⭐ Capítulo 61⭐

204 33 10
                                    

"Una vez me acostumbré a dormir en las tardes porque así, y solo así podía calmar el dolor"

🌸🌼🌻-Belosnezkha-🌻🌼🌸

°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°

Derek 

Veo como Herman y Blaz salen de mi oficina después de haber hablado conmigo por unos largos minutos. No les importa cuando estoy a punto de reventar como un globo gigante, siempre se arriesgan entrando a mi oficina para hablar conmigo y darme sus típicos sermones.

Sumergirme en el trabajo es lo peor que puedo hacer, pero es lo único que me queda, porque esta vez no me quiero meter a un bar y embriagarme. Yo solo quiero que por primera vez pase algo bueno y que eso bueno perdure por una larga temporada, ¿Acaso eso no es posible en esta vida? 

Choco suavemente mi mano hecha puño en mi frente. ¿Hasta cuándo los problemas? Deseaba quedarme con Lían en Baden-württemberg pero a la vez no, no quería terminar pagando mi enojo con ella, estoy enojado con mi madre, lo que siento por Lían no es enojo..., Es dolor. 

Escucho como tocan la puerta. Suspiro, no tengo ganas de recibir a nadie más.

— Pase — hablé quitándome la chaqueta negra. 

— Buenas tardes, hijo — habló mi padre sentándose frente a mí. 

Lo miro. 

— Hola, papá.

— Pensé que te habías ido para donde Lían, ¿No era eso que ibas hacer? 

Asiento.

— Y lo hice. Fui y llegué de noche, y regresé en la mañana; necesitaba verla pero no quería decir o hacer algo que a ella le fuera doler. Heidi debería aprender eso, ¿No? 

Noto como éste se remueve incómodo en su asiento. 

— Derek..., Yo también estoy enfadado con tu madre y te juro que no sé que hacer en esta situación, no encuentro la forma de hablar correctamente con ella. Nadie en la casa sabe como hablar con ella, y siento vergüenza ajena, porque a pesar de todo es mi mujer y tu madre. 

— ¿Cómo un hombre como tú, pudo enamorarse de una mujer como ella? 

— Porque cuando nos enamoramos vemos cosas que otras personas no pueden ver en ese alguien. Y repito, esa mujer es tu madre, y por más enfadado que estés con ella, seguira siendo tu madre.

Me escojo de hombros.

— Como sea, papá. Me duele saber lo que hizo, y si tú no sabes que hacer con la situación, mucho menos yo... Más que tenerla apartada de mí y de Lían, para no hacer algo más grave. 

— Tienes que hablar con ella, a solas, sin alarmarte.

Sonrío sarcásticamente. Me levanto y peino mi cabello hacia atrás para luego poner mis manos dentro de mis bolsillos delanteros. 

— Ya yo hablé con ella lo que tenía que hablar. ¿Para qué hacerlo de nuevo? Para escuchar como dice perdón una y otras vez. No, ya he visto esa escena más de una vez y no me apetece verla de nuevo. 

— Derek, estoy hablando enserio. 

— ¡Y yo también, papá, y yo también! — endurezco la mirada. Suspiro —. Lo siento, no tengo porque hablar así a ti. Pero entiéndeme, no puedo hablar con ella ahora, no puedo y no quiero. 

— Hijo. Lían fue la que vivió la peor situación, y aún así, no dijo nada y siguió aparentemente bien con tu madre...

— Papá, Lían son lo fingió para que yo no sufriera también, no porque la haya perdonado totalmente de lo que hizo. Y eso me duele, me duele porque Lían tuvo piedad ante ella a pesar de todo lo que le hizo pasar. Sí, Heidi se arrepintió al final, pero no quita el daño que le hizo a Lían. ¿Tú crees que la terminó salvado porque comenzó a quererla? No, lo hizo solo porque vió lo que me estaba haciendo a mí, no a Lían, sigue sin querer saber de ella. Pero lamentablemente para su información, esa mujer va hacer la madre de mis hijos y con la que pretendo quedarme.  Y hay de ella si vuelve aunque sea tocarle de mala forma, porque me olvidaré por completo que es mi mamá.

— Derek — me mira con reproche.

— Lo haré, papá.

— Por favor, habla con ella,  solo ustedes dos, con un poco más de estabilidad emocional, te lo pido. 

 Vuelvo a sentarme y tomo unos papeles que están sobre la mesa.

— Tengo mucho trabajo, papá. Si no tienes más nada que decirme puedes salir para que yo pueda concentrarme en el trabajo, ¿Sí? — hablé sin mirarlo.

Da un suave golpe en la mesa y se levanta. 

— Tu abuelo quiere hablar algo muy importante contigo.

Asiente.

— Dile que cuando quiera, que me avise cuando  — lo miro. 

— Ya tiene fecha, es hoy en tu casa. 

— ¿Y se puede saber cual es el motivo de la reunión? Estoy algo cansado, no han sido mis dos mejores días.

Se escoge de hombros.

— Estará allá en tu casa, quiere que la reunión sea solo tú y él, ni siquiera me dijo que quería hablar contigo. 

Fruzo mi ceño. 

— Está bien, no llegaré tan tarde a casa. 

(...) 

Veo a Sandra pasar frente a mí sonriéndome con emoción; no parece de esa sonrisa que lleva cuando Gabriel hace algo bonito por ella. La miro algo extrañado y continúo caminando, antes de subir las escaleras miro hacia la sala pero noto que Marcos no está ahí. 

Todo se siente de solado realmente, es como si la presencia de alguien cambiará las cosas para bien o para mal, en este caso, para bien. 

Antes de abrir la puerta de mi habitación escucho algo que reconozco perfectamente, pequeñas agarras tocando el piso como si hubiesen perros corriendo y la risa de Lían. Abro la puerta y me quedo parado al verla sentada mientras los perros se pelean por quién quiere ser acariciado primero.

— Oh, has llegado — habló levantándose

— ¿Qué haces aquí? 

Me mira extrañada.

— Quería estar contigo, ¿Tú no quieres lo mismo? 

Me acerco a ella con una sonrisa y la abrazo.

— ¿Cómo no querría lo mismo? Solo no me esperaba que vinieras hoy.

La miro. 

— ¿Ya no estás enojado conmigo? 

— No estoy enojado contigo, estoy dolido. Pero sí estoy enojado con Heidi. 

— No la llames así, Derek — susurró poniendo su mano en mi mejilla. 

— Se lo ha ganado desde hace mucho tiempo.

— Tienes que hablar con ella.

Me alejo un poco.

— ¿Acaso tú y papá se pusieron de acuerdo hoy? 

Se escoge de hombros.

— Tienes que hablar ciertas cosas con ella, cosas que aún no sabes, y si no hablas de ello con ella tal vez..., Tal vez te arrepientas. 

Suspiro. Me acerco a ella y le doy un leve beso en sus labios.

— ¿Ya cenaste? — pregunté intentando cambiar de tema.

— Derek...

— Vamos a cenar, tengo mucha hambre, y mi abuelo está por llegar. Baja a Tobi y a Manchas para que coman algo también. 

Muerde su labio inferior mirándome con dolor, como si me quisiera decir algo más sobre el tema que estoy intentando apartar; en cambio, asiente y pasa por mi lado silbando para que Tobi y Manchas vayan detrás de ella.

🌻🌼🌸🌻🌼🌸🌻🌼🌸🌻🌼🌸🌻🌼🌸🌻🌼🌸

50 días Para Enamorarte✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora