50 días Para Enamorarte✔️

⭐Capítulo 48⭐

"Amate. Amate como nadie más te ha amado, porque incluso tu propia sonrisa puede iluminar la parte más oscura de tu vida"

🌸🌼🌻-Belosnezkha-🌻🌼🌸

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Derek

—Lo bueno es que están bien. Un poco más de estabilidad y todo estará mucho mejor —habla Herman sentado frente a mí, junto a Blaz.

Estamos en la cafetería tomando un poco de café. Lían está en la habitación con Rosarna, con la cual debía hablar algo muy serio y entendí que debía dejarlas solas, aunque nos haya afectado a los dos lo que hizo.

—Sí. Mañana le dan de alta y tenemos una cita con su ginecóloga el viernes, ella nos dirá detalladamente el cuidado que debemos tener ahora porque el embarazo obviamente no es igual que al inicio.

—Bien. Te diré algo, no pierdas la paciencia porque una mujer embarazada es mucho más complicada, en algunos casos no, pero mayormente es así —añadió Blaz tomando de su café.

Sonrío aterrorizado, y pregunto:

—¿Y tú crees que ya no me acuerdo como se portaba mi hermana cuando estaba embarazada?  Preparado y no preparado como quiera debo aguantar cada uno de los cambios hormonales raros de Lían.

—Que bueno, que bueno que lo sabes — lhabló Herman—. Deberías dejar que alguien te replance para que puedas ir a descansar.

—No, ni hablar. Ya es el último día, así que aquí me quedo con mis ojeras y mi cansancio —aclaré—. Tal vez algún día pasarán por esto y entenderán todo.

Me levanto de donde estoy sentado, y añado:

—Creo que ya podemos subir, Rosarna y ella seguro terminaron de hablar. Por favor, por favor... No la hagan llorar, está muy sensible.

Veo a éstos dos sonreír con nerviosismo.

—Quien diría que Lían lloraría por todo, cuando antes era tan difícil que lo hiciera —habló Blaz levantándose.

(...)

Intento a toda cuenta hacer sonreír a Lían, de vez en cuando se ve tan ida, y al decir la verdad, ya no me gusta el silencio. Cuando no estaba en la casa todo se sentía tan vacío a pesar de que había más personas, pero no era lo mismo; yo prefiero la chispeante y extrovertida Lían de siempre.

—Cuando todo se estabilice, ¿Quieres volver a Baden-württemberg? —Esta me sonríe, y celebro en mi interior.

—¿De verdad? —Asiento—. ¡Claro que sí! Ya quiero ver de nuevo a los chicos. Quiero comer manzana con miel y uvas.

—Pero eso te lo puedo dar yo aquí —añadí sonriendo por su entusiasmo tan repentino.

—No, no, no. Yo quiero las de allá, sino no.

Levanto mis manos sabiendo que no hay de otra.

—Como usted quiera. Pero primero recupérate, luego te llevaré.