Capitulo 27

609 44 44
                                    

Casi no podía dormir de sábado a domingo, cuando llegó a casa su corazón latía acelerado y su boca hormigueaba aún saboreando el beso intercambiado con Camila, si hubiera podido volver a su casa y pasar la noche besándola, lo habría hecho, con mucho gusto.

Llegó un momento del amanecer en el que ya no podía soportar pensar en Bordonaba, ya me había dado tres baños para relajarme, pero ante cualquier ruido del celular advirtiendo un nuevo mensaje, muchas veces de Coco o Luisana, se encontró agarrando el celular a una velocidad nunca antes vista, decepcionado cada vez que veía que no era Camila.

Su domingo era el mismo, pero por momentos se encontraba admirando las fotos de Bordonaba publicadas en algunas redes sociales e incluso la aplicación de chat. 

Parecía un chico virgen enamorado de la popular chica caliente, pero era casi eso, ya que a él, a pesar de no confesar, le gustaba Camila desde los quince, o incluso menos.

Nunca olvidaría ese maldito juego de botella, donde Bordonaba lo terminó lastimado al intentar darle su primer beso a Sáez y la metida de Luisana, aturdiendo como solo ella sabe, lo arruinó todo, aunque no sabía si agradecería a Luisana o no, porque ese día Camila no le dio su primer beso a él, porque su plan inicial era hacer que ella lo besara, pero hasta eso Luisana tenía que estropearlo. 

Esto le recordó el beso intercambiado, estaba claro que la enana tenía mucha experiencia en esa zona. 

Sabía que no tenía derecho a estar molesto porque Camila no tuvo su primer beso con él, ya que él tampoco tuvo su primer beso con Bordonaba.

El lunes por la mañana fue una tortura, sobre todo verla desde el otro lado de el salón y no poder besarla como tanto anhelaba, incluso trató de mantenerse concentrado en la clase, pero sus ojos lo traicionaron y la miró intensamente, a veces, la miraba fijamente y se sonrojaba, haciéndola cada vez más adorable y él con un impulso casi incontrolable de levantarse y besarla frente a todos.

Pero no lo hizo, en cambio, cuando sonó la señal que anunciaba que la clase terminaba, no lo pensó dos veces antes de recoger sus cosas y salir de allí, necesitaba alejarse antes de hacer algo loco. 

Por supuesto, se sentó en la mesa del equipo, no quería arriesgarse a hacer algo estúpido y eso le daría un ojo morado o incluso un hueso roto, pero desde la distancia la miró, vio cuando ella comenzó a apuñalar a la pobre manzana con el tenedor y cuando prácticamente salió corriendo de la cafetería, sin tocar su comida.

Sabía que debería haberse quedado quieto en su lugar, pero no, tenía que levantarse y seguirla. 

Si el arrepentimiento mataba, estaría muerto cuando dio la vuelta al pasillo y la vio apoyada en su locker con Dario de pie frente a ella.

Al principio no escuchó de qué hablaban, pues estaba un poco distante, a pesar de no ser una persona curiosa, en ese momento no pudo resistirse a dar un paso al frente, para escuchar lo que el castaño imbécil le decía a su chica. 

Espera, ¿desde cuándo era su chica? 

No importaba.

Sin embargo, las palabras que escuchó después de mirar a su alrededor no eran las que quería escuchar.

- Sí, quería invitarte a salir, pero esta vez de verdad y por las razones correctas, para disculparme. - dijo Dario dando una mínima sonrisa siendo mirado intensamente.

¡Maldición! 

Gritó en su cabeza cuando no quería, porque su atención estaba toda en el rostro sorprendido de Camila, chocó con el bote de basura metálico haciendo que el piso generara un ruido fuerte, rápidamente trató de levantar esa cosa molesta y ahí fue cuando notó que tanto Dario como Camila lo miraron, sus ojos se posaron en Bordonaba y no supo descifrar esa mirada que le estaba dando. 

¿Fue esa ira lo que interrumpió?

No lo sabía y no estaba dispuesto a quedarme allí para averiguarlo.

- Perdón, no quería interrumpir el momento de la pequeña pareja. - soltó rascándose la nuca, apartando la mirada de la pareja, no estaba dispuesto a estar admirando a los dos juntos y mucho menos escuchando lo que tenían que hablar.

Metiendo las manos en los bolsillos de sus jeans, Benjamin se fue, sin importarle la llamada de Camila, quien, seguro, debería estar muriendo por matarlo después de perturbar su momento con su enamorado. 

Idiota, eso es lo que era. 

Cuando decide actuar sobre la chica que le gusta, después de un largo tiempo dudando, se da cuenta de que no tiene posibilidades, ¿el motivo? 

Ella solo tenía ojos para un estúpido chico castaño.

Como la vida era irónica, pronto Benjamin, quien rompió varios corazones huyendo de las relaciones porque no estaba con la persona que quería, ahora estaba teniendo su corazón roto por la única chica que quería entregarlo. 

Quizás ese fue el karma tan famoso.

Fue en ese momento que Benjamin tomaría una gran decisión, darse por vencido o insistir en algo que estaba seguro de que no sucedería, incluso después del beso que intercambiaron entre ellos, que iba a ser con la chica que siempre le gustó. 

La mejor alternativa que tenía ahora era marcharse, no quería perturbar la relación de Camila con su enamorado, ni él, ni Luisana ni Camila lo perdonarían si lo hiciera, por lo que sacaría a su equipo del campo.

Incluso te reirías de tu actitud si no te sintieras patético. 

Nunca en su vida pensó que abandonaría la mano de la chica de la que estaba enamorado para poder verla feliz junto a otra persona.








Continuará......

Como Conquistar a tu Crush Donde viven las historias. Descúbrelo ahora