⭐Capítulo 4⭐

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"Es la rosa con más espinas y aún así no me da miedo de tocarla "

🌸🌼🌻-Belosnezkha-🌻🌼🌸

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Lían

Lo miro con una sonrisa. Este hombre está como un dios, sus rasgos faciales son hermosos, un alemán con buenos atributos diría yo.

— Vamos a ver que sucede — le guiño un ojo.

— Vamos a comer — se para de la cama y camina hacia la puerta —. Y ya deja de decir esa estupidez.

— Claro, claro, señor soberano — le hago una reverencia y lo escucho gruñir.

— Estás loca — camina y salgo también para después cerrar la puerta detrás de mí.

— Una loca que te parece sexy — hablo con seguridad y me pasó a su lado.

— Cualquier hombre te lo diría — habla con el mismo tono de voz.

Hasta su forma de caminar es elegante y ese traje le queda de maravillas.

— No, eso es mentira — hablo con la voz apagada y camino un poco más adelantada que él.

— Sí, claro, me dirás que soy el primero en decírtelo.

— Y aunque no lo creas, sí.

Héctor no decía casi  nada romántico hacia mí, me trataba bien pero no más de lo que yo esperaba, pero el amor es siego y no  deja ver más de lo que desearíamos.

Bajamos las escaleras y veo algunos que otros personajes de la limpieza  limpiando algunas cosas. Una señora se acerca a nosotros y nos sonríe.

— Buenos días — habla la señora amigable.

— Buenos días, Ella es Ruth la ama de llaves y cocinera — habla Derek — Ella es Lían, mi mujer.

— Un gusto, señorita Lian — me sonríe —. La comida ya está lista, se pueden ir a sentar.

— Primero quiero presentarles a Lían, dígales a todos que vayan al comedor por favor, Ruth — habla  Derek —. Vamos Lían.

Camino de trás de él, viendo la hermosa casa; me distraigo un momento y al hacerlo choco con la espalda dura de Derek haciendo que él se pare de inmediato.

— Lo siento — me separo de él.

— Deja de distraerte y mira por donde caminas — habla comenzado caminar de nuevo.

— Y tú deja de ser un idiota — hablo alto para que me escuche.

Se voltea y me apunta con el dedo.

— Pareces una niña, ¿No puedes quedarte callada cuando te corrijo? — habla aún moviendo su dedo.

— Y tú pareces un viejo, y no me apuntes con el dedo — le abierto —. Míreme soy un viejo y siempre estoy con esta cara que me la han puesto con cemento — imitó su voz.

50 días Para Enamorarte✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora