado, no podía mantener las cosas con Camila así, especialmente con lo que tenía que preguntarle.

Por ello, estando aún en la oficina del entrenador, le envió el mensaje pidiendo encontrarse con ella al final de la tarde en la plaza del centro de la ciudad, ya que quería hablar con ella.

Confesó que ese día no pudo concentrarse en nada, permaneció totalmente inconsciente de lo que sucedía a su alrededor, y debido a su falta de atención, tuvo que pagar más de veinte castigos durante el entrenamiento al no poder prestar atención a movimientos pasados.

- ¡Benjamin!- la voz de Camila le llamó le atención, se mordió el labio inferior y la miró. - ¿De que querias hablar?

Estaba tan perdido en sus pensamientos que apenas se había dado cuenta de que Bordonaba se acercaba.

- Yo ... - Las palabras desaparecieron, se mordió el labio inferior con fuerza y ​​le tendió la bolsa a Camila, quien lo miró con recelo. - Quería disculparme por ser un idiota hoy, por como te ofendio Brenda.

Camila miró la mano de Benjamin y su rostro, viéndolo mirar a cualquier parte menos a ella, con sospecha tomó la bolsa y la abrió.

Quería reírse, pero no lo hizo, presionó un labio sobre el otro y el otro y miró a Rojas, que ahora tenía la cara ligeramente sonrojada y se rascó la nuca.

- ¿Helado? - preguntó al ver a Rojas resoplar y morderse el labio, dejándolo lindo en su opinión. Nunca había visto a Benjamin avergonzado, tenía que reconocer que se veía hermoso cuando estaba avergonzado.

- Es pistacho, sé que es tu favorito- Benjamin murmuró tan bajo que ella apenas lo escuchó.

- Gracias. - agradeció sacar el pote de helado de la bolsa y abrir la tapa.

Se quedó allí, sentado en un banco cercano, viendo a Bordonaba comerse el helado. Se quedó mirando las estrellas, que en esa región eran un poco más visibles porque era una zona más boscosa.

- ¿Cómo van las cosas con Dario? - preguntó a regañadientes, aunque no sabía por qué se sentía así cada vez que tocaba ese tema.

No podía ser solo porque quería besarla, ¿verdad?

El suspiro de Camila llamó su atención, miró a la chica, que ahora miraba al cielo con la cuchara en los labios.

Verla de perfil fue una hermosa vista, tuvo que confesar.

- Entonces las cosas van, a pesar de ...

La nariz de Camila era delgada y alta, combinando perfectamente con sus labios pequeños y delicados en un rosa natural, se podían ver pequeñas manchas en su nariz y justo debajo de sus ojos, sus pestañas eran largas, pero no tan abultadas.

Camila era una chica hermosa.

Muy hermosa.

A pesar de que quería quedarse allí admirándola aún más, la voz arrastrada de Camila llamó su atención sobre lo que todavía estaba hablando.

- ¿Crees que funcionará todo eso?- no había prestado atención a nada de lo que había dicho Camila, pero ella lo estaba mirando, esperando una respuesta.

- Ten un poco de paciencia. - declaró en voz baja, volviendo sus ojos hacia el cielo oscuro con algunas estrellas brillando.

- ¿Y Brenda? - La pregunta se le escapó entre los labios antes de que pudiera sostenerla, la tuvo en la cabeza todo el día, se mordió el labio inferior cuando vio a Benjamin mirándola confundido. - Sabes ... ¿Tu crush? - se encogió de hombros.

Sintió que su cuerpo temblaba levemente, ahora no sabía si era por el helado mezclado con el clima fresco y el viento que la golpeaba o si era por ansiedad por la respuesta de Benjamin.

Se había pasado el día pensando en ello, por mucho que pensara que podría no ser, ya que Rojas la había repudiado después de que ella fuera una vivora con ella, pero algo en su corazón temía que fuera Brenda, la chica que le gustaba a Rojas.

Sin embargo, la risa de Benjamin calmó algo en su pecho. ¿Qué fue ese sentimiento?

- No ... Brenda es agradable y hermosa, pero no es el tipo de persona con la que me gustaría involucrarme. - declaró encogiéndose de hombros con una sonrisa.

- ¿Y cuál es tu tipo? - La pregunta escapó, de nuevo, involuntariamente.

Se mordió el labio inferior y miró hacia adelante. ¿Cuál era tu tipo? La sonrisa se le escapó voluntariamente, pero no le hablaba a Camila.

- No te gustaría saber. - Habló levantándose. - Ven, te llevaré a casa.

El camino hacia la casa de Camila fue silencioso, tan silencioso que ella logró terminar el helado, cuando llegó con Benjamin, se despidió y se fue a su casa.

Habló con su madre y besó a su padre antes de ir a su habitación.

Cerró la puerta y fue al baño, donde se puso el pijama.

Se tiró sobre la cama y sacó su celular, mordiéndose el dedo índice y recordó lo sucedido ese día.

Admitió que Benjamin no era tan imbécil como pensaba, Rojas podía ser un buen chico cuando se esforzaba mucho y ese pensamiento la hizo reír, sin darse cuenta, abrió la conversación con el rubio y le envió el mensaje.

"Me gustó esta noche, no eres tan estúpido como pensaba, solo un poco. Gracias por el helado ".

Y realmente, a ella le gustó y fue sorprendente saber que Benjamin conocía su sabor favorito de helado.

Benjamin era genial, pero no necesitaba saberlo.

Puso su teléfono celular en la mesita de noche y se arropo, cerrando los ojos.

Y se quedó dormida, recordando los momentos junto a Benjamin con una pequeña sonrisa.

*********

Hablar con Camila fue agradable, aunque él tocó un tema que no le gustaba, que era sobre Dario, pero era relevante, porque la mayoría de las veces su mente se apagaba cuando ella empezaba a hablar, incluso sin saber el motivo.

Se quitó la chaqueta, le puso el celular en su mesita de noche y se fue al baño.

Salió del baño en cueros y pantalón de chándal mientras se secaba el pelo, se tiró sobre la cama y sacó su celular.

La sonrisa fue involuntaria cuando vio que Camila le había enviado un mensaje.

"Me gustó esta noche, no eres tan estúpido como pensaba, solo un poco. Gracias por el helado ".

No sabía por qué, pero ese mensaje lo había hecho feliz.

Muy feliz.






Continuará.....

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