Capítulo 28

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Incluso te reirías de tu actitud si no te sintieras patético. 

Nunca en su vida pensó que abandonaría la mano de la chica de la que estaba enamorado para poder verla feliz junto a otra persona

- Espera Benjamin - la voz de Camila volvió a llamar su atención sacándolo de sus pensamientos, fue entonces cuando sintió la mano de la chica tocar su brazo, haciéndolo detenerse.

¡Mierda! 

Alejarse de Camila sería una tarea difícil cuando la chica que lo atormentaba fue tras él cuando él no quería su compañía, especialmente después de lo que vio.

- Yo ... Estuve mal, no quería estropear tu momento ... Ahí. - Habló sin mirar a Camila, pero sintiendo el pequeño apretón en su brazo, en ese momento no tuvo el valor de enfrentarse a ella, porque sabía que si lo hacía la agarraría y la besaría y le pediría que estuviese con él y no con Dario.

- No te interpusiste en el camino… - dijo Camila, soltando el brazo de Benjamin, porque sus manos comenzaban a sudar con el acercamiento, pero ¿qué estaba pasando allí? ¿Por qué su corazón comenzaba a acelerarse y por qué se sentía tan tímida frente a Rojas? - Quiero decir, solo estábamos hablando.

El silencio cayó sobre ambos, Benjamin no la miró y Camila no supo qué decir, ni siquiera entendía por qué había ido tras él, sino que solo siguió lo que su corazón le decía en ese momento, que era hablar con el rubio, que cada día parecía más lejano. Vaya, ¿se habían besado y ahora él estaba jugando ese juego de ignorar?

No, no estaba en sus planes pararse y ser enfrentado por Camila cuando en realidad, su objetivo era otro, mantenerse alejado de Bordonaba. 

Dejó escapar un largo suspiro y la miró por primera vez y sintió que su deseo de dejar de hablar con ella lo había abandonado un poco, sin embargo, la imagen de Dario invitándola a salir nuevamente le vino a la mente.

- No tienes que darme explicaciones, Camila. - habló escondiendo las manos en los bolsillos del pantalón, sabía que iba a sonar como un idiota, pero en ese momento, no le importó y por primera vez, quiso escapar de esos ojos inquisitivos, que estaba seguro de que podía leer su alma si la chica hubiese querido. - Es decir, obtuviste lo que querías, así que no hay razón para que lo mantengamos juntos, ni siquiera podemos soportarlo, ¿verdad?

Benjamin estaba siendo un gran imbécil, Camila lo miraba con el ceño fruncido, incapaz de entender lo que estaba pasando allí, Rojas estaba siendo arrogante y grosero, ni siquiera se parecía al chico al que se había acercado en las últimas semanas.

- Me encantaría seguir dándote una mano para ganar a tu jugador, pero tengo cosas que hacer. - Y jugó la carta.

Camila estaba en estado de shock, las palabras de Benjamin la habían golpeado fuerte, especialmente porque no era lo que esperaba escuchar después de que se besaron después de su fallido encuentro con Dario.

- Eres un idiota, Rojas. - habló Camila cuando volvió a la realidad, la rabia invadió sus poros y en ese momento, su mayor deseo era golpear esa linda cara de Benjamin.

- Me llamaron peor. - No quiso decirlo en voz alta, pero cuando la vio, las palabras saltaron de su boca y una sonrisa burlona se dibujó en sus labios, eso fue suficiente.

No estaba enojada, estaba poseída. 

Que Benjamin era un imbécil que ella ya sabía, simplemente no sabía que podía ser mucho peor que eso. 

Puso los ojos en blanco y se fue, no quería mirar a Benjamin, porque sabía que si seguía mirándolo, lo golpearía y eso podría empañar su historia, más de lo que ya estaba.

Dejó escapar un suspiro tan pronto como vio a Camila alejarse pisando fuerte, pudo ver la ira en sus ojos y supo que si ella se quedaba allí por unos segundos más, Benjamin sería el más herido. 

Se pasó una mano por el pelo y maldijo entre dientes. ¿Por qué esta chica tenía que meterse tanto con él?

Sí, confiesa que se sintió frustrado, no negó que le gustó haber besado a Camila después de su cita fallida, pero se enfadó aún más al verla junto a Dario después de besarla cuando la dejó en casa tras la cita fallida.

También sabía que no podía y no debía sentirse así, era solo un beso, porque sabía que a Camila le gustaba Dario, por eso la ayudó a conquistarlo, ¿no? 

Entonces, ¿por qué se sintió tan frustrado al verla hablar con el chico al que ayudó a conquistar? 

No tiene sentido.

Resopló y se fue, necesitaba refrescarse y concentrarse en el juego que tendría al final de esa semana, de lo contrario el técnico lo dejaría en el banquillo y lo último que quería en ese momento, era quedarse en el banquillo en el primer partido de la temporada.





Continuará....

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