Capitulo 13

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Se miró en el espejo por tercera vez y suspiró. 

El vestido rosado con encaje en flores era de mangas y hasta levemente por debajo de la mitad de los muslos, era ligero y cómodo, las sandalias hacía el atuendo, como había pedido Benjamin, estaba cómoda y hermosa, sin embargo, el nerviosismo la estaba abandonando a sentirse fea.

¿Cómo se había metido ella en ese lio? 

Ah, sí, Benjamin estaba tomando su parte del trato de la ayuda.

Flash Back

Miró de un lado a otro para asegurarse de que estaba realmente sola y cuando se dio cuenta de que no había ningún alma viva allí, abrió la puerta de la oficina del entrenador y entró rápidamente, volviéndose hacia Benjamin, quien estaba sentado en el escritorio del entrenador, usando su teléfono celular.

En la primera hora Benjamin le envió un mensaje pidiéndole que lo encontrara allí, porque la oficina del entrenador se había convertido en el punto de encuentro entre ellos, durante el descanso. 

Fue difícil esquivar a Luisana, pero agradeció al cielo cuando apareció Mariano su novio. 

Era el momento perfecto.

Dio alguna excusa y corrió a la oficina, rezando para que nadie los viera juntos, ya que desde la confusión con Brenda, el lunes la gente seguía hablando de lo que pasó y mira, ya era viernes.

- ¿Qué sucedió? - preguntó al ver a Rojas quitar su atención del dispositivo entre sus dedos y finalmente mirarla.

- Tendré que cobrar mi parte de nuestro acuerdo este fin de semana. - Estaba nervioso porque corría peligro de decir que no.

No quería usar la parte de su acuerdo en ese momento, esperaba sinceramente que el almuerzo familiar en la casa de su abuelo fuera más allá, pero cuando recibió el mensaje de Carlos, su hermano, a principios de semana, pasó el resto de los días pensando en cómo pedirlo.

Camila, al notar la mirada suspicaz de él, se dio cuenta de que esperaba todo de ella.

- ¿Qué voy a tener que hacer? - Tenía curiosidad, Benjamin parecía nervioso, pero estaba haciendo su parte, obviamente no se negaría a hacer su parte. Estaba preparada para lo que venga.

- Digamos que el domingo necesito que vayas a almorzar conmigo. - dijo Benjamin rascándose la nuca mientras sus ojos estaban fijos en las expresiones que hacía Bordonaba. - Y finge estar conmigo. - La última parte la habló tan tranquilamente, que dudaba si ella lo había escuchado o no.

Está bien, ella estaba preparada para escuchar cualquier cosa menos eso y Benjamin vio cuando vio Camila abrió los ojos muy grande y sus labios se abrieron con incredulidad.

- ¿Qué? - ¿Escuché bien? ¿Quería que ella fuera a almorzar con él y fingiera que estaban juntos? - ¿Te escuché bien?

Se mordió el labio inferior y bajó de la mesa, escondió las manos en los bolsillos de los pantalones, pues ya estaban sudando y temía que le temblaran. 

Camila seguía mirándolo, aunque la expresión se había suavizado, sabía que ella estaba conmocionada por su pedido, estaba seguro de que cualquier chica lo estaría, sobre todo porque él no era el tipo de chico que necesitaba fingir ese tipo de cosas.

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