Capitulo 26

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Sus ojos se dirigieron disimuladamente a Benjamin, sin embargo, cada vez que miraba en dirección a Rojas, él la miraba, haciéndola sonrojar. 

No habían hablado desde el beso del sábado y desde el domingo Camila escribió y borró un mensaje para enviarle una y otra vez a Benjamin, pero no tuvo el valor de enviar ninguno y aunque lo intentó, no podía dejar de pensar en el beso.

Respiró hondo y centró su atención en la profesora que le explicó algo que ni siquiera sabía qué era, se mordió el labio inferior y dejó que su mente viajara al sábado por la noche. 

Por el beso que intercambió con Benjamin. 

No debería haberle gustado tanto ese beso, o mejor dicho, no debería haberle encajado tan perfectamente.

- Oye, ¿estás bien? - La voz de Luisana a su lado llamó su atención, fue entonces cuando finalmente se dio cuenta de que Luisana ya estaba de pie y el aula estaba vacía.

-Emm yo ...-Respondió en voz baja y miró el asiento vacío de Benjamin.

- Has estado rara desde el sábado ... - Luisana comenzó a enganchar su brazo alrededor del de Camila mientras salían del aula hacia la cafetería. - ¿Fue tan mala la cita con mi hermano?

Por mucho que Luisana fuera su mejor amiga y se sintiera sofocada con todo lo que había pasado el sábado, desde la cita con Dario hasta el beso con Benjamin, Camila no tuvo el valor de desahogarse con la rubia  y contarle que su hermano había sido enorme idiota y ella había estado con Benjamin y lo había besado.

Además, todavía no podía decirle a la rubia que Benjamin ahora era su enamorado y para empeorar las cosas, que estaba sintiendo un impulso casi incontrolable de besarlo de nuevo. 

Respiró hondo, sacó la manzana de su bandeja y le clavó el tenedor con fuerza. Estaba frustrada y comenzaba a ponerse furiosa.

Benjamin no podía ser su enamorado y ella no debería tener ganas de volver a besarlo, Camila tenía que odiarlo, tener ganas de matarlo y no besarlo, eso violaba todos los órdenes naturales de las cosas entre ellos, no. Ella estaba infringido todo

- ¿No crees que Benjamin está raro? - La mención a nombre de Rojas hizo que Camila tomara la atención de la manzana toda atravesada por el tenedor y pasara a la rubia que miraba hacia el rubio que estaba comiendo al otro lado de la cafetería, mientras todos en la mesa hablaban animadamente, él se quedó callado , centrado en tu merienda. - Creo que le gusta alguien.

- ¿Qué? - Su reacción fue demasiado rápida y ruidosa, tanto que Luisana y algunas personas en las mesas cercanas la miraron. 

Podía decir por la mirada de la rubia que no podría escapar de ese interrogatorio, pero en ese momento, no estaba preparada para responder preguntas que no sabía la respuesta, necesitaba salir de eso y rápido. - Yo ... Olvidé que necesito resolver algo.

No tuvo tiempo para que su mejor amiga la sostuviera allí, tomó su bandeja y salió corriendo de la cafetería, dejándola en el lugar específico cerca de la salida. 

Suspiró de alivio cuando se apoyó contra su propio locker y cerró los ojos, había escapado de la inquisitiva Luisana por algún tiempo, o al menos, hasta la próxima hora.

- Camila ... - Abrió los ojos cuando la voz masculina la llamó por su nombre, Dario estaba frente a ella y se preguntaba si ese día ya iba a terminar.

- Hola.- No sabía si estaba preparada para enfrentarse al otro Lopilato, pero tampoco podía huir de él para siempre, además de ser compañeros de clase, era hermano de su mejor amiga.

- Quería disculparme por el sábado… - Dario se rascó la nuca y notó que estaba siendo sincero, suspiró y se mordió el labio inferior, dándole al castaño la oportunidad de decir lo que quería. - Sé que fui un idiota y realmente lamento lo que hice.

- Está bien, ya paso- se encogió de hombros, porque realmente había pasado, su amor por el habia pasado, incluso lo que había hecho el castaño había perdido su significado desde el beso de Benjamin, lo que la enfureció aún más.

- Quería saldar esto contigo. - habló el castaño dando un paso hacia ella y ella se inclinó más contra el locker, aunque estaban lejos el uno del otro, Camila sintió la necesidad de mantenerse lo más lejos posible.

En un momento que esa proximidad con Dario era su mayor deseo, incluso era irónico darse cuenta de que lo que más deseaba durante mucho tiempo, ahora era lo que menos deseaba.

- ¿Saldarlo? - preguntó cuando vio que el castaño se había detenido, dándole espacio.

No entendía a qué se refería Dario, no tenía nada para saldar, había sido un idiota, pero ahora eso quedó en el pasado, junto con su enamoramiento por el chico, no necesitaban volver a ese día desastroso y menos a ese encuentro. a cada uno le bastaba seguir su vida.

- Sí, quería invitarte a salir, pero esta vez de verdad y por las razones correctas, para disculparme.

Casi se rió, pero no lo hizo, no era el mejor momento, pero Camila no tenía interés en volver a salir con Dario, cuando más lo quería, él lo echó a perder y ahora no había forma de arreglar las cosas, su deseo en ese momento era salir con otro chico, y no tenía el pelo castaño, sino que era rubio de ojos celestes.

Estaba a punto de rechazar la invitación de su ex enamorado cuando un ruido llamó su atención, ya que el pasillo estaba increíblemente vacío debido a la hora de la merienda, no era imposible encontrar la causa del ruido. 





Continuará......

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