⭐Capítulo 44⭐

229 47 6
                                    

"Da todo por ti, dale un pedacito de eso alguien pero no lo des todo porque si lo haces te darás cuenta de que mayormente todo para muchos es nada"

🌸🌼🌻-Belosnezkha-🌻🌼🌸

°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°

Lían

No sé si es de día o de noche. No sé cuanto tiempo llevo aquí realmente, porque siento que el tiempo pasa más lento de lo normal, algo que me tiene atontada.

Ambas mejillas me duelen por la cantidad de veces que María me ha abofeteado, no ha pasado hacer otras cosas porque dice que eso tendrá su día, aún así, eso no quita que cada vez que me abofetea el sabor a sangre inunde mi cavidad bucal y eso afecta que pueda comer lo poco que me dan.

Cada vez estoy peor. Es horrible esta situación, todo me duele, todo me molesta, incluso hasta la ropa que tengo puesta comienza hacerlo y la temperatura de mi cuerpo está aún más extraña; a veces tengo calor y a veces frío, mucho frío ya que no estoy cubierta por nada ni siquiera cuando la temperatura baja más de lo que ya lo está.

Mis ojos me pensá por la cantidad de veces que he llorado, solo de imaginarme que tal vez mi embarazo no resista si no logro salir de aquí, esto destroza mi alma porque desde que lo supe me enamoré de lo que ya comenzaba a formarse dentro de mí y perderlos sería aún más doloroso que estar aquí soportado todo esto. No tengo que verme en un espejo para saber que he bajado de peso, que tengo ojeras, que estoy pálida y totalmente deshecha porque lo siento, no es tan difícil de saberlo.

También me estoy cansando de estar viendo la misma cosas una y otra vez. Sntir mareos, vomitar, sentir que tengo fiebre y hasta desmayarme; sentir mis labios resecos por las pocas veces que tomo agua y no puedo negar que he tenido extraños dolores de vientre.

Heidi no ha venido de nuevo y mucho menos Erika, tal vez está poniendo excusas para evitar que Erika me haga algo. Estoy deseosa de salir de aquí y juro que había pasado mucho tiempo sin sentir unas tremendas ganas de ver aparecer a Héctor; si es que realmente aceptó ayudar a Heidi.

Necesito salir de aquí, necesito ponerle un poco de felicidad a esta época navideña ya que hasta ahora han habido más problemas que alegría.

Me encuentro mirando la esquina de la pared derecha, un poco ida y desorientada, casimente volviéndome a dormir sin importar en la incómoda posición. Siento que si me sueltan los brazos mi cuerpo no resistirá su propio peso como para quedarme sentada si la estabilidad que me otorga aquel amarre hacia atrás.

Escucho como la puerta rechina al hacer abierta pero no me inmuto puesto a que ya sé quien ha entrado.

—No te vayas a dormir, te tengo una sorpresita  —escucho a María hablar con diversión pero sigo mirando hacia la esquina con los párpados de mis ojos decaídos.

¿Qué pasó con María? Aún no puedo creer que haya matado a su propio padre; aunque no hay porque sorprenderse mucho ya que éste no fue la mejor influencia para ella..., Para nadie.

-¡Te estoy hablando! —Esta gruñe tomando mi mentor en su mano haciendo que voltee mi rostro—. Hoy hablarás con tu querido amor, lastima que Erika no podrá estar aquí para ver tu reacción... Pero bueno, eso es lo que toca.

—Ya basta, María... Por favor —supliqué con voz áspera y baja.

—Claro, claro —habla soltando mi mentor para después dar tres palmadas suaves en mi mejilla derecha—. ¿Por qué no te relajas un poco? Vas hablar con alguien importante para ti, ¿No?

Veo como el mismo rubio de siempre entra con un celular en su mano y se lo entrega sin mirarme, pocas veces lo ha hecho y nunca ha intercambiado palabras conmigo, solo se dedica a traer la poca comida y acompaña a la persona que limpia varías veces lo que vómito; no entiendo como he durado tanto tiempo sin usar el baño.

—Cuando se termine la llamada quema el teléfono o lo que sea, no quiero que la policía nos localicé  —le ordena María al rubio.

—Bien —contesta éste.

—Si dices algo de lo que me haga enojar, te aseguro que te va a ir muy mal, así que, controla lo que vas ha decir para que no acabe contigo de una vez por toda, ¿Entendido?

Asiento.

—Así me gusta —Veo como enciende el celular y comienza a marcar lo que creo que es el número de Derek, sonríe y se coloca el celular en su oreja derecha—. Hola, Derek.

Un suspiro sale de mí y María me mira con una sonrisa de lado, y habla:

—No importa tanto saber quien soy..., bueno sí, pero es mejor que no lo sepas. —Su sonrisa cambia a una carcajada y vuelve hablar—. Sssh, no te alteres porque aquí hay alguien que puede pagar por eso, ¿Quieres oírla? —Pone la llamada en altavoz y lo coloca cerca de mi boca—. Habla.

Muerdo mi labio inferior y cierro mis ojos reprimiendo las lágrimas para después decir en un tono muy bajo:

—Derek.

—¿Lían? ¿Dónde estás?

Una lágrima sale de mi ojo derecho y rueda por mi mejilla. María vuelve a reír y habla:

—Aún no me he ido, Derek. Aprovecha el poco tiempo que tienes para hablar con ella y no lo malgastes en preguntas como esa.

—Amor, ¿Dime qué estás bien? —pregunta Derek y entre el llanto repentino que ha surgido de mí, contesto.

—N- no.

Escucho un estruendo desde la otra línea.

—Quien quieras que seas, ¡¿Quién demonios eres?! ¿Cuánto dinero deseas? Dime que diablos quieres y yo te lo daré..., pero ya devuelvemela, ya no le hagas más daño.

—La quiero a ella y ya la tengo. Bueno, Derek, no aprovechaste el tiempo y ya la llamada debe terminar. Despídete.

—Te voy a sacar de ahí, solo aguanta un poco más, solo...

María cortó la llamada antes de que éste terminará de hablar.

Sigo llorando con la cabeza gacha, con la mirada nublada y el corazón acelerado.

—Destruye el celular —habla Maria, unos segundo después escucho la puerta ser abierta y luego ser cerrada—. Que cruel es la vida, ¿Verdad? Pasamos años planeando que haremos en el futuro y resulta que ella cambia todo por algo muy diferente... Pero bueno. ¡Ay! Ya deja de llorar.

Levanto mi cabeza y pronuncio aún llorando.

—Eres una maldita bruja.

—Claro que lo soy y me encanta serlo
—contesta caminando hacia la puerta—. Por ser la mala soy la que está de pie y no llorando en una silla esperando a que me rescaten o me maten.

Abre la puerta y sale.

Siento una pulsada en mi vientre que me hace chillar, aprieto mis manos y cierro mis ojos librando más lágrimas.

Abro mis ojos y miro hacia arriba, exhalando varias veces para calmarme. Esto me está haciendo mucho mal y no sé cuanto tiempo resista estos dolores.

🌻🌼🌸🌻🌼🌸🌻🌼🌸🌻🌼🌸🌻🌼🌸

Buenas, mi amores. Por aquí les dejo este capítulo. Mañana les publicaré el síguete ya que hoy tengo que terminar algunas cosas ya que mañana tengo que salir temprano.

50 días Para Enamorarte✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora