⭐Capítulo 36⭐

281 55 26
                                    

"Que nadie nos entienda, mi amor. Que nadie nos investigue, vida mía. Este sentimiento lo sentimo solo nosotros dos y nadie más podría entender nuestro amor"

🌸🌼🌻-Belosnezkha-🌻🌼🌸

°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°

Derek

Trabajo y más trabajo, es todo lo que he podido hacer para mantener mi mente ocupada en otra cosa que no fuera en la mexicana más terca y chispeante que he conocido en toda mi jodida vida, pero eso me resultaba cada día más difícil, complicado y nostálgico. Ese beso de hace una sema no se me a borrado de la mente; esa pequeña de piel idea me tiene entre sus manos y hasta de rodillas ante ella,  hubo consecuencia pero por probar esos labios aguantaría más que una patada en los testículos, total, seré padre de trillizos.

— Te ves horrible. ¿Por qué no te vas a tu casa?   Herman y yo nos podemos ocupar de lo que resta de trabajo — habla Blaz y niego.

— No, no quiero irme. Lo que quiero es beber algo de alcohol — respondo quitándome mi chaqueta gris y aflojo un poco mi corbata azul marino.

— ¡Te ves horrible y quieres verte aún más peor! — habla Herman dejando los papeles que estaba leyendo sobre la mesa —. Te dije que terminarías enamorando, y mira, ahora me harás tío.

— Lo terminé aceptando con el pasar de los días, sabía que iba a suceder — respondo.

— Eres todo un cliché, hermano. Ruégale al autor de tu historia que todo termine bien — habla Blaz levantado sus cejas y sonrío.

— Quiero ir a tomar algo — suspiro y inclino mi cabeza hacia atrás dejándola en el borde del espaldar del asiento.

— ¿Quieres que las cosas se empeoren con Lían o que se mejoren? — pregunta Blaz.

— Créeme que quiero que vuelva a mí, pero necesito esos tragos y solo esos tragos, nada más, tampoco quiero cometer una idiotez y para eso estarán ustedes conmigo por si me pasó de copas.

— ¿Tú pagarás? — pregunta Herman y sonrío.

— Yo pago.

(...)

Estamos los tres en un bar de mala muerte, donde nadie nos pueda reconocer como hacia antes de que Lían llegara, solo que cuando salía del lugar  me llevaba conmigo una mujer que buscaba lo mismo que yo, sexo.

No hay tantas personas como para que choquemos con algunos de ellos. Caminamos hasta la barra y un hombre con algo de sobre peso y un tatuaje en su brazo izquierdo nos saluda con un movimiento de cabeza mientras seca un vaso de cristal.

— Traenos una botella de Vodka y tres short — pido y nos sentamos frente a la barra.

— Yo no tomaré mucho — habla Blaz y asiento. Se queda mirando a una mesera que pasa por nuestro lado con una mini falda negra —. No estás nada mal, preciosa — sonríe.

— Y tú tampoco, precioso — ésta muerde su labio inferior y le guiño un ojo para después seguir caminando hacia la mesa donde se dirigía.

50 días Para Enamorarte✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora