⭐Capítulo 57⭐

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"Les damos demasiado poder sobre nosotros a alguien que ni siquiera nos da de ello algo genuinamente sincero" 

🌸🌼🌻-Belosnezkha-🌻🌼🌸

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Derek

Cuatros días desde que se fue Lían junto a Keith a Baden-württemberg y parece ser una eternidad. El desespero me lo tengo que tragar a la fuerza, y mis llamadas la he disminuido porque me veo demasiado posesivo, y no la dejo hacer lo que ella tenía en mente, que es pensar las cosas sin tomar decisiones apresuradas. 

Marcos y yo solo nos miramos como si ya no supiéramos que hacer, ya no tenemos temas para hablar porque ya hemos hablado hasta del color del sofá de la sala. 

Aflojo mi corbata y muevo mi pie derecho seguidamente sintiendo incomodidad. 

— Cuanta falta pueden llegar hacer esas dos, ¿Verdad? — preguntó éste con una sonrisa de labios cerrados y su mirada perdida en suelo.

— Sí. ¿Acaso usted y yo no tenemos esa chispa de alegría? 

— No, para nada. Ento se siente ridículo, me volveré loco si solo veo tu rostro y el de los demás. Si Lían y Keith estuvieran aquí no habría tanto silencio. 

Niego.

— Para nada. Quién diría que yo terminaría prefiriendo el desorden, los ladridos de unos perros, una canción a todo dar en la radio, la risa de todos los empleados por causa de una sola mujer y las peleas matutinas porque tengo que levantarme a buscarle sus antojos, todo eso antes que el silencio horrible que ahora ahí aquí — bufo —. Tanto que me gustaba el eco de la casa, y la paz al no escuchar ni siquiera las cucharas al tocar los platos. 

Éste comienza a reír fuertemente. 

— ¿Qué? ¿Mi hija tiene demasiada adrenalina?  

Asiento varias veces.

— Como cosa loca. Aunque, los últimos días que estuvo aquí se dormía donde quiera que se sentía cómoda; como si la noche anterior no había dormido lo suficiente o como si se la hubiese pasado trabajando, cargando cosas o  corriendo — sonrío.

— No te sorprendas si te dice que está muy cansada, ese es uno de los pagos al estar embarazada — contestó —. Tranquila está ella. Hay veces donde el hombre no quiere llegar a su casa porque la mujer embarazada no es tan  fácil de sobrellevar..., Te lo dice alguien que tuvo que ir a consultas para saber como tener que aguantar los cambios de Keith cuando estuvo embarazada. 

Abro mis ojos y sonrío con nerviosismo.

— No me asuste, suegro. 

— No te asusto, solo te lo digo por si Lían te lo pone más difícil, y no vayas a creer que son cosas que ella hace por maldad intencional. A esos se le llamo cambios de hormonas renovadas. 

— No se preocupe, ya traté con el embarazo de mi hermana mayor y no fue nada bonito. Y eso, que no solía estar con ella todo el tiempo. 

Éste ladea su cabeza y levanta un poco sus manos.

— Nunca he visto al hijo de Gretchen, pensé que no tenía.

— No tiene; perdió el embarazo cuando tenía 7 meses, casi 8. Fue un gran lamento y sufrió mucho, pero así son las cosas de la vida. 

— Vaya, tuvo que ser un gran dolor para ella. No faltaba mucho para que lo tuviera en sus brazos. ¿Y su esposo? Nunca lo he visto tampoco.

— Se separó de él cuando tenía 5 meses de embarazo, él fue el motivo del porque lo perdió; es todo un desgraciado, no se merecía el amor de Gretchen.

— Supongo que no. Hablando de eso, creo que mi hijo Jerickson siente algo por tu hermana menor Smat. 

Me levanto del sofá. 

— ¿En serio? — pregunté. Le hago seña de que me siga a la cocina. 

— Sí, y ella también. Lastima que Jerickson haya tenido que ir de regreso a México.

Entramos a la cocina y tomo de la nevera dos cervezas bastante frías.

— No es por nada, pero creo que esa relación, si acaso hay algo, no será posible — destapo las dos cervezas y le entrego una a él —. No por mí, sino por mi madre, ella la quiere casar con alguien más. Aunque eso si no lo pienso permitir y creo que mi papá ya apuesto en su lugar a la gran señor Heidi.

Éste le da un trago a su cerveza y en su susurro habla:

— Tu madre está loca. 

Lo miro.

— Dígalo en voz alta, Marcos, yo también lo digo. No sé a que grado puede llegar mi madre, pero de que le faltan unas cuantas neuronas, le faltan. 

Tomo un trago largo de mi cerveza, y al ver que Marcos hace lo mismo con la suya lo detengo. 

— ¡Ey! hágalo al paso. Yo le aseguro que esa cerveza tiene unos cuantos grados de alcohol que no le caerán muy bien. Mañana hay trabajo y no creo que quiera tener jaqueca. 

(...)

Entro a mi habitación quitándome cualquier cosa que me abrigue lo suficiente. La habitación está calentita por la chimenea de la habitación; miro la cama la cual se ve demasiado grande para ser solo mía en estos momentos..., Esa es otra cosa que ahora pienso, y que antes no. 

Me siento en la cama y peino mi cabello con mi mano hacia atrás; paso mi mano por mi ahora muy abundante barba y de la cual no me quejo porque me asienta bien, aún así, me levanto de la cama y camino hacia el baño listo para bajarla un poco pero el sonido de mi celular me detiene y me sorprendo al notar que es uno de los detectives. 

— Buenas noches, Hugo. 

— Buenas noches — habló éste.

— ¿Sucede algo? — me vuelvo a sentar en la cama. 

— Sí, algo que seguramente te va a impresionar. Alexandro confesó que aparte de Erika y María había alguien más involucrado. 

Fruzo el ceño y parpadeo varias veces.

— ¿Qué? ¿Quién más estaba involucrado? 

— Mejor ven mañana y hablaremos de ello. 

Resoplo.

— Hugo. Necesito saberlo ahora, porque Lían no está conmigo, ni en la ciudad; necesito poner alerta a los seguridades que están con ella y su madre. Tú solo dime quién más, porque yo no puedo permitir que le suceda algo a mi mujer. 

— No creo que esa persona quiera atacar de nuevo, pero Heidi Schmidt, tu madre, es la otra persona.

Me levanto de la cama rápidamente.

— ¡¿Qué?! 

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A mí me encanta el drama, yo no puedo dejar que esta historia se termine sin que Derek se de cuenta que Heidi es capaz de algo más que casar a su hija con un hombre que no quiere.

50 días Para Enamorarte✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora