⭐Capítulo 30⭐

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"Espero que te enamores de alguien que pueda darte todo lo que yo no te pude dar y que sonrías en vez de llorar"

🌸🌼🌻-Belosnezkha-🌻🌼🌸

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Derek

No me importa lo que pueda decir mi abuelo o mi padre, lo haré de todos modos, romperé cualquier unión que tenga con la empresa "Meyer". He trabajado mucho para que la empresa crezca y le he demostrado lo suficientemente a ellos dos que soy digno de estar a cargo, tan solo con decir que fui yo quien llevó la empresa hacer la más reconocida en toda Alemania y en muchos países más, poniendo en algo el apellido "Schmidt."

Pero mi abuelo siempre dice que eso es bueno pero que no lo es todo, el dinero es solo felicidad carnal y que la familia es mucho mejor, en mi opinión es siempre y cuando la familia no sea tóxica. Solo quiero desmotrarle a Erika que yo siempre cumplo mis advertencias.

Estoy frente a ella, junto a sus abogados y secretaria, yo estoy  sentado justo en la cabecilla de la mesa de juntas también con mis abogados y Casandra.

— No puedes hacerlo, no puedes romper una unión que tiene más de 20 años, Derek — habla Erika —, Mi padre estará muy decepcionado porque se supone...

La interrumpo.

— Sí puedo — respondo cruzando mis brazos sobre mi pecho —, Claro que puedo, te lo dije, Erika, pero no me hiciste caso.

Uno de los abogados le dice algo rápido en su oído, algo que parece aterrorizarle aún más. Sonrío levemente.

— Déjenos solos un momento — pide ella pero nadie se para ya que esperan mi consentimiento; sé que quiere hablar en privado porque seguramente de lo que hablaremos es la razón por la que se produjo todo esto. Asiento, todos se paran y salen de la sala de juntas, solo quedamos ella y yo a una distancia prudente.

— Derek — hace ademán de parace y con el dedo le niego que lo haga, no la quiero cerca —, ¿Por qué esa mujer te importa tanto? Yo estuve primero contigo.

— No te tengo que darte explicaciones. Tú estuviste una vez conmigo pero ya no lo estás, ¿Cuándo comprenderás eso? — nada de gentileza, después de lo que pasó entre nosotros dos yo no la he vuelto tratar como a un conejito de indias, ni siquiera sabiendo que la empresa y la suya estaban asociadas, en las reuniones solo la traté como un profesional pero algo cortante.

— Pero si lo que ustedes dos tienen solo es por un contrato — responde.

— Ya te dije, yo no tengo porque darte explicaciones. Tú fuiste que provocó todo esto, te dije  que si enviabas el vídeo te ibas a repetir, ahora asume las consecuencias — hablo inclinándome hacia el frente —. ¿Quién fue que te dijo sobre el contrato?

No responde solo me mira, está enojada y a la vez dolida, hace mucho que no me dejó de importar verla así. Le doy una fuerte parmada a la mesa de madera haciendo que ésta dé un pequeño salto en su asiento y repito:

— ¿Quién, Erika? ¡¿Quién carajos fue?!

— No te debo explicaciones — habla y cierro los ojos dejando salir un suspiro de enfado.

— Bien, entonces seguiré jugando — me paro de mi silla y camino hacia la puerta, la abro y veo en una esquina del otro lado a todos charlando —. Ya pueden pasar.

Dejo la puerta abierta y regreso a mi asiento arreglando mi corbata y mi chaqueta negra. En unos segundos todos vuelven a sentarse.

— La señorita Erika Meyer  está lista para firmar todos los papeles — hablo haciendo que la mirada de Erika se endurezca más, levanto una de mis cejas.

— Quiero hablar con tu padre y tu abuelo — habla ésta y asiento.

— Una vez que firmes puedes hacerlo que quieras — me escojo de hombros.

Media hora después todos se han ido, no dejé que Erika volviera hablar conmigo a solas, no quiero. Me encuentro solo en la sala de juntas mirando la mesa la cual me acuerda a la vez que volví hacer mía a Lían, como nuestros cuerpo sudorosos se mantenían estables sobre ella, como ella gemía, como se apretaba en mí.

Muevo mi cabeza para dejar de pensar en eso, pero es inevitable no pensar en ella, es realmente doloroso saber que cuando llegue a la casa no la escucharé reír o revolotear por la casa, y ni siquiera ha pasado un día completo de haberla dejado en su departamento.

(...)

— Pero, ¿Por qué hiciste eso, Derek? — habla mi abuelo, llegó hace media hora junto a mi papá, estamos los tres en mi oficina.

— Abuelo, no te preocupes, eso no le afectará a la empresa — contesto con tranquilidad, mi papá  se encuentra sentado sostiene su rostro mientras me mira de reojo.

Sé que para ellos en estos momentos parezco un inmaduro, pero no, soy muy meticuloso con lo que hago y aunque no fue por un asunto de trabajo, sino personal, estoy consiente de que no quiero a nadie que quiera manipularme. Sí, me dejé llevar por el desespero de que Erika estaba al tanto de el contrato y me acosté con ella para no darle un problema más a Lían, pero yo no sabía que su sentimientos iban a cambiar justamente cuando todo se estaba poniendo complicado, y sí, soy un maldito idiota pero juro que esa mujer probaca una sensación en mí que me gusta.

— Derek, esa empresa tiene más de 20 años asociados con esta, debe de haber una razón por la que hayas querido noter ninguna relación con ellos, ¿Por qué no nos llamaste para hablar del tema? — habla mi papá.

— He resolvido problemas mayores a este, Erika no es igual a su padre, desde que ella tomó el mando he tenido varios inconvenientes, este rebosó la copa y ustedes dos más que nadie saben que no tolero esos actos.

«No involucres el trabajo con los problemas personales» eso me hubiese dicho mi abuelo si le estuviera contando abiertamente lo que pasó, esta vez no me importa que sean problemas personales, Erika no me hizo caso y ahí tiene su consecuencia.

Mi abuelo hace un movimiento con sus manos para darle menos importancia al asunto, suspira y me mira.

—Él sabe lo que hace, Jhosonn, dejemolo tranquilo — sonrío —. ¿Por qué Lían y tú volvieron? Sabes que ella no puede estar aquí hasta que encuentre a la persona involucrada, ¿Cierto?

Asiento. Estoy de acuerdo con eso, pero Lían está tan enojada que no parece asimilar las consecuencia de todo.

— Tenemos algunos problemas.

— ¿Qué problemas? — habla mi papá rápidamente.

— Creo que no es bueno hablar de ello ahora — respondo, mi mirada está gacha y vuelvo a sentir ese pinchazo en pecho.

— Mira cabeza dura, te juro que si pierdes a Lían, yo mismo te arrancaré las orejas, así que ve arreglando cualquier cosa que le hayas hecho — habla mi abuelo señalándome con el dedo.

Vaya, parece que no soy el único encantado.

— Ya lo oíste, esa mexicana se le nota que no se deja aplastar por nadie y eso incluye a tu madre, eso fue lo que más me agradó de ella. Lían es una buena mujer, hijo — continúa mi papá.

— Créanme que el menos interesado en dejarla ir, soy yo — respondo.

Sonrío con nostalgia, estas no son las típicas palabras fingidas que les decía antes a ellos, lo digo en serio, lo digo porque así lo siento y lo creo.

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¡Buenas!  Aquí les dejo el capítulo, mañana estará el segundo.❤😍👍😃

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