Capítulo 2

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Gimió y se tapó con una almohada la cara, tratando de borrar los hechos del viernes pasado, cuando su mundo se derrumbó y la persona que no podía, ni debería haberlo sabido, descubrió su secreto más oscuro. 

Está bien, estaba exagerando, pero la situación, por sí sola, ya era desesperada.

Benjamin Rojas, su enemigo mortal, había descubierto que ella estaba enamoraba de Dario, hermano de su mejor amiga. 

¿Había algo peor que eso? Por supuesto que sí, Rojas tuvo que bajar las gradas con una maldita sonrisa e ir hacia Dario.

Incluso trató de mantener la calma, pero cuando el castaño miró en su dirección cuando Rojas señaló con una sonrisa, sintió que el piso podía abrirse y tragarla, especialmente cuando Lopilato sonrió y negó con la cabeza.

Lo que sea que Benjamin le dijera al castaño, Camila lo mataría lento y dolorosamente, no mejor, ella convertiría a Benjamin en un hombre castrado. 

Eso, perfecto. Ese sería el castigo perfecto. Estaría emocionada, sin arrepentirme realmente. 

Dios, necesitaba dejar de ver Game of Thrones, la estaba afectando directamente, más de lo habitual.

Luisana incluso trató de calmarla diciendo que Benjamin no diría nada, especialmente si sabía que su destino sería trágico y doloroso si abría la boca, pero la palabra de Lopilato no era una buena garantía.

Ella conocía a Rojas, él haría cualquier cosa para arruinar su vida, era así desde que lo conoció, ¿por qué iba a ser diferente ahora? ¿Más aún cuando tenía una gran ventaja en su contra? Si fuera ella en cambio, no lo pensaría dos veces antes de buchonearlo.

¡Mierda! 

¡Estoy jodida! 

Fue su pensamiento antes de levantarse e ir a la escuela, que ya era tarde.

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Para Benjamin, ver la desesperación del chichón de piso andante fue divertido, verla mirarlo como si fuera a matarlo al otro lado de la cafetería arrojando su tenedor a la pobre manzana como si lo representara a él, fue a la vez aterrador y divertido. 

No debería haber pensado eso, pero lo hice.

La imagen de Camila saliendo de las gradas tropezando con sus propios pies después de que Dario miró en su dirección después de que les dijo que se fueran, los cuatro juntos, fue muy graciosa. 

Apenas detuvo su risa cuando Bordonaba desapareció hacia el estacionamiento con Luisana pisándole los talones preguntando qué había sucedido.

Por supuesto que no usaría esta carta de triunfo entregada a los dioses de la bandeja, primero quería jugar y tal vez torturar a la chica que podría hacer de su día un verdadero infierno cuando quisiera, ya que Camila tenía el don de ser molesta.

Su sonrisa se ensanchó aún más cuando se dirigía a la sala y la vio, moviéndose dentro del locker mientras murmuraba algo, ciertamente se había olvidado de un libro, aunque Camila está bien centrada, fácilmente podía olvidar las cosas, especialmente cuando estaba nerviosa. y sabía que toda la situación conseguía poner nerviosa a la chica.

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