Capítulo 16

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El resto del viaje fue en silencio, donde la música que sonaba era el único ruido que se podía escuchar.

Benjamin se concentró lo más que pudo en el camino y Camila, que estaba tan avergonzada por su movimiento irreflexivo, se quedó en su rincón, tarareando canciones familiares.

Cuando Benjamin anunció que había llegado cuando entraron en un camino de tierra con varios árboles despejando el camino, se sorprendió.

Una gran pradera a su derecha donde podía ver varios caballos pastando y otros corriendo mientras seguían el camino, desde la distancia podía ver un lago con algunas aves y un puente de madera que conducía al otro lado donde había una construcción de madera, que era casi seguro que sería un granero.

Sus ojos se fijaron en el frente, al final de la calle, donde había una casa típica americana con tres pisos de ladrillo y madera mostrando todo su esplendor, podía ver algunas personas y autos allí, pero estaba asombrada por todo lo que veía. El lugar era increible.

- Aqui es lindo. - Confesó cuando Benjamin aparcó en un lugar para eso.

- Espera hasta que veas el resto. - Esa promesa hizo jadear a Camila, no había forma de que ese lugar pudiera ser más hermoso de lo que había visto nunca, ¿verdad?

Cuando salió del auto, no supo qué hacer hasta que sintió la mano de Benjamin apretar la suya y tirar de ella hacia la entrada mientras le decía que mantuviera la calma.

¿Calma?

Solo podía estar bromeando. Estaba a punto de entrar en un lugar donde engañaría a todos. Si había algo que ella no tenia, era la calma.

Estaba nervioso, estaba a punto de agarrar a Camila y salir de allí, no estaba preparado para las preguntas indiscretas, que estaba seguro que le iba a hacer su hermano, y cuáles serían los objetivos.

Le estrechó la mano a Camila y la condujo a la parte trasera de la casa, donde la familia siempre se reunía para almorzar.

Mientras su padre y su tío se encargaban de prestar atención a la carne del asado, su madre y su tía, Carmen, estaban ocupadas en la cocina.

- Finalmente el príncipe decidió aparecer... - Cerró los ojos y gruñó al escuchar la voz de su hermano sonar fuerte, atrayendo la atención de todos hacia el lugar por donde estaba entrando. - Y mira, en realidad trajo a una chica.

- Vete a la mierda, Carlos. - respondió deteniéndose junto a la mesa y tirando de Camila a su lado.

Por mucho que no quisiera sentirse tímida, era imposible no sentirse cuando todas esas miradas curiosas cayeron sobre ella, así que agarro el brazo de Benjamin y miró sus manos juntas mientras las apretaba. Odiaba ser intimidada.

- Camila querida, no te preocupes Carlos, es un tonto. - Rosalinda apareció en el acto, luciendo su sonrisa amigable, que estaba casi segura de que no dejaba atrás esa linda cara a menudo.

- Espera un minuto, ¿la conoces? - cuestionó Carlos señalando a Camila quien ahora fue jalada por Benjamin para acercarse.

- Por supuesto, querido, fue a la casa un par de veces, ¿no, Juan? - La pregunta al esposo que solo sonrió y asintió.

- Qué bueno verte, Camila. - Juan habló cordialmente mientras sonreía un poco y levantaba el tenedor de la barbacoa.

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